|Silencio, lagrimas y soledad|
El tiempo pasa, siempre pasa... se desvanece en brazos de la pasión y se arrastra con pena cuando el dolor nos atraviesa.
Ally divisó las luces del reloj digital en la mesa de luz sin ver más allá de los destellos. ¿Qué hora era? ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto faltaba para el amanecer? ¿Era eso en verdad importante?
El tiempo pasaba, inexorablemente, empujando, tras sesenta latidos, otro movimiento electrónico que encendía y apagaba los led en la pantalla.
Podía sentir su corazón latir y sus pulmones respirar, su cuerpo cumplir todas las funciones que correspondían para seguir viviendo, la naturaleza haciendo un esfuerzo por sobre su voluntad y la vida continuar por esa vía espinosa que era lo único que podía ver delante de ella. Un camino en el que sólo avanzaba porque era cuesta abajo.
Ninguna lógica soportaba demasiado tiempo el análisis a su situación. Cada estudio, cada visita al médico, cada especialista que la revisaba, coincidía en la evaluación y diagnóstico. Su cuerpo no tenía nada. Entonces, lo que le estaba pasando, era un sabotaje de su mente, o la agonía en su alma.
Se había cansado de darle vueltas al asunto. Su cerebro, una máquina aceitada y eficiente, práctica y responsable, ahora no era más que un órgano autómata que coordinaba funciones vitales y acumulaba recuerdos que, por temor a perderlos, se estaba dedicando, en silencio y secreto, a recopilar un álbum de recuerdos, hoy, casi un epitafio de algo que quería que terminara.
La vida, esa que le había sonreído casi siempre, venía castigándola sin pausa y sentía que era sólo por su culpa.
Su mejor amiga había muerto, su hijo se había marchado para siempre. Había abandonado su trabajo, su matrimonio se derrumbaba junto a su vida, aún cuando el hombre al que amaba trataba de sostenerla contra su propia debacle, podía verlo como se alejaba de a poco, frustrado por los abrazos sin respuesta y las palabras arrojadas al vacío. Ally era espectadora de la destrucción de su propia vida, como Nerón en el balcón mirando cómo se incendiaba Roma.
Si tan sólo pudiera llamar a los bomberos. Oh, cruel realidad, ella tenía el número, y sostenía el teléfono en su mano, pero no tenía la voluntad para marcarlos y salvar a Roma de su destino de cenizas.
Ella tenía todas las herramientas para salvarse. Ella era la única persona que podía rescatarse, pero por alguna extraña razón, todos los mecanismos de supervivencia en ella parecían desconectados.
Esa noche, con más desesperación de la habitual, buscó en su interior el poder necesario para sobrevivir, esa pequeña luz a la que pudiera aferrarse como un bote salvavidas en el naufragio de su existencia. Como el Titanic, había chocado contra un iceberg que no había podido ver. Titanic, la película favorita de Normani, cómo olvidarlo. Apretó los ojos y las lágrimas le quemaron por dentro.
El click del reloj en la mesa de luz le hizo abrir los ojos, el nuevo segundo dio un paso adelante y las luces en el panel digital cambiaron para alinearse y dar comienzo a un nuevo día. Si lo desconectaba, ¿el tiempo se detendría? Si aplicaba una descarga eléctrica en circuitos invertidos, ¿podría hacer que el tiempo volviera atrás?
Nada cambiaría, otro segundo avanzó, aún cuando nada se modificó en la pantalla negra y roja. El día había comenzado, y con él, su cumpleaños, trayendo consigo silencio, lágrimas y soledad.
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Capítulo sin revisión final, si ves un error, hazme saber. Gracias por leer <3
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...