Forgive me - Capítulo 34

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|Sangre|

Camila sintió el tirón que la arrastró fuera de la Van y escuchó la puerta cerrarse con violencia. Aturdida por la sacudida, sintió como la arrojaron contra la puerta y dos manos fuertes la sostenían de los hombros contra la ventanilla. Su grito llenó la noche de terror y tardó dos segundos en reconocer al hombre que la estaba acorralando.

—¡David, me asus...

—¿Dónde mierda estabas? ¡Te llamé toda la noche! ¿Por qué apagaste el teléfono?

—Me quedé sin bat...

—¿Dónde estabas? —le gritó sacudiéndola y estrellándola contra el vidrio, fuera de sí.

—En...

No pudo terminar la frase.

Vio una ráfaga negra pasar detrás de David y algo hizo que la cabeza de él le pegara de lleno en la frente. El agarre furioso de su marido desapareció al tiempo que un dolor insoportable la cegaba por completo. Sintió algo húmedo y caliente cayéndole por la cara, ardiendo en sus ojos, llegando a sus labios: sangre.

David se derrumbó en el piso. Lo vio caer en cámara lenta tras el velo rojo y levantando la vista, más allá, pudo ver a Lauren fuera de sí, con un palo ensangrentado en la mano. Todo se detuvo a su alrededor, como si el mundo hubiera terminado. Pero no... la tragedia recién comenzaba.

Lauren, transfigurada por la violencia, comenzó a patear el cuerpo de David que yacía en el piso, inmóvil, y Camila sentía que todo ocurría diez veces más despacio de lo normal, sus movimientos demasiado lentos como para detener la furia desatada en la joven.

—¡Hijo de puta!

—¡Basta! Es David... —Camila sacó fuerzas de ningún lado para apartarla, para detenerla.

Lauren la apartó y volvió a la carga con el palo y las piernas, atacando el cuerpo en el piso.

Camila se interpuso con ambas manos hacia Lauren, que se detuvo, respirando con fuerza. Ella giró y se arrodilló, secándose la frente y mirando con terror que el sudor de su frente era del mismo color rojo furioso intenso que brotaba sin detenerse de la cabeza de David, tiñendo de a poco el pavimento húmedo a sus pies.

—¡Oh, por Dios! ¿Qué hiciste? —Lauren, enardecida, ciega y furiosa, gritó por sobre su espalda.

—¡Maldito! ¡Tocas a mi mujer de nuevo y te mato! —Camila se dejó caer al piso con las manos ensangrentadas. Lauren se inclinó sobre ella, levantando su rostro y limpiando su frente, buscando la herida—. ¿Estás bien?

El miedo la hizo reaccionar. Miedo por Lauren. Se puso de pie y la empujó alejándola de allí. Lauren seguía tratando de revisar su rostro, su frente. La empujó hasta donde estaba su automóvil, todavía con las luces encendidas y el motor en marcha, a un metro de la entrada de su casa. Lauren la había seguido hasta allí.

—¡Vete! —susurró con desesperación.

—¿Estás bien? —repitió, sin poder enfocar en otra cosa que la sangre deslizándose por su rostro desencajado.

—¡Vete!

Tuvo que gritar para que ella parpadeara y reaccionara. Se apartó caminando de espaldas hacia la sombra negra con un charco rojo creciendo bajo ella.

—Vete, Lauren, por favor. Vendrá la policía —susurró mientras ella la miraba como si no comprendiera en qué idioma le estaba hablando.

—¿Estás bien? ¿Te lastimó? —Lauren quiso tocarla y la empujó con fuerza.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora