Forgive me - Capítulo 8

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|¿Por qué me trajiste aquí?|

—Dime que es una broma.

David no podía disimular su sorpresa y su desagrado. Miró a Camila por sobre el hombro y su mirada, como un latigazo, la hizo cerrar la boca. ¿Sería Dios lo suficiente misericordioso con ella como para hacer que su cerebro se desconectara de inmediato y muriera en ese momento? ¿O que un meteorito cayera sobre su cabeza? Lauren la miraba sólo a ella, con una expresión relajada y divertida, como si disfrutara de un chiste interno, de seguro la contracaba de su expresión. ¿Acaso se estaba burlando de ella?

Seth se adelantó para saludar a David. Lauren quiso avanzar y esquivarlo para llegar a Camila, pero David tuvo el reflejo suficiente para cerrarle el paso. Quedaron frente a frente. Seth estaba por completo ajeno de la actitud de ambos, más preocupado en las presentaciones sociales que en guerras.

—Bienvenido a casa, David, ¿cómo has estado? —dijo Seth extendiendo su mano al recién llegado.

—Muy ocupado, pero bien —David le respondía a Seth sin dejar de mirar a Lauren, sus ojos brillando en un tono extraño que podía ser desafiante o amenazador. Camila sólo podía ver de costado, incapaz de quitarle los ojos de encima a la actriz. Desde atrás, apareció una figura salvadora que interrumpió el duelo de miradas.

—Hola, David.

—Paige —El saludo logró ponerle final al enfrentamiento que no sucedió.

David ya había demostrado su simpatía hacia la morena y Camila cambió el foco de atención a como la joven traía de la mano a Robert. David también se percató. Levantó las cejas con una sonrisa y ella se sonrojó mientras Robert, desde atrás, la rodeaba por la cintura y con la mano libre estrechaba la de David.

—¿Ustedes dos?

Ninguno de los aludidos respondió, pero su sonrisa cómplice y su mirada enamorada disolvían cualquier duda.

—Buenas noches, David.

—Felicitaciones. Debo decir que tienes un gran gusto en mujeres —Luego desvió la mirada a Paige y su voz sonó tan, pero tan conmovida—. Realmente les deseo lo mejor.

—Gracias —Fiel a su estilo informal y desbordante de confianza, Paige abrazó a David y Camila lo sintió como una bofetada en derecho y al revés.

Ni siquiera se dio cuenta de que el grupo había dado un paso al costado y de pronto, lo único que tenía enfrente, era a Lauren acercándose a ella, pero Ally fue más rápida que ella.

—¿Cómo estás, cariño?

—Bien, ¿y tú? ¿Y la pequeña Jane?

—Los niños ya deberían estar por dormir. Es una pena que no hayas podido traer a Dalia — Camila hizo una mueca de disgusto y Ally le apretó el hombro como señal comprensiva. John llegó después que su mujer y la saludó en silencio. Seth no fue tan discreto.

—¡Ey, Mila!

—Seth —Exhaló ella retrocediendo un paso en vez de avanzar, porque la amenaza se acercaba a ella, bajo el brazo del esposo de su amiga.

—Creo que ustedes se conocen. Lauren me dijo que se conocieron en un viaje a España hace unos años.

—Coincidimos, sí.

La voz de Lauren pareció activar un mecanismo interno en ella que envió la sangre en carrera por sus venas a mucha más temperatura de la habitual. Sintió como se le incendió el rostro y las risas alrededor le hicieron saber que todos habían visto su reacción. Lauren estiró la mano buscando la de ella para saludarla. Camila apenas si la levantó y Lauren llegó a capturarla. Bajó la mirada a sus manos unidas y volvió a los ojos brillantes de ella, con una sonrisa demasiado amplia como para disimular qué se escondía detrás.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora