Find me - Capítulo 6

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|Recuérdame|

Paige iba cruzada de brazos por el frío y Robert a su lado, sin chaqueta, porque por supuesto, ella la llevaba puesta.

–¿Cuándo la conociste? –preguntó. Él respondió casi en susurros.

–Hace cuatro años, un poco más. Entré a trabajar en la editorial, ella era mi jefa.

–¿Cuándo comenzaron a salir?

Robert le dio una media sonrisa.

–Dos años después de haber entrado. Yo simplemente no pude invitarla antes, tenía veinte o veintiún años, no recuerdo –sonrió–, y un día, estaba tan enloquecido por ella, tan... enamorado, que me obligué a hacer algo, su cumpleaños estaba muy cerca, usando como excusa la admiración por el trabajo de ella, planeé una fiesta sorpresa. Luego me enteré que ella odiaba todo eso, ensayo y error –ella asintió–. Le dije todo lo que sentía por ella, fui afortunado de que sintiera lo mismo...pero ¿sabes qué me dijo después? –preguntó con ironía.

–¿Qué todo había sido un error? –Adivinó.

–Exactamente –dijo–. Fue como... una patada en las...Lo siento –Paige sonrió.

–Está bien, entiendo el punto. ¿Y entonces?

–Entonces... La fastidié –Se encogió de hombros–. No me importaba lo que tuviese que hacer, la quería conmigo, y la tendría. Era la clase de hombre que no se daba por vencido. Estaba loco –admitió sonriendo–...No sé en qué día dijo que sí, o si en realidad lo dijo alguna vez, formalmente.

–¿Cómo reaccionó Camila? –escupió ella, sus pensamientos no pasaron el filtro.

–¿Qué? –preguntó.

–No sé por qué pregunté eso –dijo apenada.

Robert la miró extrañado, pero siguió.

–Ok. Dinah y yo lo mantuvimos en secreto unos meses, fue... interesante.

–¿La amaste... quiero decir... más?

–Excedí mis límites. Ella era... ya sabes... tan perfecta, quiero decir –Rió–... Realmente perfecta, y sí, la amé cada segundo un poco más –hubo una pausa–. Tras mucho, ella terminó conmigo.

–¿Por qué? –preguntó sin poder disimular su sorpresa.

–¿Por qué? La gran pregunta, unas semanas antes ella había comenzado a sentirse enferma, pero creímos que estaba embarazada... – Parecía que ese recuerdo aún le dolía. ¡Diablos! ¿Qué le estaba haciendo a Robert? Lo estaba torturando.

–¿Sabes qué? Mejor dejémoslo así. Te estoy matando.

–No. Tienes derecho a saberlo, Paige. Después de todo, tienes razón, esto, se está haciendo muy grande –Ella respiró profundo, así que sí, había un: esto. Robert siguió–. Obviamente no estaba embarazada, pero ella siguió enferma, con un montón de excusas fue a un médico y le diagnosticaron leucemia; ella no me lo dijo. Sólo... terminó conmigo.

–Dios –susurró. Él asintió.

–Era la mujer más terca del mundo –Sonrió de nuevo–. No sé cuánto tiempo estuvimos separados, pero realmente intenté odiarla, dejar de amarla así. En una fiesta que hizo la editorial, ella se desmayó delante de mí, me aterroricé, olvidé dónde y con quiénes estábamos, nadie sabía lo nuestro, pero no dejé que nadie se le acercara y grité como histérico, verla en el piso me enloqueció, cuando reaccionó... La besé –Rió tristemente, otra vez–. Sabía que era mi oportunidad, podía haberme esforzado más por resistirme pero no lo hice, la besé delante de todos y... fue el comienzo de la pesadilla, al día siguiente me lo dijo, me explicó lo que tenía y mi perfecto mundo explotó en mi cara. –Ambos hicieron una pausa, Paige quería consolarlo, abrazarlo y decirle que todo estaba bien ahora, pero necesitaba saberlo todo–. Los meses siguientes fueron una doble vida, ella no quería que nadie lo supiera, ella sólo... ella no quería herir a nadie –dijo con la voz quebrada, parecía que Robert tenía siglos queriendo decir eso, cómo se sentía–. Por una parte éramos la pareja feliz, todos querían un pedazo de nosotros, por así decirlo, pero cuando las visitas se iban, y la puerta se cerraba, la realidad nos abrumaba y la muerte nos acechaba en cada esquina, llevé sus exámenes a incontables oncólogos, perdí la cuenta en dos días de cuantas veces Dinah se sacó sangre, la estaban mutilando... –Él levantó la mirada al cielo, y Paige aprovechó para secarse las lágrimas que salían de sus ojos sin ningún tipo de control–. Ella estaba muriendo antes mis ojos, y no pude hacer nada... empeoró, pero pudimos seguir ocultándolo, hasta el cumpleaños de Normani, ella... colapsó, esa noche la enfermedad la había vencido, pero la muerte no se la llevó de inmediato, sufrió durante días, fue... terrible, y yo seguía sin poder hacer nada, no pude salvarla... Dinah murió –Paige no lo miró a los ojos, porque tal vez él no quisiera ser visto en esos momentos, él no lucía como si necesitara un abrazo o consuelo, sólo necesitaba soltarlo... pero nadie podría impedirle que ella, allí, en el medio de un vecindario de Southpark, supiera que había hecho ese viaje para amar con locura a Robert Morris.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora