Capítulos Extras |16|

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Acto 3 

Fecha: Jueves 14 de Febrero ~ 5 AM

Año 2013

—¡Maldito despertador! —dijo Lauren entre dientes cuando la alarma se disparó. ¿Cuánto había dormido? ¿Una hora? Sentía el cansancio calado en los huesos.

Se estiró sobre Camila, que seguía en el mejor estado, dormida y desnuda en sus brazos. Apagó la alarma y se acomodó nuevamente contra su espalda. La mejor manera de despertar... Y ella ya estaba muy despierta, en el más bíblico de los sentidos, y cuando empezó a acomodarse entre sus piernas, y Camila ronroneó como un gato, se dio cuenta que estaba muy lista, en el más sexual de los sentidos. Y estaba por frotarse contra ella cuando su cuerpo desapareció en un revuelo de sábanas.

Se incorporó, sorprendida y asustada, desorientada en el medio de la oscuridad de la madrugada de invierno. Los ruidos que llegaban desde el baño no eran alentadores y abandonó la cama de un salto para llegar a la entrada en dos zancadas.

Allí estaba, abrazada a la porcelana, convulsionando en violentas arcadas. Llegó a sostenerla cuando se derrumbó a un costado, con ambas manos selladas sobre la boca.

—¿Estás bien? —le preguntó mientras apartaba el pelo que tenía pegado al rostro, entre lágrimas y transpiración. Se las arregló para agarrar una toalla, humedecerla y refrescarla, mientras la sostenía en su regazo—. ¿El chocolate?

Camila negó con los ojos cerrados, sin animarse a soltar las manos apretadas contra su boca. Inspiró profundo varias veces hasta que el galope de su corazón aminoró.

—¿Quieres que llame una ambulancia? —Camila se rió entre lágrimas mientras se incorporaba.

—Estoy bien. ¿Qué hora es?

—Ve a la cama. Dan puede llevar a los niños.

—Tomaré un vaso de agua y estaré bien.

Aceptó su ayuda para ponerse de pie y se apoyó en la mesada mientras Lauren le servía un vaso de agua. La miraba preocupada mientras bebía. Camila le devolvió la mirada con un esbozo de sonrisa.

—¿Qué pasa? ¿Qué está mal?

—Nada está mal... Estoy un poco embarazada. Podemos ir a ver al doctor Kramer después de dejar a los niños en el colegio —Lauren palideció y fue el turno de Camila de sostenerla. Le palmeó dos veces el rostro y le dio un beso en la frente—. No es tan malo como parece. Todo esto desaparece en el primer trimestre.

.....

Paul Kramer, médico especializado en obstetricia, salía de su consultorio rumbo a la última ronda de control de guardia antes de volver a su casa. Había estado toda la noche atendiendo partos, reemplazando a la doctora Statton, que estaba con gripe. Controlaría a sus pacientes recién paridas y a sus hijos, siete en total. Había sido una buena noche, agotadora, pero buena. Cerraba la puerta a sus espaldas cuando su teléfono móvil vibró en su bolsillo. Su recuento mental no arrojó ninguna paciente con parto inminente, por lo que se apuró: podía ser una emergencia. El identificador de llamado titiló con la única paciente que guardaba en la memoria de su aparato: Camila Benson.

—Buenos días, Camila.

—Hola, Doc. ¿Cómo está?

—Cansado, pero bien.

—Disculpe que lo moleste tan temprano. Había programado una cita con su secretaria para hoy, pero... —le extrañó el llamado, dudaba que su secretaria ya se hubiera comunicado con sus pacientes para avisarles que cancelaba sus turnos de ese día.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora