Lie to me - Capítulo 36

3.7K 248 29
                                    

|De vuelta a casa|

El reloj despertador sonó como siempre, a las seis de la mañana. Me desperté desconcertada, desorientada. Me llevó unos buenos cinco minutos poner en orden lo poco que quedaba de mi cerebro. Me bañé, desempaqué, ordené todo y me cambié con un conjunto de gimnasia para esperar a mi familia.

Metí a lavar la ropa y junto a mi pantalón de yoga gris, encontré el bóxer blanco de Lauren. Estaba seco. Lo apreté contra mi pecho como si fuera la prueba que necesitaba de que lo grabado en mi recuerdo, su piel tatuada en la mía, no fue parte de un sueño. Lo besé y metí en mi bolsillo para esconderlo. Me senté junto al lavarropas y saqué el teléfono. Todavía debía estar volando. No tenía sentido enviarle un mensaje.

En ese momento escuché las voces de mis hijos. Corrí a su encuentro en la cocina. Los abracé y besé como si hiciera años que no los veía. Incluso los notaba más altos. David miró la escena con una sonrisa en los labios y subió a bañarse para hacer una recorrida por las cafeterías.

Desayunamos todos juntos, Dylan y Damián contando todas y cada una de sus experiencias con la nieve y la gente que conocieron. Drew estaba muy callado, concentrado en su taza de leche, revolviéndola ausente. Los dos mayores acapararon mi atención y sugirieron que la próxima vez también podía quedarme, se sintieron adultos e independientes por primera vez en su vida, su padre les había dado la libertad que tanto ansiaban con la supervisión necesaria, algo que yo no lograba hacer, aunque me lo propusiera.

Drew no levantaba los ojos de la taza. Sabía que había una conversación pendiente entre nosotros; estaba por llegar y no quería enfrentarme. De alguna manera, yo tampoco quería tenerla. Los tres me ayudaron a levantar la mesa y marcharon a sus habitaciones a dormir, todo el día de seguro, después de la maravillosa aventura que los había cansado en cuerpo y alma.

Mi cuerpo también demandaba descanso, por razones y aventuras diferentes, pero no me desmayé en ese momento. Mi misión sería cansarme lo suficiente todo el día para dormir a la noche y no extrañarla hasta que volviera, de alguna manera, a mí.

Antes de que terminara la mañana, ya había limpiado toda la planta baja. Ni bien dieron las once, David llegó y con una sola escala en mis labios para un corto beso, subió las escaleras y se metió en la habitación para dormir lo que le quedaba del día, si era posible, hasta la mañana siguiente.

Volví a la cocina, mi lugar en el mundo y desconecté el celular que había dejado cargando. Lauren aún no me había escrito. Haciendo cuentas mentales sobre la diferencia horaria y el tiempo de vuelo, salí mirando la pantalla de mi teléfono, debatiéndome conmigo misma si escribirle o no, si llamarla o no, cuando levanté los ojos y vi a Drew sentado en el último escalón de la escalera. Bañado, cambiado y peinado, sus ojos brillantes clavados en mí. Me senté junto a él, en silencio.

–No me has contado nada de cómo te fue en Allenhead.

–Bien –dijo encogiendo los hombros y mirándose las manos. Palmas y dorso, intercaladas.

En algún momento de mi vida agradecí no haber tenido una hija mujer para no tener que atravesar por esas conversaciones de iniciación sexual tan incómodas. Y descansaba en que David sería quien se encargaría, en su momento, de hacerlo, primero con Damián, después con Dylan. Temí en ese momento que el turno me había llegado, mientras él dormía y con mi hijo menor.

–¿Hay algo de lo que quieras hablar en particular? –Levantó los ojos y me miró con la seguridad y la certeza que yo no encontraba con mis treinta y tantos.

–Sí –Contuve la respiración esperando la estocada–; pero no contigo.

–¿Perdón?

–Te molestaría llevarme a Londres, mamá. Necesito hablar con Robert.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora