Inspire me - Capítulo 6

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|Nunca volveré a casa|

Caminó con cuidado por la vereda escarchada, recorrió los escalones y se encontró a salvo dentro del edificio. El guardia de seguridad le pidió su credencial de empleado de la editorial y carnet de conducir.

La puerta de entrada al piso estaba abierta. La agenda, donde la había dejado, en el cajón de su escritorio. Escuchó un movimiento y se quedó quieta, asustada. Robert se levantó entre los cubículos y la miró.

–¿Qué estás haciendo aquí? –dijeron los dos al mismo tiempo. Robert salió de su cubículo con los ojos muy abiertos, sorprendido, ya no por su presencia, sino por las marcas en su rostro. Normani no intentó disimularlo, era inútil.

–¿Qué te pasó?

–Se ve peor de lo que parece.

–Normani, habla o te llevo a hacer una denuncia a la policía. ¿Quién te golpeó así?

–Robert... –Se sentó en su silla, como si hubiera perdido fuerza en las piernas, y posó ambas manos en su regazo. Él se arrodillo frente a ella y le levantó la cara, mirando con más detalle los moretones, uno sobre el ojo, tres marcas bajo el otro ojo, indiscutiblemente uñas, una marca en la mandíbula.

–¿Pelea de chicas? –ella se encogió de hombros, evadiendo su mirada y el roce de su mano –¿Por un chico?

La mención del "chico" hizo que las lágrimas se desbordaran. Robert se notaba incómodo e inútil en esa situación.

–¿Es de la oficina? ¿La estás cubriendo porque trabaja aquí? Pensé que pasarías la noche de navidad en casa de Ally. ¿A dónde fuiste después? Sabes que despediré a la perra que te haya puesto una mano encima... –como única respuesta, Normani sollozó con una mano sobre los labios. Robert la sostuvo de los hombros y la miró con fiereza, enojado.

–Habla ya. ¿Quién fue?

–Ally –susurró, tan bajo, que Robert la sacudió para que lo dijera más fuerte.

–¿Quién?

–Ally –La soltó, como si le hubiera dado una descarga eléctrica.

–¿Qué? –Normani asintió con el rostro húmedo y labios temblorosos. Los ojos grises de Robert deambulaban sobre ella como si tratara de poner los nombres y la ecuación correcta para dar ese resultado inverosímil. Cuando el silencio entre ambos se tornó insostenible, y las hipótesis increíbles, Normani volvió a susurrar.

–Estoy saliendo... viviendo con Seth – Robert tardó un momento en reaccionar. Quiso hablar y tragar y respirar y reírse al mismo tiempo, aliviado. Tosió dos veces. Se aclaró la garganta y sonrió disculpándose.

–Perdón. Seth... Seth... ¿Seth Taylor? –Ella asintió en silencio encogiéndose en su lugar. Robert enarcó una ceja–. Normani... eso es... ¡genial!

–Lo sé.

–Pero no entiendo... –murmuró, hasta que la idea pareció iluminarse en su mente como un faro en el medio de la niebla. –¡Oh, no! Lo siento, quiero decir, esto... ¿Ally no sabía nada?

Normani negó y Robert finalmente se alejó para sentarse en la otra silla en el cubículo.

–¿Cómo estás? –Sonrió de costado. Tocó primero el rasguño en su rostro y después le mostró la mano derecha engalanada con su nuevo anillo de compromiso.

–Dolorida, pero enamorada.

–Me alegro tanto por ustedes –La sonrisa en sus labios no llegaba a tocar sus ojos, tristes con el reflejo de la sombra del dolor, el recuerdo de su amor y su pérdida reciente. – ¿Mila sabe?

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora