Lie to me - Capítulo 23

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|Pongamos que hablo de Madrid|

–Yo creo que el Día del Otoño es una buena fecha para el campamento –dijo uno de mis hijos. Volví a la realidad cuando la palabra "campamento" hizo ruido sobre la mesa. Campamento significaba cero tecnologías: sin teléfono, sin Internet. Las manos me transpiraban.

–No es necesario esperar tanto –dijo David y en ese momento su teléfono sonó. Sonrío al ver de quien era el llamado y dijo antes de atender–. Podríamos preguntarle a Danna si quiere venir con nosotros.

El suelo se había abierto y de pronto el infierno me estaba absorbiendo en el más literal de los sentidos.

–Hola, cielo... sí... sí... sí... ¿El fin de semana que viene? ¿Otra vez? Los niños quieren ir de campamento. Claro... sí... sí, cariño, tu eres grande. ¿A los Ángeles? –De pronto, la trivial conversación captó toda mi atención–. ¿Ya tiene los permisos? Si tú quieres ir con mucho gusto lo firmaré. ¿Cuánto tiempo? ¡Oh! Muy poco para tanto viaje.

¡Maldita! ¡Se iba a Los Ángeles! Sentí que la sangre me hervía de furia. ¡Diablos! ¡Hubiera gritado!

–Bien, mañana pasaré por tu casa y dejaré todo firmado. Yo también te amo. Saluda a tu madre por mí.

David dejó el teléfono en la mesa y se metió otra cucharada de vegetales en la boca. Lo miré expectante esperando que me contara que iba a hacer el engendro del demonio en Los Ángeles.

–¿Qué? –me preguntó sorprendido por mi mirada desencajada.

–¿Qué fue eso?

–El nuevo novio de Jacqueline las llevará a Los Ángeles. Parece que tiene algún tipo de contacto con gente de cine –Mi corazón se detuvo. ¡Dios, ten piedad de mí! Qué no diga PinnPortal. Qué no diga Guerreros de Xydonia. Qué no mencione el apellido Jauregui–. Ya sabes lo obsesionada que está, quizás pueda llevarla a ver a los actores.

–La película se estrena en menos de un mes ¿Para qué van ahora?

–No me dio más detalles –Sentía que el sudor frío bajaba por mi cuello y se deslizaba por mi espalda. Me levanté como impulsada para empezar a levantar la mesa. A mis espaldas, David siguió hablando con los niños–. Así que no podrá venir con nosotros al campamento.

–¿Entonces es un sí? –preguntaron a coro mis tres hijos ilusionados.

–¡Por supuesto que sí! –Cuando me acerqué a la mesa a buscar más platos, me rodeó la cintura con el brazo–. He estado demasiado apartado de ustedes y no es justo. Después de tanto que hemos pasado, estar los cinco juntos será genial. Una gran manera de celebrar.

Los niños tiraron sus servilletas al techo y gritaron emocionados. Mi mente había salido de la órbita planetaria. Tenía que conseguir la manera de escapar de ese campamento y conseguir el trabajo de chaperona con Danna. O esconderme de alguna manera en su equipaje. Si no estuviera tan nerviosa y desesperada, hubiera reído por la cantidad de cosas inverosímiles que pasaron por mi cabeza. Enjuagué los platos y después de ponerlos en el lava vajillas, subí en una discreta carrera hasta mi habitación.

Levanté la pantalla de la laptop, me conecté a Internet y vi a Demi en línea.

Demi: ¡Oh POR DIOS! Un milagro.

Camila: No, Demi. Estoy de pasada.

Demi: ¿Qué te pasa?

Camila: Danna se va el fin de semana... a Los Ángeles.

Demi: ¿Y tú vienes con ella?

Camila: No.

Demi: Oh...

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora