Lie to me - Capítulo 25

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|Complicado|

Salí corriendo al estacionamiento y trepé en mi camioneta. Arranqué en reversa y puse rumbo al Centro Comercial. Destrocé la tarjeta de débito donde guardaba mis ahorros, en ropa nueva: algo cómodo para viajar, un conjunto formal para acompañarla en sus compromisos y una larga parada en mi casa favorita de ropa interior.

Terminé con el tiempo justo para ir al Mesón de Patti.

Al entrar al restaurante, las tres me miraron como si bajara de una nave espacial. Sonreí y saludé a cada una de ellas con un beso antes de ocupar mi lugar. La camarera dejó nuestras bebidas habituales en la mesa y siguió atendiendo, parte del ritual de siempre, para que tuviéramos tiempo de elegir entre el menú del día o la sugerencia del chef. En eso estaba cuando sentí la mirada de las tres en mí. Dinah carraspeó para llamar mi atención.

–¿Qué?

–Bien. Está de más que te digamos que estamos muy preocupadas por ti –Ally sonaba resignada, como si supiera que era un caso perdido. Serví mi Pepsi diet en el vaso y estiré las piernas por debajo de la mesa, jugueteando con el sorbete.

–Lo sé. Lo siento.

–¿Quién es? –preguntó Normani, inesperadamente. Las miré a los ojos. Tres miradas y expresiones distintas: Ally me quería colgar de una soga, Normani ansiaba detalles. Dinah era un enigma. Respiré profundo y lo escupí.

–Lauren Jauregui –El silencio se prolongó un instante eterno, hasta que Normani y Ally estallaron en una carcajada que hizo que todos los comensales giraran a nuestra mesa. Dinah seguía tratando de entender mis palabras.

–¿Quién? –dijo desconcertada.

–Lauren Jauregui: Emily Bentley en GrayStone Place –Abrió los ojos muy grandes y acto seguido, estalló en risas, golpeando la mesa. OK. Esa no era la reacción que esperaba y menos de mis amigas. Me incorporé, mirándolas desencajada–. ¿Perdón?

–Un momento –instó Dinah entre lágrimas–... Mila, cariño –Volvió a estallar en risas mientras Ally y Normani se unían al coro de carcajadas errantes; entorné los ojos mientras se calmaban. Fastidiada, volví a hundirme en el asiento y beber despacio mi refresco.

–OK. Es suficiente –dije entre dientes, mis palabras inaudibles entre sus risas y comentarios pseudo cómicos. Solo se calmaron cuando llegó la camarera y tuvo que esperar a que eligiéramos la comida. Una vez que se marchó, Dinah tomó la palabra.

–Estás perdiendo el norte, ¿lo sabes?

–No veo tu punto –retruqué, pasando por alto lo obvio.

–Todas hemos tenido obsesiones... lógicas: zapatos, carteras, hombres, deportes de riesgo –agregó Ally, ya mucho más relajada al comprobar que lo mío no era infidelidad sino una obsesión utópica.

–Pero esto... –completó Dinah.

–Esto ¿qué?

La mesa quedó en silencio y el enfrentamiento entre Dinah y yo era evidente, e inminente. Ella solo suspiró, sin ánimo de pelear.

–Estás sumida en el delirio.

–¿Por qué?

–Porque no puede ser...

–¿Por qué? –Volví a la carga–. ¿Porque casi podría ser su madre? ¿Porque jamás se fijaría en alguien como yo?

–Porque jugamos en distintas ligas –dijo Ally chasqueando los dedos para llamar mi atención–. Ella es de otro mundo, nunca más acertada. Ella es una estrella –y señaló el techo–...inalcanzable, brillante, lejana. No está accesible para las chicas de su edad, imagínate donde rankeamos nosotras.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora