Lie to me - Capítulo 27

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|Solo una foto|

Culminé la semana con una última visita a la peluquería. Había tenido especial cuidado en no hacer ningún cambio drástico en mi apariencia y de ocupar mi tiempo tanto en hacer que mi casa luciera impecable para mi familia como mi cuerpo perfecto para la muchacha que esperaba casi con tantas ansias como yo, ese escape de la realidad que en secreto veníamos planeando.

Lauren había terminado sus obligaciones en Los Ángeles y había embarcado esa misma mañana rumbo a Londres. Ya era vox populi que estaría en Europa para promocionar la película y tuve que refrenar mi necesidad de llamar a Danna para ver cómo le había caído la noticia: como una bomba neutrónica en el medio de la cabeza, me confirmó David, que la había convencido de no desperdiciar la oportunidad de viajar y conocer un nuevo lugar en el mundo.

Salí de la peluquería renovada, con el pelo flamante, la piel tersa como la de un bebe, manos y pies pintados y el rostro fresco obra y gracia de la más cara máscara de caviar y pepinos de la historia. Quería pasar por la editorial para preguntarle a Robert cuántos años aparentaba esta vez, pero no quería levantar más sospechas.

Normani llamó para desearme suerte. Ally no hizo acto de aparición, reprobando con su silencio. Dinah me envió un mensaje para decir que David la había llamado para corroborar mi historia. Decidí pasar por alto ese detalle, lo último que necesitaba era una discusión antes de irme.

El día pasó aún más despacio que de costumbre, el silencio de mi teléfono, abrumador pero feliz: ella estaba volando para encontrarse conmigo.

Al fin, el horario para partir al aeropuerto había llegado. Terminé de cerrar mi pequeña maleta de mano y descolgué el porta trajes de David donde llevaba mis dos atuendos de traductora. Elegí para el viaje un pantalón de cuero negro, las botas altas por debajo del pantalón, camiseta blanca manga larga y mi chaqueta de cuero negra.

Bajé con el pelo suelto y un ligero maquillaje.

Parados en la puerta, esperándome, mis cuatro hombres seguían en su plan de viaje, ignorando el mío. El "dónde" seguía siendo la pregunta recurrente. Una parte de mí estaba feliz y agradecida de que mi deserción no hubiera arruinado sus planes y su humor. Esa traidora también reconocía las ventajas de que estuvieran ocupados en ellos y no en mí, para que mi felonía siguiera teniendo estado de secreto. Pero la otra, la egoísta de siempre, me hacía sentir excluida, relegada e ignorada.

Al llegar al aeropuerto empecé a sentir una angustia diferente. Nunca había viajado sin mis hijos; nunca había estado lejos de ellos más que algunos kilómetros y a lo sumo un día, no más. Miré al asiento trasero por sobre mi hombro. Estaban tan grandes, tan independientes.

Un fugaz pensamiento cruzó en mi: la necesidad de que no crecieran o volvieran a ser pequeños... o de tener otro hijo que me necesitara, otro bebé que volviera a darme una razón de ser y yo ser, para él, el centro del universo, su gran base de sustento, su mayor necesidad.

Bajé de la camioneta espantando el pensamiento como si fueran moscas alrededor de mi cabeza, poniendo especial énfasis en los sacrificios y el esfuerzo que me había llevado estar así.

Vi mi reflejo en el vidrio de las puertas corredizas de la recepción del Aeropuerto Internacional de Heathrow, y sonreí: el esfuerzo de los últimos cinco años, dieta, sudor y ejercicios, estaban a punto de ser coronados con un encuentro épico, salido de un cuento de hadas.

–Buenas Noches. Tengo un pasaje a Madrid en el vuelo 463 a nombre de Camila Benson –El empleado de la aerolínea levantó los ojos con una sonrisa natural, me saludó y, acto seguido, tecleó mi nombre en su computadora. El corazón se me salía del pecho, podía sentir que el encuentro era inminente en cada uno de mis nervios. De acuerdo al plan, Lauren me esperaría en el sector de trasbordos, después de deshacerse de su agente, para abordar juntas el avión que nos llevaría a la capital española en poco más de dos horas.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora