|Campos de fuego|
Abrí los ojos de golpe, el frío pegado a mi mejilla, las lágrimas secas, enfriadas en el piso de la cocina. No sabía qué hora era, pero todavía era de noche. Mi cuerpo sufría, agonizaba, cobrándome todos y cada uno de los excesos que había cometido. De pronto, el dolor volvió a golpearme en la soledad de mi casa y me di cuenta que solo tenía una salida, desesperada, no quedaba otra cosa por hacer. Tenía que terminar con todo.
Corrí escaleras arriba y busqué todo lo que había juntado en los últimos dos meses: revistas, fotos, souvenirs, recuerdos. Miré alrededor, arranqué la laptop de todos los cables que la conectaban y la tiré en la cama, sobre el resto de las cosas que había ido recolectando de cada lugar secreto. Entré corriendo a mi closet y saqué la ropa que me había comprado pensando en ella, todas las prendas que, de alguna manera u otra, me relacionaban con ella. Encontré aquel bóxer escondido entre mi ropa interior.
Giré sobre mí, los ojos desorbitados como si me rodeara un ejército de fantasmas. Saqué los libros de la biblioteca, los que tenía firmados por ella, en inglés y en español, los que me había regalado, los que compré porque sabía que había leído. Todos volaron a través de la habitación para terminar sobre la pila de cosas que se había acumulado sobre la cama.
Bajé corriendo las escaleras con los brazos cargados una vez, dos veces, cegada por las lágrimas y el dolor, pero empujada por la convicción de que debía terminar con todo, de una vez y para siempre. Si era tan débil como para sucumbir a su tentación, tenía que encontrar la manera de sacarla de mi vida para siempre, arrancando todos y cada uno de sus recuerdos.
Apilé las cosas en el jardín, corrí al garaje y busqué el bidón de gasolina que David guardaba allí. Una voz en mi interior gritaba que me detuviera, que no tenía sentido. No iba a lograr cambiar nada con ello porque el error estaba en mí, dentro de mí, arraigado en mí... y que... y que...
Me detuve en seco en la cocina y miré el set de cuchillos que destacaban en la oscuridad: cinco hojas plateadas que brillaban furiosas reflejando alguna luz; medí el más grande, lo arranqué de su soporte. Cirugía mayor.
Sostuve el cuchillo con los dientes mientras vaciaba el contenido del bidón sobre las cosas: la ropa, la computadora, los libros, todo. Mis ojos no veían más allá de eso, el vapor de la gasolina hacía que todo tuviera una especie de halo deforme, distorsionado.
Entré buscando la caja de fósforos. Volví y rodeé todo buscando la mecha adecuada. Busqué el último libro que había comprado. Su foto estaba en la tapa, en esa edición especial dedicada a la película. Lo extendí, encendí el fósforo y lo solté sobre la pila que se encendió completa levantando una llamarada peligrosa hacia el cielo.
Retrocedí dos pasos tapándome la cara, los colores del fuego dibujando sombras en las paredes del jardín; en el medio de la noche, el sonido de las cosas consumiéndose chasqueaba los dedos, algunas chisporroteando peligrosamente.
Solté el cuchillo de mis dientes para sostenerlo con una mano mientras seguía rodeando la pila de sacrificio que yo misma había creado. El dolor volvía a lacerarme, pero el fuego no era suficiente para purificarme, venía golpeando desde adentro. Destruir los fetiches no era suficiente sacrificio para purgar mi pecado, para exorcizarme. Saqué el teléfono de mi pantalón y también lo arrojé a las llamas. Explotó como si tuviera dinamita.
Caí de rodillas, llorando de nuevo, mirando la hoja del cuchillo girar en mi mano y capturar el brillo de las llamas. Dejé caer la cabeza y mi pelo cayó a ambos lados de mi rostro, tocando el piso, cerca de las llamas que subían al cielo, lenguas naranja y azules que me cegaban. Las imágenes se agolpaban delante de mis ojos, una tras otra, astillándose como un espejo roto que chocaba contra mi rostro, cortándome profundo, desangrándome.
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...