Previo a este capítulo, Dinah se ha estado sintiendo mal de salud, por lo que junto con Robert llegan a pensar en las posibles causas de ello. Nuevamente volvemos al punto de vista de ella.
|Salir de dudas|
Una nueva posibilidad se cernió sobre ella, quizá no todo se debía al trabajo, tal vez no estaba en ese vaivén de salud por el stress, tal vez...
–¡Por supuesto, Robert también piensa lo mismo! –exclamó frenando de repente frente a un conjunto de pequeñas tiendas que estaban a pocas cuadras de su casa–. Todo ese malestar, los mareos, el cansancio, la falta de apetito –Dinah no era médico, y Camila tampoco, pero fue a ella a la que llamó de inmediato–. Hola Mila, necesito tu ayuda, urgente...
....
Cuando cortó la comunicación, se preguntó si algún día su tímpano dejaría de vibrar como la hacía desde que Camila había gritado tan alto, después de calmarse, le prometió llamar al día siguiente avisándole si había logrado lo que le estaba pidiendo. No podía seguir manejando, se bajó del auto y caminó por la acera de un lado al otro, pensó que justo en ese momento un cigarrillo le vendría como anillo al dedo, aunque ella jamás había sido una fumadora como tal, luego pensó en las consecuencias del tabaquismo y no pudo llegar a pensar el dolor que le produciría apartarse de sus Smirnoff si estaba en lo cierto.
Miró una de las tiendas, y rió tan fuerte que varias personas la vieron al pasar, pero a Dinah no le importó, siguió derecho y miró las vidrieras, escogió una pieza amarilla, pagó en efectivo tan rápido como pudo, quería llegar a casa y hablar con Robert, él debía estar aterrado, tanto como ella, y no podía seguir solo.
Ninguno podía hacerlo.
Cuando llegó a casa, saludó al vigilante de turno que no era el viejito dulce. Sino un muchacho de 30 años.
–Buenas noches –dijeron ambos. Dinah lo miró–. ¿Cómo está tu esposa? –le preguntó. Porque recordó que también ella estaba embarazada.
–Bien –contestó algo sorprendido–, en dos semanas va a dar a luz.
Dinah le sonrió, y aferró a su pecho la bolsa de la tienda.
–¡Felicidades! –dijo y corrió por las escaleras hasta la puerta de su departamento. Paró abruptamente antes de abrir, Robert estaba dentro, la luz estaba encendida, lo veía por la hendidura de la puerta.
Cuando finalmente abrió la puerta, la imagen le pareció sacada de una película, Robert sentado en la mesa de la sala con las manos entrelazadas sobre la superficie, y una Corona frente a él, estaba hecho un desastre, y aún así ella sintió un escalofrío placentero al verlo.
–Hola –dijo mirándola sin sonreírle.
–Hola –contestó sentándose frente a él, tenía la bolsita aún aferrada al pecho –. Entonces, ¿vas a decirme qué te pasa?
–Podría hacer la misma pregunta –replicó él, bebiendo un último sorbo de su bebida.
–Honestamente no lo sé...
Robert alzó una ceja.
–Pienso que sí lo sabes –y fijó la vista en la bolsa.
–Y yo pienso que tú también.
En ese momento Robert estalló en nervios y ansiedad.
–¿Cómo Dinah? ¿Cómo nos pudo pasar? Quiero decir, sé cómo llegamos a eso, pero ambos nos estábamos cuidando.
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...