|Parte de la confesión|
Camila detuvo el automóvil justo frente al vallado de protección del risco frente a la Bahía de St. Margarite. No había dormido y casi huyó de su casa cuando aún no había amanecido. El sol comenzaba a quebrar el horizonte y el cielo de a poco iba tomando color celeste, dando paso a otro despejado día de verano. Soltó su cinturón de seguridad y apoyó ambas manos y la cara sobre el volante, para ver como el astro rey iba completando su circunferencia dorada y calentando su rostro a medida que los segundos avanzaban.
En algún momento de la noche se cansó de llorar derrumbada en el piso y juntó los escombros de su dignidad, para esconder entre las gotas de la ducha, más de sus lágrimas amargas. Cortó el caudal del agua y dejó el baño. Paseó primero por la habitación y después por la casa, saltando de un pensamiento al otro.
¿Qué había pasado? ¿Cómo había entrado de nuevo Lauren en su vida?
¿Qué diablos podía significar todo eso? ¿Y cómo justificar la reacción de David? ¿Celos por la actriz de Hollywood que tenía estrellada a su mujer? ¿Una excusa para abandonar la noche en busca de su amante? ¿Tendría una amante o un séquito? ¿Y dónde carajo estaba, siendo las tres de la mañana? ¿Emborrachándose en un bar penando por la debacle de su matrimonio? ¿O regocijándose en un baño de champagne con una mujer veinte años y cuatro hijos menos que ella? ¿Qué quería de ella, el divorcio?
Se quedó dormida en la habitación de Dalia y al despertar, entró a su habitación como si fuera una ladrona. Se cambió como si estuviera robando esa ropa. David dormía como si nada hubiera pasado y jamás acusó recibo de su presencia. Abandonó la casa y afuera estaba tan oscuro como cuando había llegado.
Vagó por las calles de Dover hasta que sus caminos angostos la llevaron a la parte más alta de los riscos, el lugar turístico por excelencia en esa pequeña ciudad portuaria.
Estacionó la Van en un parador y clavó los ojos en el horizonte esperando que el sol amaneciera. Revolvió la guantera y sacó sus anteojos oscuros. La luz del sol ya estaba lastimándole los ojos. Abrió la puerta y se bajó del automóvil familiar para acercarse a la baranda de protección, de cara al precipicio. Sintió miedo.
Miedo de perder lo que tenía, de lo que significaba que su lucha hubiera sido inútil, que la reaparición de Lauren determinara el fin de su mentira, con todo lo que eso arrastraría. ¿Cuánto tardaría David en mirar a su hija y reconocer el parecido entre ella y la actriz? Nada, ya lo había percibido, lo había arrojado en la mesa como su carta ganadora. El asunto era: si David sabía que Dalia no era su hija, por la razón que fuera, de la manera que fuera ¿por qué seguía con ella? No. Era imposible.
David jamás toleraría semejante mentira, tamaño engaño. Y hubiera tenido en su mano todas las armas para derrotarla en un juicio por adulterio con una prueba viviente. Ni siquiera necesitaría un estudio de ADN. Con saber el tipo de sangre de la niña, sabría, como lo supo su médico, que no tenía manera de ser su padre. Eso le dio pavor.
Pero que Lauren estuviera tan cerca, tan vinculada con su entorno, ponía en manos de su peor enemigo un arma cargada y sin seguro: Ella. Para cometer suicidio o una masacre. Lauren tan cerca, a un paso de distancia, le daba las riendas al demonio, el control a sus instintos, el poder a lo más oscuro: Ella. Y como si su debilidad y falta de virtud no fueran condimento suficiente, la muchacha venía dispuesta a utilizar todas sus herramientas para hacerla caer. Necesitaba una salida.
Elevó la vista más allá de la baranda, su mirada recorriendo el pasto que se convertía en tierra, el borde en escarpado y más allá, aire. Una brisa calma le llegó con aroma a mar salado y dejó sus sentidos flotar sobre ella. Necesitaba paz, esa que había perdido años atrás.
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...