|Siempre tuya|
Irónicamente esa noche Dinah llegó a la cama directamente y durmió sin fiebre ni malestar, los días posteriores fueron igual, se sentía, sino bien, al menos no tan mal físicamente y llegó a preguntarse si esa ruptura que había sentido en el estacionamiento, cuando vio a Robert y Alissa besarse la había hecho inmune al dolor físico, que era el único que había "mejorado".
Ella estaba destrozada: dañada, rota o herida, era poco, estaba destrozada por dentro, era como si cada vez que daba un paso podía escuchar los trozos rotos chocar unos contra otros dentro del cuerpo, y estaba segura que no tenían que ver nada con la leucemia, ella estaba frágil, estaba como hecha de un cristal sumamente débil y ver eso, ver a Robert con Alissa fue tal cual la hubiesen dejado caer de un rascacielos, y ahora iba por ahí deambulando por cualquier lugar sin ser consciente de más nada que del ruido producido por los cristales rotos dentro de ella.
....
Cuando llegó la noche de la fiesta Dinah buscaba en cualquier rincón de su mente una excusa para zafarse de ir, pero no sabía que era peor, porque eventualmente prefería hacer un breve acto de presencia a ser interrogada y recibir mensajes de texto hasta la madrugada diciéndole que la fiesta era la mejor en la historia de la editorial... Sí, podía evitar eso asistiendo un par de horas y luego justificarse por el cansancio e ir a casa a morir metafórica y literalmente.
Buscó un su closet un vestido negro, que fuera con su estado de ánimo, se arregló lo mejor que pudo, cuando estuvo lista se miró en el espejo y las lágrimas se agolparon en sus ojos, no parecía una mujer destinada a morir, al menos no pronto. Sí, había perdido algo de peso, pero no era demasiado, bueno tal vez sí, era bastante, suficiente para recordarle que estaba enferma. Meneó la cabeza sacando esos pensamientos de ella, tomó el bolso y su abrigo también negros, y salió para el Manhattan, donde sería la fiesta.
El móvil sonó.
Normani: Dinah ¿Vas a venir?
Rápidamente tecleó un: Voy en camino.
Aceleró la velocidad del auto. Mientras más rápido llegara, más pronto se iría a casa nuevamente.
No le sorprendió lo majestuoso de todo, al llegar al restaurant fue recibida por un valet parking muy bien vestido. Llegó a la entrada y respiró hondo, tenía que aparentar ser feliz por dos largas horas, saludar y reír de chistes que no tenían nada de gracia, y por si fuera poco allí estaría Robert, tan cerca, pero simplemente lejos.
Dinah lanzó un rápido vistazo por todo el sitio, se le contrajo el pecho, en una de las mesas estaban Robert y Alissa, solos, y al parecer hablando de lo más entretenidos.
–Puede hacerlo –se recordó intentado dejar de mirar en esa dirección–. No es nada tuyo, es como deben ser las cosas.
–No hay nadie que no haya girado la mirada al verte entrar –Dinah se sobresaltó al ser interrumpida de sus reproches.
–Hola Darrell –dijo sonriendo... Y que comiencen las risas falsas, se dijo.
–Déjame felicitarte, te superas a ti misma cada día –Dinah frunció el ceño en señal de desentendimiento–. Me refiero a que no sé cómo haces, pero cada día estás más, y más hermosa.
No pudo evitar sonrojarse.
–Gracias –soltó, sin saber qué más agregar.
–¿Quieres algo de tomar?
–Eh... Sí, supongo.
–Vamos te llevo al bar –¡No, al Bar no! gritó en su mente, tendría que pasar frente a la mesa de Robert y Alissa. Fue llevada por Darrell que con delicadeza y casi rozándola, más que tocándola, le pasó la mano por la cintura para acompañarla. No le sorprendió ser recibida por la mirada casi encolerizada de Robert, que no duró más de 30 segundos, para luego volver a posar los ojos en su acompañante de mesa–. ¿Qué quieres tomar?
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...