Forgive me - Capítulo 35

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|Lo peor de nosotras|

Camila se cerró la chaqueta de Paige y subió al taxi que se detuvo ante ella. No sabía la dirección, pero casi todos en Londres conocían el One Hyde Park. Las calles desiertas de la madrugada se abrieron en silencioso camino a su destino.

El taxi se detuvo en la entrada oeste del complejo. El chófer accedió a esperarla. Cuando caminó hasta la entrada, se levantó las solapas, como si eso la hiciera desaparecer de la vista de los tres fotógrafos que estaban en la vereda de enfrente apostados contra un automóvil, la estela de humo de sus cigarrillos encendidos elevándose por sobre sus cabezas como las fogatas de los indios preparándose para la batalla. Uno de ellos levantó la vista y le apuntó con el teleobjetivo, ella pudo ocultar su rostro contra la pared y aprovechar el movimiento para entrar al edificio.

En la caseta de seguridad, el guardia la miró y abrió la puerta para recibirla. La miró como si la conociera.

—Buenas noches, señora. ¿Puedo ayudarla? —Era el guardia que había visto el día anterior cuando llegó con Lauren.

—Necesito ir a... —¿A dónde? Levantó la vista y vio los tres edificios separados del complejo. ¿Dónde estaba el departamento de Lauren? Era el séptimo piso, eso lo recordaba, pero no lo demás—. La señorita Jauregui me espera.

Como era de esperarse, el tipo la miró como si fuera un chiste. ¿Cuántas jovencitas harían la misma pantomima para saber algo de su ídolo? Por primera vez en su vida agradeció tener la edad que tenía y que se reflejara en su rostro cansado. El guardia de seguridad le dio una oportunidad.

—¿Me permitiría chequearlo? —Camila contuvo la respiración y asintió sin palabras.

El hombre volvió detrás de su escritorio y levantó el auricular del circuito interno de comunicaciones.

—Buenas noches, hay una mujer queriendo verla... sí —El hombre la miró de arriba abajo y asintió en silencio. Entonces se dirigió a ella—. Su nombre, por favor.

Quiso hablar, pero tenía la garganta seca de los nervios. Tragó dos veces y un escalofrío acompañó su voz.

—Camila Benson —El guardia repitió el nombre y cortó sin dar respuesta. Se acercó de nuevo y la miró con gesto preocupado.

—Por aquí. —El guardia la escoltó por un acceso interno hasta un ascensor—. La señorita Jauregui la espera. El teléfono interno se activa marcando asterisco. Si necesita... algo.

La voz preocupada del guardia puso en alerta sus sentidos. No entendió la última parte, pero agradeció con un gesto el dato del hombre. Subió al ascensor que la esperaba con las puertas abiertas. Marcó el número en el panel de control y cerró los ojos a la par de las puertas del elevador.

La campanilla le alertó que había arribado. Las luces del pasillo se encendieron ni bien puso un pie fuera del ascensor. No sabía a donde ir, desorientada en el corredor desconocido. Ninguna puerta estaba marcada, así que usó el instinto. Encontró una puerta más amplia y al empujarla accedió a una especie de palier privado.

Esa puerta si estaba marcada como 7G y estaba entreabierta. Empujó con una mano y no distinguió mucho en medio de la oscuridad. Dio un paso más dentro del departamento y apoyó la espalda en ella hasta que se cerró.

Lauren estaba allí, y no lo sabía sólo porque podía sentirla y porque el guardia había hablado con ella, sino por el fuerte olor a alcohol que le quemaba la nariz. Se quedó quieta, apoyada en la puerta, dejando que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad, intentando percibir algún movimiento. Quizás la esperaba en la habitación.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora