Forgive me - Capítulo 28

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|El color de la pasión|

Camila se resistía a apartarse de los labios que la ahogaban y pese a ello, necesitaba más que el aire. Lauren la tenía aferrada como si fuera la única manera de seguir con vida y las dos hicieron un esfuerzo titánico por separarse. La ojiverde le apartó el pelo mojado de la cara y esperó a que abriera los ojos.

—Tenemos que marcharnos —Camila asintió y se dejó llevar hasta la Van, donde Lauren la hizo entrar y luego se subió para alejarse del lugar. 

Estaba abrazada a sí misma empapada de pies a cabeza, consciente de que esto le significaría una recaída en su persistente gripe, pero qué poco le importaba.

Lauren se apropió del asiento del conductor, se quitó la chaqueta de cuero y después la sudadera que no estaba tan mojada y la acomodó sobre sus hombros, aprovechando esa cercanía para volver a acariciarla, besarla despacio y mirarla a los ojos.

—Estás azul, ¿cómo se enciende la calefacción? —Camila estiró la mano y encendió la ventilación, subiendo la temperatura. Lauren hizo girar la llave en el encendido y maniobró con seguridad como si lo hiciera todos los días—. ¿Estás bien? —Camila asintió en silencio y dejó que sus ojos se perdieran detrás del vidrio empañado. Desconocía el camino, pero no le importaba a donde iba en tanto estuviera con ella.

Llegaron al enorme y exclusivo complejo de One Hyde Park. Alguna vez había leído sobre ese lugar: los departamentos más caros y lujosos de Londres. A esa altura y con quien estaba, no tenía por qué extrañarle estar en ese lugar. Lauren sacó del bolsillo de su pantalón un pequeño comando con las llaves de un automóvil y lo accionó apuntando hacia un costado, para que un portón automático se abriera a la mitad de la calle y acceder al estacionamiento del complejo. Un guardia de seguridad la saludó y apenas se interesó por su acompañante. Camila se volvió para mirarla con la pregunta en los ojos,  mientras la actriz maniobraba y estacionaba.

—La producción de la película rentó este departamento cuando volví a Londres.

—Ya no es seguro que estés en Soho.

—Amaba ese lugar... —sus ojos volvieron a encontrarse a la vera de los recuerdos de "su" lugar, el de ellas dos. Camila se perdió en esas memorias.

Lauren se bajó rápido del automóvil y le abrió la puerta para descender, estrechándola contra su cuerpo mientras caminaban hacia el ascensor de servicio. Una vez allí se permitió inspirar profundo. Avanzaron cuando las puertas se abrieron y caminaron un par de pasos hasta la puerta, que de seguro tampoco era la principal. Hizo girar la llave y la sostuvo para que la morena entrara.

—No creo que haya paparazzi hoy. Deben estar en el estudio, pero...

—Está bien.

Entraron y Camila admiró esa cocina moderna, de última generación: negro y plateado con ventanas ahora empañadas por la lluvia. No había nada fuera de su lugar, limpia e intacta. Lauren la guió atravesando ese ambiente que debía ser uno de los menos visitados de la casa, a excepción del refrigerador, para llegar a la sala principal que estaba del todo oscura... o casi.

Con el reflejo de la pantalla del televisor amurado en la pared, Camila pudo divisar los muebles claros de líneas netas y tendencias minimalistas, la mesa de centro cubierta de cajas de comida rápida y pizza, botellas de cerveza, libros y guiones. La laptop abierta pero apagada en el sillón, y un control remoto junto a ella. La imagen congelada en la pantalla acaparó toda su atención y se acercó al respaldo del sillón para quedar enfrentada a ella... a su propia imagen.

Era ella misma quien estaba allí, apenas borroneada por el movimiento congelado, en blanco y negro. Camila se inclinó sobre el sillón para rescatar el control remoto. Presionó stop, después play y la secuencia de imágenes comenzó desde el principio.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora