|Arenas Francesas|
El día tomó su cauce y el encuentro con Lauren quedó archivado en lo más profundo de su mente.
El poco tiempo que estuvo en la calle, en Londres y en su barrio, lo manejó como si estuviera en el medio de fuego cruzado, mirando para ambos lados y hacia atrás, confirmando que nadie la seguía, que no había cámaras ocultas filmando sus pasos, fotógrafos acechando sus movimientos.
Ya en su casa, con su hija a cubierta, estuvo un poco más tranquila, y para no pensar en nada más, porque le aterraba siquiera pensar en las alternativas que tenía, se la pasó el resto de la tarde jugando en el patio trasero de su casa con Dalia y su perra hasta que cayó el sol.
La rutina se dio sin inconvenientes: baño, cena, breve sobremesa, David con Dalia y su postre, Camila con sus platos y excusas de limpieza, ambos con sus mutuas y habituales salidas elegantes. Subieron juntos las escaleras, cuando todas las luces se apagaron, pero se despidieron en la escalera. Ella se encargó de dormir a la niña y cayó rendida en el trámite, mientras David se encerraba en su estudio a salvar el mundo, o lo que demonios fuera que hiciera detrás de esa puerta.
.....
El amanecer del miércoles comenzó como siempre, David saliendo de la casa ni bien ella despegaba los ojos, en la cama de la pequeña, el sonido del motor de la coupe alejándose en el silencio de la mañana. Un día más, aunque no fuera igual.
Camila volvió a salir, con Dalia en brazos, como si su césped fuera un campo minado. Revisó los alrededores de la escuela en busca de colores enemigos o rostros adorados, pero no había nada. Tampoco la esperaba en la puerta del gimnasio, para interrumpir su rutina.
Recién adentro, detrás del ventanal, respiró tranquila. Por lo menos por dos horas, estaría a salvo. Nada amenazaría a Dalia dentro del colegio, ella estaba a cubierta entre la clase de Pilates y el locker de damas, salvo que buscara un escándalo, y decidió que después, estaría en el área de cobertura de su marido, a su amparo.
Así esperaba poder mantenerla alejada. Después de todo, Lauren ya estaba al tanto de que David no sabía nada y si lo que quería era acercarse por las buenas, lo último que haría sería lastimarla. Contaba con eso o con que David reaccionara como el hombre posesivo que era y la alejara.
Se quedó pensando en esa última imagen. No. No quería que se enfrentaran. Quién sabe cómo podía disparar eso las cosas.
Salió del gimnasio inmersa en sus pensamientos, colgándose el bolso al hombro, sacando las llaves del bolsillo externo, cuando alguien se adelantó a ella con paso más rápido y se puso a su par sin detenerse.
No se sobresaltó, ni gritó, aunque su mente pegara un tumbo. ¿Su cuerpo la estaba esperando? De alguna manera sus sentidos estaban preparados para ello. Estaba vestida de negro de pies a cabeza, con la cabeza cubierta por la capucha de la sudadera sin inscripción y su rostro disimulado detrás de los anteojos.
Se detuvieron entre los dos vehículos estacionados. Camila la miró con los labios apretados. Contuvo la respiración mientras ella trataba de respetar su espacio personal.
—¿Qué quieres?
—Quiero que hablemos.
—Creo que ya dijiste todo lo que tenías que decir.
—No. Quiero que me escuches —Camila se cruzó de brazos y levantó el rostro, inclinándose apenas a un costado.
—Y yo no quiero escucharte... porque todo es parte de la misma sarta de mentiras y justificaciones.
ESTÁS LEYENDO
Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...