Forgive me - Capítulo 18

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|The Kew: El confesionario|

¡Qué cobarde se sentía! Huyendo a un lugar público como en alguna película que había visto; manejando con los ojos en el espejo retrovisor como si alguien la siguiera. Entrando a la casa como si estuvieran a punto de dispararle desde algún techo. Sorprendentes son las cosas que puede crear la psiquis de una persona con la conciencia manchada.

Había llegado a su casa y corrido a bañar a Dalia antes de que cayera rendida después de la extenuante jornada. No tuvo tiempo de cenar. La acostó en su cama y se quedó sentada allí, en penumbras, mirándola dormir. Las palabras de Drew resonaban en su mente. Podía cargar a la niña en la Van, con una maleta y huir a la casa de su suegra. Podía ser el escondite ideal hasta que David regresara, y hablando del diablo...

—Hola.

— Hola. ¿Cómo estás?

—Bien. ¿Ya llegaron?

— Sí, hace un rato. ¿Cómo está Dalia?

—Bien. Durmiendo. Fuimos al zoológico. Hablé con Drew.

—¿Cómo están los niños?

—Aburriéndose como en su vida.

— Te dije que ya estaban grandes para ese tipo de campamentos.

Camila apartó el teléfono y lo dejó hablando solo. Sí, él lo había dicho, pero ellos habían insistido en ir y así se hizo. ¿Desde cuándo ella tenía poder de decisión en esa casa?

—¿Cuándo vuelves? —David suspiró, entre la resignación y el fastidio.

— No lo sé aún. Supongo que el martes o el miércoles. Pasaremos el fin de semana aquí y después volveremos a París.

—Ok. Te veo a la vuelta, entonces —Uno y otro esperó la despedida formal. David suspiró y susurró:

— Cuídate, ¿sí?

—Tú también —Camila miró el teléfono y presionó el botón de apagado.

En su cartera, el sonido de su móvil anunció un mensaje de texto. Dejó el otro teléfono en su base y se deslizó en la oscuridad hasta llegar al otro aparato. Era un mensaje de Normani. 

"¿Puedes tomar un café conmigo mañana? 9 AM. The Kew ."

Digitó una respuesta, preocupada porque su amiga necesitara hablar de algo que pudiera resolver en ese momento, después de todo, estaba libre para trasnochar en el teléfono sin reclamos. El horario era extraño, el lugar, más aún. Y si el tema no era ella, ¿sino... Robert? Quizás por eso no querría que se encontraran en la editorial. La respuesta llegó de inmediato.

"No te asustes. No soy yo."

La intriga reemplazó el miedo y preguntó por el tema. Al segundo se arrepintió, cuando recibió el mensaje de Normani. 

"Lauren."

.....

La mañana pareció arrastrarse como una babosa para Camila, mientras esperaba con ansiedad inusitada el encuentro con su amiga.

Llegó temprano, se sentó en una de las mesas que estaban en la vereda, de cara al Támesis y el sol de la mañana. Faltaban 20 minutos para la cita y lejos de cualquier resabio cultural sobre su impuntualidad, Camila revolvía el café que humeaba en su mesa, mirando a sus costados, escudada bajo los anteojos oscuros que estaba usando.

¿Qué quería que hablaran sobre Lauren? Una sola cosa pasaba por su mente, que ella hubiera hablado con ella, con ellos. ¿Qué le querría decir Normani?

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora