|Ensayo de cumpleaños|
Camila abandonó el salón de belleza y el Centro Comercial con el tiempo justo para recoger a Dalia. No despachó al taxi e hizo que la esperara para ir después a la cafetería, donde David la esperaba.
Dalia entró corriendo al local, empujando con todas sus fuerzas la puerta vidriada y fueron los brazos de Noel los que la recibieron con afecto. Y no sólo porque fuera su cumpleaños a escondidas. Noel adoraba a Dalia, como a todos sus hijos, ganando con su cariño y dedicación, el lugar para el que había sido nominado: él era el padrino de cada uno de sus varones como el mejor amigo de David. Un padre elegido con el corazón, enviado por Dios, presente siempre, en las buenas y en las malas, relegando su propia vida. Era parte de la familia, eso era innegable. Estaba para ellos, y para ella también. Más de una vez la había visto caer y la había sostenido, la había escuchado cuando su vida y su matrimonio parecían despedazarse a su alrededor. Siempre con su silencio comprensivo y su abrazo contenedor. Noel era una de las pocas personas que conocían el lado más oscuro de su vida. Su vida llena de adicciones, al borde del precipicio.
Se detuvo un momento antes de entrar, y ese tiempo fue suficiente para apreciar la pintura completa.
Todos, propios y extraños, giraron al ver a la criatura de ojos color esmeralda y cabello castaño y sucumbieron a su hechizo, como si su risa y sus palabras, nunca en media lengua, fueran un canto mágico que los hiciera caer a sus pies. Nadie dejó de mirarla y sonreír, y ella aceptaba las atenciones como si supiera que había nacido para ellas. Tenía la misma sonrisa de su madre, cuando miraba como al descuido por sobre el hombro, cuando parte del público la saludaba, y sus ojos, y su pelo... y sus manos.
Brillaba, como si un reflector se encendiera con cada paso que daba y una cámara registrara cada uno de sus movimientos. En brazos de Noel, mimada por David, el foco de atención de clientes y empleados, la criatura estaba en su mundo: en el centro del escenario.
Dalia pasó de los brazos de Noel a los de David que se encaminó a la mesa que solían ocupar, junto a un enorme ventanal que daba a un jardín interno que ella misma había ayudado a diseñar años atrás, cuando había descubierto el poder del Feng Shui y la paz de los jardines zen. Noel caminó hasta la puerta y extendió la mano para hacerla entrar, porque ella seguía allí, parada, detenida en el tiempo, sólo Dios sabía por qué.
Sí, por suerte sólo Dios sabía por qué.
—¿Estás bien? —dijo Noel sin disimular su suspicacia. Camila encogió un hombro y tomó la mano del hombre, que la acercó hasta su costado para dejar un beso en su mejilla y susurrarle al oído—. Te ves hermosa, pero no le digas a David que te dije o se pondrá celoso.
— Como si le importara —Fue su única respuesta. Avanzó hacia la mesa, saludando a los empleados de lejos y se sentó frente a David y su hija.
—¿Qué pasó con la Van?
—¿La Van? —Camila miró a su hija que sonreía desentendida... ¿Ya le había dicho todo lo que había pasado? Traicionada por su propia sangre—. Algo le sucedió en el parque y la dejé allí.
—¿Y por qué no me llamaste?
— Porque estaba apurada.
— Mila, son las 12 del mediodía. Tuviste toda la mañana para avisarme y que pudiera hacer algo.
— Lo sé, estuve ocupada.
— En la peluquería —Se miraron con frialdad dos segundos. Vaya, vaya. Se dio cuenta después de todo, fue su única reflexión, ignorando que quizás, debajo de su tono sarcástico había otra recriminación. ¿Estaba insinuando algo más?
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...