Salí huyendo de la habitación de Anthony, me sentía en una de esas películas donde el asesino viene persiguiéndote, cuando llegue a la planta baja salí disparada pero un enorme cuerpo me detuvo.
–Debora ¿Estas bien?– era nene el asistente de romeo.
No supe que decirle solo me le quede viendo y me solté a llorar cuando sus brazos me envolvieron.
Nene me llevo a una de las salas privadas y trato de tranquilizarme pero yo simplemente no podía dejar de llorar.
–¿Que pasa?– pregunto frotando mi brazo para tranquilizarme.
–Soy una estupida nene, eso pasa.
–¿Anthony te dijo algo que te hirió?
–No– dije limpiándome los ojos.
–¿Que pasa entonces?
–Pasa que lo amo nene, que no logre olvidarlo del todo.
–Y por qué no le das una oportunidad?– pregunto.
–Estoy casada, CASADA– dije mostrándole mi anillo.
–Anthony en verdad te ama...
–Es demasiado tarde, él tiene su vida, yo tengo la mía... no sé a qué vine.
–Estas aquí por qué Anthony te importa.
–¿Y que me gano con eso? Solo complicaré las cosas.
–Anthony no ha dejado de pensar en ti un solo día.
–No me digas esas cosas nene por favor– dije llorando tapándome la cara.
–Es la verdad...
–La eligió a ella... siempre fue ella más que yo...
–Estas muy equivocada debora, tú elegiste por él. Él te busco y te encargaste de no ser encontrada.
–¿Que querías que hiciera? Si veía lo feliz que estaba con la llegada de su hijo. Eso me hacía entender que había hecho lo correcto.
Pero me dolía... me dolía por qué yo también había tenido un hijo de él. Y mi hijo jamás iba a conocer a su verdadero padre. Anthony jamás iba a sentirse orgulloso de él. Mi hijo jamás iba a tener el amor de Anthony.
–Debo irme nene, no puedo seguir aquí– dije desesperada buscando mi bolsa.
–Déjame que te acompañe, no puedes irte así– dijo preocupado.
–Estoy bien, gracias. Por favor, te lo ruego no comentes con Anthony esta platica por favor... Prométemelo.
–Te lo prometo– dijo nene no muy convencido.
Subí a mi coche y traté de tranquilizarme, no quería tener un accidente por mis tonterías. Cuando llegue a mi casa por suerte ni mi esposo ni mi hijo estaban.
Como se me había ocurrido semejante tontería? ¿Por que había ido a buscar a Anthony? – me pregunte miles de veces mientras lloraba sentada en un rincón de mi habitación.
Anthony no va a quedarse tranquilo con mi cicatriz, no va a quedarse tranquilo por que le dije que aún lo amaba, no va a dejarme tranquila... La cague hasta el fondo.
Con torpeza tome mis cosas y me metí a bañar, no quería que mi esposo me encontrara así. Me sentía tan culpable... había ido a meterme a la cueva del lobo, lo peor es que estaba consiente de todo... consiente de como me tocaba, como me besaba... aún sentía sus manos sobre mi piel.
Salí de bañarme, me coloqué mi pijama y me recosté de lado. Sentía los ojos hinchados de lo mucho que había llorado, Soy una estupida.
–Hola Cariño– dijo mi esposo entrando a la habitación.
–Hola ¿Que tal tu día
–Ya sabes, cirugía tras cirugía, de verdad es un trabajo muy agotar– dijo mientras se desvestía y se acostaba a mi lado.–Solo espero jubilarme pronto para poder estar contigo siempre– dijo dándome un beso en el cuello que me hizo sentir nauseas.
Comenzó a acariciar mi brazo y continuó dándome besos por el cuello. Sabía sus intenciones pero después de lo de hoy no quería intimar con él, no ahora y no sé si después.
–Me siento mal– dije poniendo mi mano en la suya.
–¿Que tienes amor?– dijo girándome para verme.–¿Lloraste?
–No, solo traigo alergia...
Alaric frunció el ceño.
–¿Alergia a que?
Estupida, es doctor y además es tu esposo.
–No se Realmente, todo el día me han llorado los ojos y tengo un dolor terrible de cabeza.
—Entonces no es alergia mi cielo, seguro va a darte gripa... Voy a traerte medicina– dijo levantándose.
–No es necesario ric, ya tome algo– dije tomándolo de la mano.
–¿Segura?
–Si, acuéstate y descansa.
–Descansa Deb... Te amo, te amo mas de lo que nunca ame a nadie– dijo dándome un beso en la frente.
Me hizo sentir tan culpable... Soy lo peor... él me eligió contra cualquier obstáculo y yo... Yo soy una malagradecida. Acepto a mi hijo como si fuera suyo, me acepto a mi con un hijo y con mi problema para procrear. No merezco a Alaric.
Maldito Anthony tienes que salir de mi cabeza y de mi corazón.
Narra Anthony.
Me sentía tan confundido... fueron tantas cosas en menos de media hora. ¿Como pude dejarla ir?
Estaba sintiendo algo que me estaba carcomiendo el alma. No podía sacarme a ese niño de la cabeza. ¿Cuantos años tendrá? Si es hijo biológico de debora... ¿Quien es su padre?
Mierda... Mierda y más Mierda. Sentí un escalofrío que me recorrió toda la espina dorsal.
¿Habrá alguna probabilidad de que ese niño sea mi hijo?
Comencé a sentirme tan inquieto. Si debora me oculto algo así, no podría perdonarla jamás. ¿O si?
Llame a mi asistente y le pedí que viniera a mi habitación. Me sentía como un león enjaulado, caminaba de un lado a otro en mi habitación con desesperación. ¿Pero que podía hacer ahora mismo? No se donde vive debora, no tengo su numero, no sé nada.
–¿Que pasó Anthony? Cuéntame como te fue– dijo mi asistente sentándose muy contento.
–Mira después te cuento... Necesito que me hagas un favor
Nene asintió con la cabeza, él me conocía a la perfección, él sabía cuando yo no estaba bien, cuando algo me estaba pasando, era como un hermano.
–Necesito que investigues unas cosas, como sea... necesito saber cuando nació el hijo de debora, en donde, cuantos años tiene, quien es el padre, necesito saber todo..
–¿Que pasa con el hijo de debora?
–Creo que es mi hijo– dije desconcertado.
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Clandestino / Romeo Santos
RomanceDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.