2-7

548 44 25
                                        

Narra debora.

Abrí mis ojos y se me vieron a la mente todos los momentos de ayer a eso sumándole que tenia una resaca de infierno, no es lo mismo emborracharse a los 20 años que ahora.

Era tardisimo, tenía muchas llamadas perdidas de mi esposo y de mi suegra.

–La madre que me pario– dije pegándome en la frente al recordar que debía ir por mi hijo a la casa de mi suegra.

Definitivamente Anthony me hacía mucho mal, mucho.

Con todo el pesar de mi alma tome un baño y me arregle, debía ir por mi hijo y prepararme para el sermón que mi suegra me tenía preparado. A pesar de que no era su nieto lo amaba como si lo fuera.

Cuando me subí a mi auto, me tome unos segundos para revisar mis redes sociales y bueno termine escupiendo el agua que estaba tomando al encontrarme con una lluvia de imágenes de Anthony desnudó anunciando el regreso de aventura.

¿Que es esto? ¿La crisis de los 40? Descarado, Ni siquiera a mi me había enviado fotos enseñando el culo ¿No piensa en sus hijos? ¿Que les dirá cuando le pregunten por su supuesto "desnudó artístico"?

Si estuviera conmigo jamás le hubiera permitido exhibirse así. Debía admitir que estaba celosa de que lo vieran así y quién sabe qué tantas cosas se imaginarán con él.

No puede evitar los recuerdos que ese cuerpo desnudó me traía. Por lo menos no enseño todo pero coño... empecé a sentir un calor endemoniado al recordar sus manos recorriéndome anoche. Si no hubiera visto mi cicatriz... ufff.

–Otro problema más– dije estrellando mis cabeza contra el volante.

Solté un suspiro y recobré la compostura. Encendí mi auto y fui en busca de mi pequeño, necesitaba volver a casa lo más pronto posible.

Narra Anthony.

Me sentía tan desesperado, ahora tenía la espinita jodiendome en la mente todo el puto día.

–Y es que si Carajo, debe ser mi hijo– dije levantándome de la cama mientras sacaba cuentas de la edad del niño y cuando nos separamos... todo me llevaba a la misma conclusión.

Estaba comenzando a sentir algo por debora y no era precisamente amor... La estaba odiando por ocultarme las cosas.

Tome mi celular y llame a mi asistente. Si seguía así iba a volverme loco.

–¿Me tienes alguna información?– pregunte desesperado.

–El niño tiene 2 años y algunos meses, nació en Barcelona. Sus padres son Alaric cascaste y Debora. Peso 3,200g y midió 40 centímetros. Es todo lo que pude averiguar.

–Nada de lo que me dijiste me sirve, solo la edad del niño. Carajo ¿a mi para que me sirve saber cuanto peso y cuanto midió?– dije molesto.

–Anthony, es lo que averigüe. Necesitas tranquilizarte y pensar las cosas.

Colgué la llamada sin decirle nada.

"Te conseguí el número de debora, llámala" – me envío nene en un texto después de la grosería que le había hecho.

La llame y al segundo timbrazo respondió.

–¿Si?– respondió. Y yo me quede mudo como un adolescente cuando le llama a su amor platónico de la secundaria.

–¿Quien habla?– Su voz me gustaba tanto, era una mezcla de todo... era sexy pero Dulce a la vez.

Me aclare la garganta y respondí.

–Soy Anthony– dije temiendo que me
Colgará.

–¿Que quieres?– su voz se volvió fría.

–Necesitamos hablar Deb...

Deb soltó un suspiro.

–Anthony... debemos parar, por favor.

–Necesito hablar contigo debora, voy a volverme loco.

–Tu y yo no tenemos nada de que hablar. Así como yo un día decidí irme para que fueras feliz, haz lo mismo ahora. No quiero poner en peligro mi matrimonio por tu culpa.

–Necesito saber algo Deb...

–Debo Colgar...– dijo nerviosa. – Hola mi amor– escuche antes de que colgara y sentí como la sangre me hervía. Aún sentía que ella era Mía y saberla con otro me hacía enfurecer.

Necesitaba un doctor... Si un doctor.

Llame a recepción y exigí que me enviaran un doctor por qué me sentía mal pero yo no quería cualquier doctor. Quería a Alaric Cascante, ese cabron iba a decirme la verdad.

Narra debora.

Sabía, yo sabía que Anthony no se iba a quedar tranquilo. ¿Que hago ahora? No voy a quitármelo de encima.

–Mami, ¿con quien hablas?– me pregunto mi hijo cuando colgué la llamada. A pesar de su edad era muy inteligente y comenzó a hablar muy pequeño.

–Con nadie importante mi amor– dije dándole un beso en la mejilla.

Mi hijo era adorable y todavía no entendía como el pendejo de Anthony no se dio cuenta que es su hijo, son tan idénticos. Incluso tienen los mismos lunares... en la frente y debajo del ojo. Y lo más sorprendente es que le encanta la música. Anthony se volvería loco con él.

Estaba viendo a mi hijo mientras coloreaba en su cuaderno cuando algo me llamó la atención.

"No olvida che en Ibiza..."

–¿Que estas cantando mi amor?– pregunte intrigada.

–Che en Ibiza– me dijo mi hijo como explicándome algo obvio.

–No se me olvida esa noche en Ibiza– le cante y mi hijo se emocionó.

–Esa es– dijo divertido volviendo a colorear.

¿Por que sabe esa canción? Sentí tantos sentimientos encontrados... ¿Por que estaba cantando canciones de su papá? ¿Por qué Ibiza?

–Amor... ¿Donde escuchaste esa canción?

–Mi primo naniel– dijo encongiendo los hombros. 

Maldita sea, hacia los mismos gestos que Anthony. En este momento quería volver a llorar como lo hice anoche.

–Hola mi vida– dijo Alaric entrando a la casa.–Hola campeón– dijo saludando a "nuestro" hijo.

Matías boto los colores y corrió a abrazar a su papá. Alaric se agachó y lo cargó para llenarlo de besos. Antes me parecía hermoso, ahora estoy llena de remordimientos.

–Mi amor voy a darme un baño y me voy– dijo acercándose a darme un beso en los labios.

–¿A donde vas?

–Me llamaron de un hotel que necesitan un médico, que él cliente no quiere a nadie que no sea yo... seguramente es algún paciente mío, no se– dijo haciendo una mueca y subió a bañarse.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora