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–¿A donde vamos?– le pregunte a Anthony mientras abordábamos el avión.

–Es una sorpresa te va a gustar– me dio beso en la mano y se sentó junto a mi.

Anthony me había convencido de dejar a Matías en casa con su nana, me juró que tío estarían al pendiente también. No quería pero al final de cuentas me convenció. Según Anthony quería que disfrutáramos de este pequeño viaje.

En la parte de atrás venían nene, sus sobrinos y su hijo. Me dio mucho vergüenza al verlos con tan solo imaginarme lo que piensan de mi, obviamente no creo que Anthony les haya contado las cosas tal cual pasaron siempre suele acomodar la versión a su conveniencia pero aun así me sentía incómoda.

Yo era la novia de su mejor amigo y termine con él.

–Tranquila, ellos no nos juzgan– me dijo al oído al verme un poco nerviosa.

–Oye deb, estoy muy indignado– escuche decir a alex.

Abrí los ojos como plato. –¿Por que?

–¿Por que escogiste a mi papá y no a mi?

Solté el aire y me reí. Ya había olvidado que era igual de ocurrente que su padre.

–Yo estaba primero.

–Bueno considerando que te doblo la edad... No había oportunidad.

–Diría mi papá "Son numeritos que fastidio"

–Oye cálmate– Anthony lo amenazó apuntándolo con el dedo.

–Bueno ya... pero y el hermano que supuestamente tengo?

–Tu padre me convenció de dejarlo en casa, aún es pequeño...

–Bueno pero quiero conocerlo... aunque posiblemente ahora sea el consentido de mi papá.

–Cada uno tiene su lugar, tu ya estás mayorsito y sabes que tu padre siempre va a estar para ti– menciono Anthony con mucha seriedad.

–Sabes que eres bienvenido en casa cuando gustes.

–¿Ah... Ya hasta viven juntos? Eres rápido Santos.– alex cruzo de brazos.

–Que más rápido quieres si tenemos un hijo.

El ambiente se estaba poniendo tenso y yo necesitaba parar esto.

–Ya, no peleen por mi culpa– les puse cara de perrito regañado.

Anthony frunció la frente y se volteó a la ventanilla del avión y alex solo me sonrió diciendo un "Ya, lo siento". Sus sobrinos eran lindos pero siempre se mantenían al margen de nuestras conversaciones.

Antes de aterrizar me di cuenta que era un lugar muy diferente a donde siempre solíamos ir, a Anthony le encantaba el mar y la playa.

–Escogí algo diferente, recordé que algún día me mencionaste que preferías los lugares frescos y arbolados. Espero te guste, las cabañas donde vamos a quedarnos son increíbles– me menciono Anthony apenas abordábamos la camioneta que nos llevaría hasta nuestro destino.

–Gracias mi amor– le di un corto beso en los labios.–¿Te puedo pedir un favor?

–Dime– sonrió.

–No pelees con tu hijo, puede que esté un poco celoso o que quizá esté un poco confundido con lo nuestro, tenle paciencia.

–Aveces se pasa...– volvió a fruncir la frente.

–Relájate papito– con el dedo le masaje la frente.

–¿Y eso?– me preguntó riéndose.

–¿Que?

–Estas muy rara– me toco la frente.– Últimamente estás muy cariñosa, usando muchos adjetivos conmigo cuando siempre me llamas Anthony o "mi amor"

–La menstruacion– encogí los hombros.

–Ay no me digas que te está bajando?– su cara desencajada era todo un poema.– Me has cagado el viaje.

Solté la carcajada.

–¿Y eso en que afecta o que?– me estaba haciendo la inocente.

–Pues en que va a ser...– parecía niño chiquito enojado. Se volteo a ver por la ventana de la camioneta.

–Nos podemos divertir y relajarnos sin necesidad de tener relaciones.

Me miro, arqueo una ceja y me ignoro.

Enojado era la cosa más sexy que había.

–Mi amor, no es mi culpa es algo que pasa cada mes–Me estaba aguantando la risa el muy bobo no se acordaba que la regla me vino hace dos semanas.

–Podías habérmelo dicho.

–Anthony.. no pensé que era algo relevante, ¿no puedes estar conmigo sin quererme llevar a la cama?– me estaba enojando.

–Ya, lo siento... Si puedo pero lo ideal era otra cosa. Sabes que amo pasar tiempo contigo, no solo es algo carnal, lo sabes Debora.

–Pues con esta actitud, me haces pensar otra cosa.

–Yo quería que nos levantáramos temprano, que fuéramos a nadar a la laguna, a subir alguna montaña, a lanzarnos por la tirolesa, todos juntos en familia y en la noche cuando llegáramos a nuestra habitación hacerte el amor bien rico. Eso era lo que quería.

No me dejo responderle nada por que abrió la puerta en ese momento por que justo acabábamos de llegar. Era un lugar precioso, tenía una vista maravillosa, sin dudarlo merecía un post en mis redes sociales.

–Tirame una foto ahí– dijo uno de los sobrinos de Anthony. Se pusieron a posar y tomarse fotos mientras mi ogro seguía un poco molesto admirando el paisaje. Parecía un monumento el desgraciado.

–No estoy menstruando Gruñon– le dije al oído mientras lo abrazaba por detrás.

–¿Te encanta jugar conmigo ah? Ahora no te voy a tocar ni un pelo en todo el viaje para que no digas que solo estoy contigo por el sexo.

Por andar jugando salí perdiendo.

Todos fuimos a nuestra habitación, la nuestra era preciosa, tenía una vista al lago, hacia mucho tiempo que no me sentía con tanta paz y con una increíble energía a mi alrededor, solo me faltaba mi bebé.

–Voy a bajar. Voy a ver si quieren jugar un poco al billar–Aún estaba un poco serio conmigo.

#DeboraSiempreCagandola.

Al poco tiempo baje y estaban todos riéndose, tomando un poco de cerveza.

–Ya llegó tu látigo– le dijo alex bromeando.

Anthony estaba mucho más relajado. Me tomo por la cintura y me dio un beso en la mejilla. –¿Quieres jugar?

–No se jugar esto.

–Ven, te enseño– me dio un taco de billar y me puso delante de él. Me estaba repegando todo y más a la hora que me indicó que me inclinara para pegarle a las bolas.

–Váyanse a su habitación– dijo uno de sus sobrinos y me puse de mil colores.

–Solo le estoy enseñando a tirar, no seas mal pensado– dijo abriendo los brazos y quitándose encima de mi pero yo ya estaba muy acalorada.

Vamos a ver si aguanta no ponerme ni un dedo encima.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora