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Narra Anthony.

Unos días después me arme de valor y fui a visitar a mi ex. A esa canalla que me había visto la cara de pendejo. Ella había estado llamándome para cuestionarme por que estaba comportándome así, por que me había ido de la casa y un sin fin de cosas que no había tenido el valor de responderle.

Cuando llegue a la casa, ella estaba en el sillón con el niño, al verme entrar corrió con él en brazos para darme la bienvenida.

–Dale el niño a la nana. Tenemos que hablar– dije con seriedad.

Ella dudo un poco. Le tomó por sorpresa mi reacción pero hizo lo que le pedí.

–¿Que pasa mi amor?– dijo con voz melosa tratando de tocarme la cara pero le agarre la mano.

–Pasa... que has estado viéndome la cara de pendejo... eso pasa– dije molesto.

–¿Por que dices eso Tony?– dijo afligida.

–¿No sabes a lo que me refiero?

–Tony... Si es por lo que me dijiste el otro día... dame un segundo...– busco su bolso y saco un sobre.– No se por que o que víbora te sembró la duda, sobre si es tu hijo o no... pero mande hacer una prueba de ADN para que estes tranquilo– me tendió un sombre.

Tome el sobre y lo abrí... era positivo.

–¿Quieres seguir viéndome la cara de pendejo? ¿A quien le pagaste para que falsificara la prueba?– le grite.

–A... A... A nadie– dijo nerviosa.

–Yo mande hacer una prueba de ADN el día que llevamos al niño al hospital. ¿Y sabes que? Dio negativa. ¿Quien es el padre de ese niño?

–Es tú hijo, por favor créeme– dijo llorando.

–¿Es hijo de Cedin?– le pregunte y abrió los ojos como plato.

–N... N... No... tu eres su padre.

–¡Deja me mentir!– dije desesperado. –¿Por que? ¿Por que me hiciste esto?– dije acercándome a ella.

–No quería perderte– dijo llorando.

–Ahora es que veo la diferencia entre tú y debora...

–No me compares con esa zorra.

–Ella sacrificó su felicidad por mi "felicidad" y tú... eres una egoísta que preferiste mentirme, jugar conmigo y con mis sentimientos por tu Bien propio. Así no es el amor.

–Tony yo te amo mi amor, más que nadie en este mundo, tú lo sabes– dijo sollozando.

–Si me amaras como dices no me hubieras traicionado de esta manera. ¿Quien es el padre de ese niño?

–Cedin– dijo agachando la mirada.

–¿él lo sabe? – pregunte con miedo.

–No... quizá él ni siquiera recuerda que estuvimos juntos.

–¿Que fue lo que hiciste?– pregunte decepcionado.

–Tu me habías dejado... necesitaba hacerte volver a mi lado. Necesitaba darte una razón para estar conmigo. Él
era el único parecido a ti físicamente, así que lo drogue– dijo avergonzada.

–Me das mucha lástima, en verdad. Habla con Cedin, tiene el derecho de saber que tiene un hijo.

–No me dejes por favor– me suplico.

–No te voy a pedir que te vayas ahora mismo de mi casa por qué ante todo soy un caballero pero tienes una semana para tomar todas tus cosas y las de tu hijo. Te quiero fuera de mi casa y fuera de mi vida– le dije antes de azotar la puerta.

Cuando me subí a mi carro, no pude evitar llorar, yo era un tipo muy sensible y todo esto... por dios, parece sacado de un libro. Iba a extrañar a ese niño muchísimo... tres años educándolo, amándolo para que resultará que no es mi hijo.

La que decía amarme me traiciona y la que yo amo me odia. Bonita vaina.

Narra Debora.

Habían pasado casi dos meses desde la última vez que vi a Anthony, aveces lo veía por videollamada pero era algo rápido, él quería hablar con Matías y yo solo era el medio. Estaba evitándome y bueno... estaba bien.

"Necesito hablar contigo..." recibí un texto de Alaric.

"Te veo en la casa. Yo llevo la cena" respondí.

Mis emociones y mi cerebro aun seguían confundidos, aun no sabía que iba a hacer. Mi relación con Alaric cada día estaba peor y Anthony bueno... tiene Salud que es lo importante.

Cuando llegue a la casa, sentí todo muy tranquilo. No había juguetes tirados, ni se escuchaba esa risa exagerada igual a la de su papá. Ni tampoco nadie había corrido a saludarme.

–¿Donde está Matías?– pregunte a Alaric.

–Está con su baby sister, necesitaba hablar contigo.

–Debiste consultármelo primero–dije quitándome el abrigo.

No dijo nada, solo me ofreció una copa de vino y la acepté. Solo espero que sus intenciones no sean llevarme a la cama por qué no lo va a conseguir.

Me senté en el sillón y di un pequeño sorbo de vino. Era un vino tinto espumoso.

–Bien... –dijo sentándose y se dio una palmadas en las piernas.– No se por donde comenzar...

–Por el principio.

–Yo tuve una aventura... con una enfermera... tú estabas tan distante conmigo... y yo...

–Ya lo sabía– dije con tranquilidad dándole otro trago a la copa.

–¿Como?

–Alguien me hizo llegar unas fotos donde estabas comiéndote a besos a una mujer.

–¿Por que no me lo dijiste?

–Tenía suficientes problemas en ese momento.

–¿No te intereso entonces?

–No es eso Alaric. Se que he estado fallando como esposa. ¿Como te reclamo algo cuando yo no estoy cumpliendo mi papel?

–Está esperando un hijo mío–confesó.

En ese momento sentí como si me hubieran tirando un balde de agua helada encima. Pensé que sólo sería una aventura, no esto. Por algún motivo mi corazón estaba hecho pedacitos.

–Dime algo– dijo Alaric al ver que me quede callada.

–¿Que quieres que te diga?– dije con un nudo en la garganta.

–Mira mi amor, seamos positivos esto no quiere decir que vamos a separarnos, no. Así como yo acepté a tu hijo, espero tú lo hagas con el mío. Estoy muy ilusionado, pensé que jamás tendría un hijo que llevara mis genes y...– le di una bofetada.

–Se acabó Alaric. Quiero el Maldito divorcio– tire la copa de vino al suelo.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora