2-81 FIN 2T.

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Me parecía todo tan perfecto que no podía creérmelo.

Me sentía tan feliz que al abrir los ojos  lo primero que me encontraba era a Anthony durmiendo a mi lado, con su mano encima de mi cintura como si no quisiera dejarme ir a ningún lado. Escuchar los pequeños pasos de mi hijo entrando a la habitación y sentir como me jalaba el cabello para que lo ayudara a subir a la cama. Ver como Matías despertaba con besos a su papá y él despertaba feliz de tenernos ahí. Adoraba escucharlos reír cuando jugaban y se me encimaban para llenarme de besos y de cosquillas.

No me hacía falta nada si los tenía a mi lado pero esta mañana todo fue tan diferente...

–ANTHONY SANTOS– grité furiosa al despertarme con la cara llena de baba por su perro, además de que el muy confianzudo estaba arriba de MI CAMA!

Anthony entro corriendo a la habitación y casi resbala con el tapete pero al ver a su perro encima de mi se empezó a reír el muy cabron.

–Pero goldo, que haces acá papi– el perro movió la cola dándome con ella en la cara y pegó un brinco para acercase a Anthony.

–¿Que te dije de ese animal?– estaba muy molesta.

–Mami, es solo un perro. Dale una oportunidad, míralo que bello está– decía mientras lo acariciaba.

–Anthony, por dios. Exactamente por que es un PERRO, no tiene por que estar encima de mi CAMA y ademas imagínate cuantas bacterias tiene ese animal.

–Debora... está vacunado, desparacitado, recién bañado... Creo que tengo más bacterias yo y duermo contigo.

Me puse la mano en el puente de la nariz para tratar de controlarme y no soltar una carcajada. El muy estupido siempre me hacía reír pero yo tenía que hacerme respetar.

–Mami, míralo que lindo– se acercó y se sentó a mi lado mientras abrazaba a su perro.–No te conoce y ya te quiere.

–Ay pero yo no, quítamelo de encima Anthony– lo empuje pero no logre alejarlo mucho de mi y el perro empezó a lamerme los brazos.

–Anthony por favor, me da mucho asco la baba de tu perro– me levante de la cama y me aleje de ellos.

–¿Ahh pero la mia no verdad? Bien que te gusta que te...

–Cállate ya– le di con un cojín.–Y saca ese perro de mi cuarto.

Se empezó a reír y se levantó de la cama con su perro en brazos.

–Te amo mi histérica– me quiso dar un beso pero lo esquivé.

–Histéricas tus nalgas–Lo empuje y lo saque de mi cuarto.

–Mis nalgas no son histéricas– me grito desde el pasillo mientras se carcajeaba.

A pesar de mi enojo, no pude evitar sonreír. Anthony era la mezcla perfecta. Era dulce, bromista, tierno, caballeros, sexoso y un sin fin de cualidad que no terminaría nunca la lista.

Más tarde me asomé por la ventana y vi a mis dos hombrecitos en el jardín, mi hijo estaba encantado. Corría detrás del perro o el perro detrás de él, mientras Anthony estaba acostado en un camastro tomando el sol.

Es prieto y todavía se asolea más. Siempre lo reprendo por eso y me responde "Debí ser negro, siento que me falta flow" ¿Que quiere que en la noche no lo encuentre hasta que sonría?

Baje y me acerque a ellos, camine con discreción al ver que Anthony estaba muy entretenido en el celular viendo un vídeo de unas mujeres que enseñaban las nalgas mientras bailaban.

Soldado caído.

–No te es suficiente con las que tienes en casa o que– le grite y puse los brazos en mi cintura.

El pobre pego un brinco y tiro el celular al piso.

–Por que ves viejas encueradas, enseñando las nalgas aguadas– le reclame pegándole moderadamente en el pecho y soltó la carcajada. Me tomo por la cintura y me sentó en sus piernas.

–Por que tú no me las enseñas ni tampoco me bailas– dijo sonriendo.

–Ni lo hare... y ya Suéltame, me da rabia que veas esas cosas– intente levantarme pero no me lo permitió.

–Mi amor, la vista es muy natural. Es un vídeo simplemente.

–Me enferma sentir que deseas a otras mujeres o que te gusten o lo que sea que sientas al ver esas viejas zorras.

–¿Enserio te vas a enojar por eso?– Se seguía riendo el desgraciado.

–¿Tu que crees?

–Que no, por que a quien amo y a quien deseo es a ti. Tener todo cuerpo sudado encima del mío mientras te...– le tape la boca.

–Cállate Anthony.

El timbre de la puerta sonó. No esperábamos a nadie o por lo menos yo no había invitado a nadie, espero Anthony no me sorprenda con algún invitado.

–Señora Debora, la buscan– dijo la señora que nos ayudaba, se veía un poco asustada.

–¿Quien?– preguntó Anthony y se puso de pie. Tomo su camisa y se la puso.

–La... policia– dijo nerviosa.

–¿Como que la policía?– preguntó Anthony y yo me quede igual de intrigada.

¿Ahora quien se murió?

Anthony y yo fuimos a la puerta, para saber que había pasado por que y para que era que me buscaban.

Nos acercamos a la puerta, había dos policías y lo que parecía un abogado o que se yo.

–¿Usted es Debora?– preguntó uno de ellos.

–Si soy yo, ¿Que sucede?– para ser sincera estaba un poco asustada.

–Queda arrestada por el desfalco de un millón de dólares en "Fashion Runway", tiene derecho a permanecer callada hasta que su abogado esté presente.

Todo fue tan rapido que no lograba entender que estaba pasando, esto parecía una pesadilla.

El policía arrestándome, poniéndome las esposas, Anthony hablando en su inglés fluido pidiendo una explicación y rogando que no me llevaran. Las lágrimas se me escaparon al no entender que estaba pasando.

Ver a Anthony desesperado con el celular en la mano llamando a no se quien mientras los policías me subían a la patrulla. Yo no había robado nada, jamás me habría atrevido, aunque estuviera muy necesitada.

Alguien más estaba detrás de esto y yo iba a descubrirlo.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora