Capitulo 53

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No quería despertar, me sentía tan bien donde estaba. Las cobijas estaban calientas, las cortinas eran gruesas y oscuras tanto que no se filtraba ni un rayo de luz. Sentía una respiración caliente en mi cuello y un brazo rodeando mi cintura.

Me moví un poco y vi a Anthony dormido. Era un verdadero poema y mi corazón revoloteaba al verlo tan tranquilo e inofensivo. Anthony se movió y me apretó contra su cuerpo, acomodó su rostro en mi cuello y aspiro mi aroma lo cual me provoco un cosquilleo por todo el cuerpo.

—Buenos días– dijo con su voz enronquecida.

Me giré para verlo, aún tenía los ojos cerrados, estiré mi brazo y comencé a acariciar su cabello.

—Vas a hacer que me duerma de nuevo— dijo adormilado.

—Con esta cueva tan oscura quien no— dije al ver el cuarto que a pesar de ser de día parecía ser de noche.

Sonrió sin abrir sus ojos y me jalo para darme un beso en la frente.

—Me gusta tenerte aquí.

—Y a mi me gusta estar aquí contigo.

Abrió sus ojos, acarició mi mejilla y sin previo aviso se apoderó de mis labios, besándome con intensidad como si fuera el ultimo que fuera a darme.

—Eres muy hermosa... tanto que quiero hacerte mía cada día de mi vida— dijo sonriendo mientras acariciaba mi mejilla.

—Podrías hacerlo... pero te gusta tener tu harén.

—Solo son dos— dijo riéndose.

—Que conozco... quién sabe cuántas seamos— dije bromeando.

—Tu y Fran, no hay más– dijo acomodando mi cabello.

—Sin vergüenza— dije dándole golpecitos en su nariz.—¿Que harás hoy?

—Vendrá Cedin a ver la pelea.

—Ah— dijo haciendo círculos con mi dedo en su pecho.—¿Y si vuelvo con él?

—¿Para que?— dijo frunciendo la frente.

—Para seguir estando cerca de ti— dije riéndome.

—No hay necesidad, puedes verme cuando quieras... No quiero volver a compartirte.

—Eres muy egoísta– le dije sonriendo.

—Cuando se trata de ti, lo soy.

—Es injusto— le dije sentándome cruzando los brazos.

—Cualquier pretendiente que tengas lo voy a hacer huir– dijo sonriendo con una sonrisa perversa mientras ponía sus brazos detrás de su cabeza.

—¿Como a Mike?

—¿Quien es ese?— dijo riéndose haciéndose el tonto.

—Mi instructor.

—No se de que hablas— estaba aguantándose la risa.

—Me encantas— dije dándole un pequeño beso en los labios.

Me levante de la cama y Anthony me tomo de la mano para detenerme.

—¿A donde vas diablita?

—A cambiarme, debo irme.

Se me quedó viendo haciéndome entender que necesitaba saber más.

—Vas a tener visita, debes prepararte o no sé, pero yo no debo estar aquí.

—Aún es temprano, Quédate otro rato.

—Mi amor... ¿Que tú no has visto el reloj? Son las 3 de la tarde.

—Wow, ¿Dormimos mucho no?

—No, nos dormimos tardisimo por tus ganas de saciar tu libido y tomarme en cada rincón de la casa— le dije fingiendo molestia.

—¿Y ahora es que te quejas?— dijo riéndose.—Anoche no te vi muy negada.

—Pues es que...

—Es que nada— me interrumpió. Se sentó en la cama y me jalo por las caderas poniéndome enfrente suyo.—Una tentación como tú, necesita un pecado como yo.

—¿De que libro te robaste esa frase?— le dije riéndome.

—¡Ay no!— dijo dejándose caer en la cama.—Ya vete mejor.

Me empecé a reír y me senté encima de él.

—Toda la noche me la paso pensando en frases bonitas para decirte y vienes a decirme que me las plagio... No tienes corazón— decía indignado evitando verme.

—¿Me perdonas?

—No— me volteo la cara.

—¿No me vas a perdonar?— le puse cara de perrito triste.

—No.

—Po favor, shi?— le dije dándole besitos por toda su cara.

—Ridicula— me dijo riéndose.

Le hice cara de indignada y me levante de la cama, busqué mi ropa y me metí al baño mientras escuchaba sus súplicas, puse el seguro y me metí a bañar. Me puse nuevamente mi vestido, cuando salí Ant no estaba, antes de salir del cuarto le dejé un regalito.

Busqué a Anthony y no estaba, me dejo un recado en la mesa que decía que había sacado a pasear a sus perros. ¿No podía esperar a que yo saliera? Tome mi bolso y me fui. No iba a buscarlo ni a responderle sus llamadas.

Más tarde recibí una llamada de un número desconocido por alguna razón extraña decidí responder...era la novia de romeo para invitarme a casa de él para ver la pelea. Sin pensarlo dos veces accedí a su propuesta.

Cuando toque la puerta, Anthony fue quien me abrió. Su cara fue de total asombro al verme, casi se le salían los ojos de la impresión.

—Que bueno que viniste Deb– dijo su novia corriendo a abrazarme.

—Gracias a ti por invitarme— respondí correspondiéndole el abrazo. —Hola Anthony.

—Hola— dijo nervioso cerrando la puerta.

La novia de Ant se perdió entre los pasillos y me dejó a solas con nuestro amado hombre.

—¿Que haces aquí?— pregunto en voz baja. Estaba irritado por mi presencia.

—Tu noviecita que quiere jugar a ser cupido— le dije riéndome.

—¿Que?

—Ella me invitó por que quiere que me reconcilie con Cedin.

—¿Y tú has venido por?— estaba celoso.

—Por ti— dije dándole un beso en la comisura de los labios.

Cedin ya estaba ahí, cuando me vio su rostro se iluminó. Lo salude y me senté a su lado mientras manteníamos una conversación bastante trivial. La pelea había comenzado, me encantaba ver a Anthony viendo cosas que le gustaban. Era tan apasionado en todo.

Estábamos concentrados viendo la tele y comiendo frituras, cuando apareció su novia hecha un demonio.

—¿Que es esto Anthony?— dijo mostrando los calzones que había dejado esta mañana como regalo para Anthony.

Casi escupo el refresco al ver lo que sostenía en la mano.

—He... yo... — Anthony nervioso volteo a verme pero yo me hice la loca.

—Será mejor que nos vayamos y que ellos arreglen sus problemas— le dije a cedin para que saliéramos de la casa de Anthony y pudieran discutir Agusto.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora