–No vamos a tener sexo si es lo que estás buscando– se giró con brusquedad y se colocó encima de mi.
–¿Por que no?– con una mano lo empuje y lo quite de encima de mi.
–Anthony... no podemos basar nuestra relación en sexo, debemos fortalecer nuestra relación en otros sentidos, hacer más cosas juntos, divertirnos, simplemente compartir... no podemos solucionar todo con sexo.
–Podemos hacer ambas cosas, ya compartimos un rato, platicamos, tomamos unas cervezas ahora hay que fortalecer el cuerpo– mencionó sonriendo.
–Pues ponte hacer lagartijas o algo.
–Eso quiero pero encima de ti–se volvió a poner encima mío.–¿Ya no te excito?– rozo mi cuello con su nariz.
–Mi amor– tome su cara entre mis manos.–Hoy no, por favor.
Él asintió con la cabeza y me dio beso en la frente. Se levantó de cama y se metió al vestidor, cuando salió llevaba su pantalón de la pijama. Levanto el cobertor y se metió a la cama dándome la espalda, apagué la luz e hice lo mismo que él pero me acerqué y lo abracé, tomo mi mano y deposito un beso en ella.
Al día siguiente me levante más temprano que él, cosa que jamas había pasado en el tiempo que llevamos juntos, le preparé el desayuno y se lo lleve a la cama. Su cara fue de completa sorpresa.
–¿Y esto?– preguntó sonriendo.
–Te dije que te quería consentir, siempre eres tú quien tiene detalles conmigo, quiero balancear un poco la balanza.– encogí los hombros y le sonrei.
–Gracias deb... ¿Vas a desayunar conmigo?
Me senté junto con él y desayunamos juntos mientras veíamos la televisión, aveces se la pasaba horas pegado viendo sus series, este hombre podía hacer maratones sin ningún problema.
Y así nos pasamos todo el día, viendo televisión y comiendo, por la noche iríamos a cenar con algunos de sus amigos incluso tal vez iríamos de fiesta después.
–¿Ya estas lista?
–Ya casi– estaba observándome en el espejo. Había optado por un vestido corto color gris y una botas largas que llegaban hasta los muslos. Mi cabello lo agarre todo en una coleta y en mi cuello puse una gargantilla.
Cuando salí del vestidor lo vi sentado en la orilla de la cama mientras veía su celular, llevaba esa horrible camisa que compro cuando lo conocí, aquella que me recomendó comprarle a cedin.
–Anthony por dios...
–¿Que?– levanto la vista y me recorrió de pies a cabeza con la mirada.– te ves preciosa.
–¿Y esa camisa tan horrible? Te la voy a tirar a la basura.
–Es para recordarte viejos tiempos– sonrió.–¿Enserio quieres que me la quite?
–No ya es tarde, vamonos.
Llegamos al restaurante y ya estaban ahí algunos de sus amigos, algunos eran nuevos, otros ya los conocía pero eran de confianza ya sabían que era lo que había pasado, si fuera de otro modo ya me habría dado la vuelta para irme.
Anthony recorrió una silla para que me sentara y él lo hizo a lado mío. Pidieron la cena y comenzaron a platicar, una de las parejas tenía una bebé de algunos meses la cual no dejaba de llorar. Anthony la tomo en sus brazos y la pequeña dejó de llorar, en ese momento el corazón se me apachurro. Mi ánimo decayó en ese momento, se veía tan tierno... a él siempre le han gustado los niños, se divierte jugando con ellos, haciéndolos reír, haciéndoles caras.
–¿Quieres cargarla?– me pregunto Anthony emocionado.
–No– él entendió como me sentía y enseguida le entregó la bebé a su mamá.
Volteo, tomo mi mano y le dio un ligero apretón, entendía que era un gesto de apoyo pero aún así sentía esa opresión en el pecho.
La cena continuó y uno de sus amigos propuso ir a un club a bailar y beber un poco, creo que eso era lo que necesitaba, así que convencí a anthony. Él salía muy poco a esos lugares.
Llegamos a un club que estaba llenísimo, nos dejaron entrar por la puerta trasera pero obvio anthony y sus amigos influyentes... nos dieron una mesa vip, bebimos y bailamos un rato pero sus amigos querían ir a otro club y así lo hicimos... perdí la cuenta de cuántos lugares visitamos y de cuanto había bebido ya.
La última parada fue un maldito club de strippers, yo no lo sabia si no me hubiera negado rotundamente. Entramos y había tubos por todos lados, mujeres enseñando todo mientras bailaban, incluso unas estaban desnudas mientras los hombres e incluso mujeres les lanzaban dinero.
Quería taparle los ojos a anthony.
Esto era algo totalmente nuevo para mi, nunca había entrado a un lugar así. Nos llevaron hasta un area privada en la parte de arriba, que se podía ver hacia abajo pero de abajo hacia arriba no se veía nada. Todo el rededor era de sillones y en el centro había dos tubos para bailar.
Pidieron las bebidas y llegaron enseguida. Yo pedí un tequila que me tome de golpe.
–Ni creas que te va a bailar ninguna vieja– le dije a anthony. Me sentía tan molesta.
–¿Por que? Solo voy a mirar no me la voy a llevar para mi casa– se sentía muy bromista. Vio mi cara de inconformidad y se rio.– Báilame tú entonces...
¿Me estas retando Anthony Santos?
Me levante con paso firme y me subí a la pequeña tarima donde estaba el tubo. Me miro expectante mientras le daba un trago a su vino. Lo que anthony no sabia era que había tomado clases de pole dance. Una canción bastante sexy comenzó a sonar (Caviar-lenny Tavares) comencé a bailarle moviendo la cadera y bajé sosteniéndome del tubo. Su cara me decía que lo que estaba viendo le gustaba pero cambio a una de total sorpresa cuando me subí al tubo y empecé a dar algunos giros, parecía otra stripper más del club pero vestida... anthony se paro del sillón y se acercó a mi, me acorraló contra el tubo y me beso.

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Clandestino / Romeo Santos
RomanceDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.