3-27

352 27 76
                                    

Cuando llegue a mi casa me sentía abatida, no tenía ganas de nada, ni de ver a nadie, eso es difícil cuando un niño corre abrazarte y dice que te extraño.

Subí a mi habitación y me lleve una gran sorpresa cuando abrí la puerta. Había arreglos de rosas por todas partes y un globo enorme que decía "perdón".

¿Por que hacía esto en este momento?

Perdóname tú a mi por perder a tu bebé.

Solté un suspiro y me senté en la cama, no había espacio donde no hubiera una rosa roja. Eran tan bonitas pero en unos días perderían su brillo igual que yo.

"Perdóname, soy un idiota. Te amo" me envió un mensaje de texto. Seguro sus informantes ya le dijeron que estaba aquí.

No puedo seguir así, necesito ser quien yo era, volver a tener ese brillo, esa fuerza... No puedo seguir deprimiéndome de esta manera, no es sano para mi ni para las personas que me rodean. Así que mientras esté en reposo voy a ponerme a trabajar, mi mundo no puede girar en torno a un hombre, mucho menos algo que ni siquiera estaba en mis planes.

Mi celular timbro y era anthony.

–¿Te gustaron las flores?

–Si, gracias.

–¿Leíste mi mensaje?

–Creo que es algo debemos hablar en persona, no por que llenes mi cuarto de rosas voy a dejar de sentirme la horrible persona que hiciste que creyera que soy.

–Perdóname mi amor, es solo que... fue difícil para mi, verte con otro hombre pensé que podría con eso pero no, no soporte. No puedo compartirte.

–Tampoco lo vamos a hablar por teléfono, cuando regreses lo hablamos– le colgué el teléfono. No tenía ánimos de lidiar con anthony, no hoy.

Toda la semana me la pase encerrada en mi cuarto, no salía para nada, la comida me la traía al cuarto, mi pobre matti solo me visitaba un rato en la tarde mientras veía la televisión, no podía explicarle por que no podíamos salir al jugar al jardín o por que no podía jugar con él a la pelota.

Enfoque todas mis energías en mi nuevo proyecto, en plantear bien que era lo que quería, tener clara cuál era la misión, visión y metas de mi empresa.

Iba a levantar mi propio imperio.

Hoy me sentía mas animada, desperté de mejore humor, definitivamente la autoterapia que me había dado me estaba funcionando, por fin había dejado de llorar por las noches pensando en lo que pudo ser.

Me metí al baño y tome un largo baño, de esos que te relajan hasta la mente. Seque mi cuerpo y me envolví en una bata. Abrí la puerta y me encontré a Anthony sentado en la cama, no puede evitar sentir que mi corazón se acelerara al verlo, pero su semblante era serio, tenía unos papeles en la mano. Cuando me escucho volteo a verme.

–¿Que significa esto?– estiró su mano y me dio los papeles.

Los abrí y eran los papeles que me habían dado en el hospital al darme de alta. No esperaba que se enterara de esta forma. Me quede callada, no sabia por donde empezar.

–¿Por que lo hiciste?– sus ojos se le rasaron.

–No es lo que tú piensas.

–¿No sabias quien era el padre y entonces decidiste abordar?– Sin pensármelo le di una bofetada.

No iba a permitirle ni una más.

–Fue un aborto espontáneo, yo no lo sabía. Me desperté en un mar de sangre y por eso fui al doctor, me hicieron un legrado por que obviamente ya no se podía hacer nada. Pase por todo esto SOLA anthony por que tú no estabas a mi lado. Tú estabas envuelto en tu mundo de indignación por algo que tú propiciaste.

–Perdón, perdóname– se hincó frente a mi con lágrimas en los ojos.–Soy un idiota, por favor.

–Ya estoy harta de ti, de esto.

–Mi amor por favor...

–Por favor nada anthony. Dejas que tu rabia hable por ti y me lastimas. ¿Crees que para mi no fue doloroso, tanto físico como emocionalmente? Llevo una semana sin levantarme de esa cama por que tengo que recuperarme, estoy luchando conmigo para no dejarme caer, para no entrar en depresión y para ti es muy fácil venir a pedirme explicaciones, juzgarme e incluso ofenderme. He pasado noches en vela, llorando por perder este bebé, por pensar en cómo iba a decírtelo, por pensar en que iba a decepcionarte...

–Perdóname mami por favor, no fue mi intension... es solo que lo leí y me llene de dolor por pensar que no querías... que fue a propósito... que...

–Ya por favor, no quiero escucharte por que no se hasta donde me llegue la paciencia y el amor que te tengo para no mandarte al diablo.

–Deb por favor– se levantó del piso y tomo mi rostro en sus manos.– Te amo, soy un idiota lo sé pero es que eres un enigma para mi, sorpresa tras sorpresa, tampoco es fácil para mi lidiar con tanto.

Me quede observándolo, sentía mucha rabia y lo único que pasaba por mi mente era pedirle un tiempo.

–Perdóname por no estar a tu lado, por dejar que pasarás este horrible momento sola, por ser tan idiota. Perdóname. No quiero perderte... déjame remediar todo este lío, déjame empezar de nuevo. Quizá no era el momento para que tuviéramos otro hijo... todo pasa por algo. En el momento que Dios quiera volver a enviarnos un bebé estaremos listos para recibirlo. No me decepcionas mami.

Sus últimas palabras derrumbaron mi mundo, el velo que puse para cubrir mi dolor se desvaneció, las lágrimas empezaron a escurrir por mis mejillas como una cascada. Anthony me envolvió en sus brazos.

–Estoy aquí para ti mi amor.

–Perdóname por ser una estupida, por no haberme dado cuenta, por no haber hecho caso a las señales... si yo me hubiera cuidado aún estaría aquí.

–No es tu culpa debby. No te tortures con esto, no te hagas daño.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora