–¡Anthony ya!– Agarre sus manos y las puse lejos de mi cuerpo.–Estoy cansada.
–Que poco aguantas– dijo sonriendo mientras ponía sus brazos arriba de su cabeza.
–Te aguante tres orgasmos, dame tregua Carajo– de verdad me sentía como si hubiera ido al gimnasio por 24 horas seguidas.
–No puedo– mencionó antes de ponerse encima de mi.–No puedo saciar mis ganas de tocarte, de besarte...
–Anthony...– dije con aparente molestia pero sus caricias y sus besos hacían revivir a mi cuerpo.
Coloque mis manos en su pecho y con todas mis fuerzas lo empujé y me lo quite de encima haciéndolo caer sobre el colchón. Me senté encima de él y comencé a frotarme en su cuerpo, los roces me provocaban una excitante sensación. Me gustaba mucho su mirada cuando estaba excitado, verlo sudoroso y saber que yo tenía el control absoluto sobre él me hacía perder el juicio. Uni su cuerpo con el mío y comencé a moverme de adelante hacia atrás y viceversa, sentí como sus grandes dedos se encajaban en mi cadera mientras yo me sostenía en su pecho sin dejar de moverme. Me tire hacia atrás, sosteniéndome con una mano en su pierna y comencé a moverme como serpiente, con la otra mano tome una de sus manos y la puse en uno de mis pechos, enseguida entendió lo que quería... con sus dos manos jugó con ellos, mientras yo seguía buscando mi propio placer. Quito una de sus manos y la dirigió a mi punto más sensible. Cerré los ojos y mordí mis labios al sentir la energía dentro de mi cuerpo que estaba a punto de estallar.
Sentí esa placentera sensación cuando sientes todo estallar dentro de ti y me deje caer sobre el pecho de Anthony. Me envolvió en sus brazos y me dio un beso en la cabeza.
–Quiero que seas Mía para toda la vida...
Levante la cabeza y lo vi fijamente.
–¿Crees amarme para toda la vida?– pregunte incrédula.
–¿Tu que piensas?
–No se si realmente exista el "Amor para toda la vida" creo que llega un punto en que todo se vuelve costumbre.
–Podría ser... pero es cuestión de cada pareja. ¿Creo que no soy alguien monótono o si?
–Tú no pero yo si.
–¿Tu? ¿La que me tiene la vida vuelta de cabeza?
–Estoy segura que en algún momento te vas a aburrir de mi y vas a buscarte a alguien más.
–¿Y si es al revés? Te enfado y te buscas un blanquito de esos exóticos que te gustan.
Solté la carcajada.–¿Tu que sabes lo que me gusta?
–No creas que se me olvida como veías a tu ex-jefe.
–¿Como lo veía?
–Con una mirada lujuriosa, como si quieras arrancarle la corbata y violarlo encima del escritorio.
–Perdí mi oportunidad– fingí tristeza.
–Oye– dijo molesto y me pico las costillas.
–Tu eres el único que me gusta, solo tu. ¿No ves que se me cae la baba cada que te veo?
Se rio y me abrazo. Sentía mucha paz estando entre sus brazos, a los pocos minutos me quede dormida encima de su pecho.
Al día siguiente me desperté y Anthony no estaba a mi lado. Me metí a bañar y elegí un vestido largo para ponerme. Salí al balcón pero no vi rastro de Anthony, hasta que escuche a mi hijo gritarme desde abajo. Me preocupe bastante al verlo cerca de la alberca.
–No te acerques a la alberca, enseguida bajo.
–Estoy con él– me grito Anthony pero yo ya iba a la
mitad de las escaleras.Me caí señores, me caí. Al llegar a los últimos escalones el vestido se me enredó y me caí.
–¿Estas bien?– me pregunto Anthony muy preocupado y yo me empecé a reír.
Me reí de lo estupida que había sido mi caída, no me había pasado nada pero entonces... Anthony soltó la carcajada.
–Estaba esperando... que...–No podía hablar de la risa que le daba– me dijeras que estabas bien... para poderme reír.
–Eres un cabron– me reí.
–¿Tas bien mami?–Mi pequeño si estaba preocupado por su mamá.
–Si mi amor, no me pasó nada.
Después de el ataque de risa de Anthony me ayudó a ponerme de pie. El tobillo me dolía un poco pero nada de gravedad. Caminamos rumbo al comedor donde el desayuno ya estaba servido. Todos ya estaban reunidos ahí y estallaron en risas cuando Anthony les contó lo que había sucedido con anterioridad.
–Como recuerdan el vídeo que vimos cuando la gente entraba a uno de los conciertos que todos empezaban a caerse– dijo tio riéndose.
–Si pero oye... eso es peligrosos, era una multitud podrida haber pasado algo fatal
–Aún así daba risa.
Yo sinceramente no sabía de lo que hablaban, no había visto dicho vídeo.
–Anthony...– dijo nene con cara de preocupado entrando al comedor.
–Dime nene goldo...
–Puedes venir un segundo...
–Estoy desayunando, no puede esperar?
–No.
–¿Que pasa? Dímelo aquí, todos son de confianza.
Nene frunció la boca. No quería decir lo que tuviera que decir frente a nosotros.
–Anda nene, suéltalo ya– dijo Anthony mientras mordía un pan.
Nene lo pensó durante unos segundos pero hablo al ver que Anthony no iba a pararse para salir con él.
–Afuera está Caroline como loca, quiere verte y no puedo hacer que se vaya.
Al pobre Anthony se le atraganto el pan y empezó a toser. Se puso pálido y a mi se me contrajo el estómago de los celos.
–¿La corres tú o la corro yo? Pero mira que si voy yo le voy a dejar las extensiones en el piso– dije molesta.

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Clandestino / Romeo Santos
Roman d'amourDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.