2-29

555 39 45
                                    

–No– dijo nervioso parándose del sillón.

–¿Estas diciéndome la verdad?– lo cuestioné imitando sus movimientos.

–¿Por que te interesa eso? ¿Quieres justificar lo que Anthony y tú me hicieron?– dijo molesto.

–Anthony y yo no te hicimos nada.

–¿No? Yo no me trago ese cuanto que lo suyo pasó cuando terminamos. Me hacía el pendejo debora, por que me daba cuenta como lo mirabas.

–¿Como lo miraba?– dije parándome frente a él.

–Como quería que me miraras a mi– dijo con tristeza.

–Cedin, yo...

–¿Tu que debora? Que vas a decirme... no pude enamorarme de ti, discúlpame... pero si pude portarme como una zorra y me acosté con tu "mejor" amigo.

Sin pensarlo dos veces le estampé una bofetada. Era cierto pero no podía faltarme al respeto de esa manera.

–No se como hiciste para envolver a Anthony a tal grado que lo hiciste traicionarme– dijo tocandose la mejilla.– pero claro eres experta por que a mi también me tenías cegado y nunca me di cuenta el tipo de mujeres que eres.

Me empecé a reír.

–¿Yo envolví a Anthony? Déjame decirte que estás muy equivocado.

–¿Ah no?– dijo riéndose.

–No pero yo no vine aquí a hablar de Anthony.

–¿Solo veniste a preguntarme si me había acostado con ella?

–Creo que su hijo es realmente tuyo.

–¿Estas loca o que?– dijo riéndose.

–Tiene la misma marca que tú tienes.

–¿Cuál marca?

–La del trasero.

–Mira debora... ve al psicólogo por favor, estas alucinando... no sé si en este momento tengas algo con Anthony y estés obsesionada con él pero si es así y estás buscando cómo separarlos, no me metas en tus locuras por favor. 

–No son locuras...

–Es mejor que te vayas...

Tome mi bolso y salí de su casa. ¿Y si realmente estaba alucinando? Quizá si esté obsesionada con Anthony y me haga pensar cosas fuera de lugar.

Cedin como es como Anthony...

Más tarde recogí a mi hijo, habíamos quedado de ir a comer su papá. Muy a pesar de Alaric pero lo aceptaba aunque no le quedaba de otra, Anthony tenía el derecho de convivir con su hijo.

–Hola– dijo abriendo la puerta del departamento, me sonrió y se hincó para abrazar a Matías.

–¿Como está mi bebé más hermoso?– dijo abrazándolo y llenándolo de besos.

No podía explicar todo lo que sentía cuando los veía juntos. El corazón se me hinchaba de tanto amor.

Entre al comedor y olía delicioso. No se que habrá encargado por que a Anthony se le quemaba hasta el agua.

–¿Como estas?– se acercó por detrás poniendo su mano en mi cintura y me dio un beso en el cuello.

–Bien– le dije con una sonrisa forzada.

Tenía la mente hecha un enredo. No sabía que pensar, que hacer. Aunque mis suposiciones fueran ciertas Anthony no iba a creerme.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora