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La noche había caído. Estaba sola, observando lo preciosa que se veía la luna mientras que el ruido del agua me daba una increíble paz. El clima era perfecto, hacía calor pero el aire y la brisa Del Mar era bastante refrescante.

Hace un rato que no sabía de anthony, se había disculpado conmigo por tener que atender unas llamadas que al parecer eran muy importantes.

–¿En que piensas?– apareció anthony con dos copas de vino en la mano. Aún seguía sin camisa y con un short.

–En nada...– y realmente así era, tenia la mente en Blanco. Tome la copa que me ofreció, le dije un trago y le sonreí.–Gracias.

Se sentó detrás de mi y me jalo para que recargara mi espalda en su musculoso y apetitoso pecho.

–Cántame una canción...– él se la pasaba cantando todo el día era como un gorrión, cuando no lo hacía sabía que algo andaba mal.

–¿Que quieres que te cante?– le dio un trago a su copa.

–Las mañanitas– me reí.

–Ni que fuera tu cumpleaños...

–Lo que sea... lo primero que venga a tu mente.

Se quedó en silencio unos minutos y después empezó a cantar.

–Amores como el nuestro quizás uno por cada siglo– entrelazó su mano con la mia.– pero si hay felicidad siempre llega la maldad... me siento tan orgulloso de que seas mi compañera, vencimos en la vida el que dirá la sociedad...– cuando termino de cantar me dio un beso en la cabeza. Yo tome su mano y le di un beso en ella.

Me levante de golpe y me hinqué entre sus piernas.– Te compuse un poema– me reí, él también se rio por que sabía que no iba justamente a recitarle algo muy elaborado o con clase como lo hace él.

–¿Un poema?

–Oh romeo, romeo cada que te veo por ti me estremezco y si no estas sin tu amor yo me muero– me empecé a reír por la forma en que se lo recite.

Anthony soltó una carcajada de esas exageradas– Esto de las poesías mejor déjamelo a mi– me guiño un ojo y me tomo de las mejillas para darme un beso.

–¿No te gusto? Tengo otro espera...

Anthony sonrió de esa forma tan genuina y linda que tiene.

–Oh Romeo Romeo quisiera ser el sol para darte todas las mañanas–Ambos nos carcajeamos por que de romántica y poeta no tengo nada.

Anthony me tomo por la cintura y me recostó en el sillón. Acaricio mi rostro mientras sonreía.

–Me encanta esta Debora juguetona y relajada.

–Aveces me siento como si me tuvieras drogada. Cuando estoy contigo me siento en las nubes, incluso siempre he pensando que al verte me salen corazoncitos...– anthony soltó una carcajada.

–Te tengo una sorpresa...– se quitó de encima de mi y me dio la mano para ayudarme a levantar.

–¿Por fin el Tesla con el que tanto sueño?

–No, Debora no. Ven– me ofreció su mano y la tome para seguirlo.

Entramos a la casa y me guío hasta las escaleras, en el inicio de estas había pequeñas velas en ambos lados del escalón y pétalos de rosas. Era demasiado cliché pero aún así era lindo.

–¿A que hora hiciste todo esto?– le pregunte sorprendida.

–No preguntes, solo sigue subiendo.

Al llegar a la habitación había un ramo de rosas enorme y pétalos tirados en toda la habitación. En la cama estaban nuestras iniciales con las pétalos de rosas, "D & A" era demasiado cursi, en otro momento o con otra persona me hubiera parecido patetico pero con Anthony todos estos detalles me volvían loca.

–¿Que celebramos?– envolví mis brazos alrededor de su cuello.

–Nuestro amor– Sus brazos se enredaron en mi cintura en un abrazo firme y posesivo para después unir sus labios a los míos en un dulce beso.–Hoy no quiero hacerlo con prisas o ser rudo contigo, solo quiero tomarme el tiempo para adorarte, para amarte...

–Me encantas ¿Lo sabias? eres la mezcla perfecta de todo– tome su rostro y lo bese.

–Quiero que sepas lo mucho que te amo, lo mucho que te deseo y lo mucho que quiero protegerte cada minuto de mi vida– su mano tomo mi cuello y acercó su boca a mi cuello para dejar pequeños besos húmedos mientras su otra mano tocaba suavemente mi trasero.

Me hizo caminar junto con él hasta llegar al borde de la cama y con mucha sutilidad me recostó en ella. Tomo los pétalos que había en la cama y los esparció por mi cuerpo.

–No existe cosa más hermosa, ni esta rosa comparada contigo– deslizo una rosa desde mi cara hasta el interior de mis muslos. Enseguida me sonroje, este personaje de "Romeo" me hacía temblar hasta el alma.

Sus labios se estamparon en mi vientre mientras sus manos tocaban suavemente los costados de mi cintura, poco a poco fue subiendo hasta llegar a mi boca y besarme de una manera deliciosa. Sus manos fueron se fueron deslizando hasta mi espalda haciendo que me arqueara un poco para poder desabrochar el top del traje de baño. Sus caricias eran tan lentas que podía grabarlas perfectamente en mi mente. Sus manos tocaron mis hombros causando que mi piel se erizara y bajo lentamente los tirantes del top hasta deshacerse de el. 

Sus manos se colocaron alrededor de mis pechos mientras que repartía pequeños besos por en medio bajado hacia el ombligo.

Yo también quería participar, yo también quería tocarlo. Con la misma lentitud que él lo hacía toca sus brazos, pude sentir cada músculo en mis manos, cada borde y la suavidad de su piel morena, con una mano toque su sedoso y alborotado cabello mientras seguía sintiendo sus caricias por todo mi cuerpo.

No se si es el hombre perfecto pero si es él hombre que volvió mi vida perfecta.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora