Alaric se quedó dormido en mi regazo, me dolía verlo así a pesar de las cosas absurdas que me dijo cuando le pedí el divorcio, él había sido un buen esposo hasta mudarnos a Nueva York, cambió su vida por mi, hizo muchas cosas por mi y por mi hijo, no podía dejarlo en un momento así.
Lo acosté con cuidado en la cama y me levanté para buscar mi celular, seguramente ya tenía miles de llamadas y mensajes de Anthony, y así fue. Le regrese la llamada y al primer timbre me respondió.
–¿Que pasa? ¿Estas bien? Me tenías muy preocupado.
–Hola Ant. Estoy bien.
–¿Quieres que vaya por ti?
–Mmmmmm. Creo que voy a quedarme aquí esta noche.
–¿Que? ¿Por que?– se alteró.
–Alaric no está bien.
–¿Y? Llama al médico, no eres su mamá.
–No es eso... – No sabía como explicarle a Anthony lo que había pasado, ninguna razón iba a ser razonable para él.
–¿Que es entonces?
–No está bien emocionalmente.
Soltó una carcajada.
–¿Y a ti que?
–Anthony...
–¿Que Debora que?
–La mujer con la que iba a tener un bebé, parece que lo perdió en un accidente, Alaric está muy alterado.
–Te repito... ¿A ti que?– estaba molesto.
–Anthony no seas insensible. Para él era algo importante, algo especial... lo encontré realmente mal.
–¿Has pensado que puede estar chantajeandote?
–Él no es así. ¿Además como sabía el que yo vendría?
–Analiza quien es tu prioridad y me llamas cuando tengas la respuesta.
–Anthony...– me colgó la llamada. El cabrón me dejo hablando sola.
Era lógico que Anthony se molestara, yo estaría igual o peor si estuviera en la misma situación. ¿Pero que quería que hiciera? ¿Que lo dejara solo? Me sentía entre la espada y la pared. Anthony era mi todo pero por alaric aún sentía cosas, no amor pero si le tenía una especie de cariño.
Saque una maleta y empecé a empacar las cosas de Matías, su ropa y sus juguetes.
–¿Que haces?– escuche la voz de alaric a mis espaldas.
Me giré y lo vi, se veía tan mal el pobre.
–¿Donde está Matti? ¿Por que no está contigo?
–Está con su papá.
Se recargó en la pared y una lagrima resbaló por su mejilla.
–¿Me puedes permitir ver a Matías debes en cuando?
–Claro.
–¿La cague con toda verdad? Los perdí por alguien a quien ya ni siquiera tengo– volvió a llorar y se dejo caer al suelo.
–Eventualmente esto iba a pasar– dije terminando de doblar una camisa de mi hijo.
–Yo te amo Debora, como nunca he amado a nadie. No quiero perderte.
Me senté junto a él y lo abracé. Él giró su rostro tomó mi mejilla, la acarició no sé si con dolor o con ternura.
–Te amo demasiado y siento mucho haberte perdido, siento mucho no haber sido lo suficiente para borrarlo de tu memoria.
Me dio mucha melancolía que me haya dicho hecho, por algún motivo yo también tenía ganas de llorar. Creo que la verdadera villana del cuento soy yo. Soy yo quien nunca lo amo lo suficiente como para respetarlo, para serle fiel y para olvidar a Anthony.
Alaric me tomo desprevenida y me beso. Me retiré de inmediato. Me sentía como si ahora le hubiera puesto el cuerno a Anthony y no me gusto esa sensación.
–Debo irme– me levante del suelo y tome la maleta de Matías.
Salí despavorida de ahí. No quería fallarle a Anthony, lo amaba y no quería perderlo. Tome un taxi y fui al departamento. Cuando llegue Anthony estaba dormido en el sillón con Matías acostado sobre él. Era la imagen más tierna del mundo, no pude evitarlo y les saque una foto pero para mi mala suerte salió el maldito flash que despertó a Anthony.
Se froto la cara y me vio entrecerrando los ojos. Aún estaba molesto conmigo.
–Tu eres mi prioridad– me acerque y me senté en la mesita que estaba frente al sillón.
Sonrió levemente y tomó mi mano para acariciarla.
¿No creo que sea necesario que le diga del beso verdad? Quizá se pondrá furioso y me mande al demonio. Quizá deba omitir ese pequeño dato innecesario.
–¿Alaric está bien?– preguntó.
–¿Te importa?– dije con ironía.
–La verdad no pero debía ser cortes.
Anthony se levantó con cuidado y llevó a Matías al cuarto, regreso y se sentó a mi lado.
–¿Que fue lo que pasó?– preguntó intrigado.
Algo de lo que me había dado cuenta con los años era que a Anthony realmente le gustaba el chisme y estar en todo.
–Pues realmente no sé mucho, no sé muy bien que paso. Alaric solo me menciono que la mujer había perdido a su hijo– dije irritada.
–¿Te molesta que él esté con esa mujer?
–No estoy celosa si es lo que estás insinuando– dije molesta y me paré.
Anthony me tomo por la cintura y me sentó en sus piernas.
–No te enojes conmigo flaquita– dijo abrazándome.
¿Flaquita? ¿No me acababa de decir gorda en Ibiza? Me hizo enojar mas.
–Ya suéltame Anthony– dije tratando de quitar su manos.
–Mi amor–comenzó a darme besos en el cuello y en donde podía.– Mi vida, mi reina... No te enojes mamita linda.
Era tan graciosamente tierno que me quitaba el enojo en segundos, cuando estaba apunto de ceder a sus caricias mi teléfono empezó a sonar.
–No contestes– me seguía llenando de besos.
Me safe de Anthony y vi mi celular, era un número desconocido.
–¿Si, diga?– respondí frunciendo la frente.
–¿Usted es la esposa de Alaric Cascante?
–Si– respondí viendo a Anthony.–¿Pasa algo?
–Su esposo está siendo trasladado al hospital, aún no sabemos con claridad su estado de salud, tuvo un accidente automovilístico, parece que conducía en estado de ebriedad. El carro quedó destrozado– Me quede impactada, no podía decir una sola palabra, me sentí fatal, la sangre se me bajó a los pies y seguramente estoy pálida como un fantasma.
No debí dejarlo solo. Si algo le pasa será mi culpa.

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Clandestino / Romeo Santos
RomanceDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.