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Ya era tarde... ellos seguían bromeando, tomando un par de cervercitas y escuchando música. Todos eran muy graciosos incluyendo a nene, quien lo viera tan serio y es quien más hace reír.

–¿Estas borracho?– me senté en las piernas de Anthony mientras tocaba su carita tallada por los mismos dioses.

–Poquito– amaba sus ojitos. Se veía muy contento y animado, así era como quisiera verlo siempre.

–¿Apoco creen que mañana van a poder despertarse temprano para ir a escalar?– pregunte riéndome.

–La verdad no– dijo uno de sus sobrinos riéndose.

–Espero que no seas igual de intensa que su ex– dijo alex apuntando a su papá.

–¿Por que?– pregunte antes de darle un trago a mi cerveza.

–Esa mujer quería que todo el itinerario se cumpliera al pie de la letra. Se enojaba si no estábamos listos a la hora que habíamos quedado o si cambiamos algo de su plan. Por eso cuando mi papá me invitaba a sus viajes prefería quedarme en casa–Anthony soltó la carcajada.

–Pues... si soy algo especial con la puntualidad pero en otras ocasiones. Esto son vacaciones, el chiste es descansar, divertirnos... y la verdad soy muy mala para levantarme temprano.

–Lo confirmó– mencionó Anthony mientras sonreía.

–Siempre me caíste bien deb y la verdad, la verdad... siendo bien sincero. No hacías buena pareja con el tío Cedin.

–¿Por que?

–Se veían muy forzados y sabes que... siempre notamos que ustedes dos tenían más química, verdad? – confirmó lo que decía con sus primos y ellos asintieron.

Comenzó una canción en inglés, un rap o algo y los chicos se pusieron a cantar como locos. Gracias a dios por que no quería seguir hablando del tema. Me avergonzaba esta situación. Aún no se me quitaba de la mente que había sido una zorra que me metí con alguien con compromisos mientras yo también los tenía y que además rompí una hermandad.

–¿Todo bien?– me pregunto Anthony al oído.

–Si. Yo creo que ya me voy a dormir. Los ojos se me están cerrando– Eran casi las 4 de la mañana.

–Ok mi amor, adelántate, yo voy enseguida– me dio un beso en el hombro y yo asentí.

Me despedí de los chicos y subí a mi habitación. Me asomé por la ventana y solo se veía en reflejo de la luna en la laguna. Se escuchaba el sonido de los árboles, algún otro animal que andaba por ahí y no me refería a los que deje abajo.

Definitivamente dejaría NY para vivir un lugar como este.

Me puse la pijama y me acosté a dormir, después de esas cervezas estaba segura que dormiría como tronco. Al poco rato sentí como Anthony entraba a habitación con un poco de torpeza y se acostaba atrás de mi para abrazarme.

Al día siguiente nos levantamos todos bastante tarde, era casi la hora de la comida. No se cuanto bebieron los chicos pero parecían zombies pero mi hombre estaba fresco como una lechuga.

–¿Quien los atropello?– preguntó Anthony riéndose mientras se sentaba a mi lado para comer.

–Estaban adulteradas esas cervezas– dijo uno de los sobrinos mientras se sujetaba la cabeza. Los tres traían lentes oscuros.

Mientras ellos seguían peleándose aproveche para levantarme de la mesa y le marqué a la niñera por videollamada necesitaba saber que mi conejito estaba bien.

–¿Estas hablando con tu amante?– Anthony llego por detrás.–Oh es mi bebito. ¿Como estas papi?– me quito el celular y me indigne pero al verlo como interactuaba con él, lo tierno que era, se me olvidaba todo.–Te amo mi amor, pórtate bien–Lanzo un beso a la pantalla.–Ya colgó– me regreso el celular y me dio una sonrisa victoriosa.

Es bien maldito cuando se lo propone.

Por la hora que era no había mucho que hacer. Así que fuimos a nadar a la laguna y después dimos una caminata para explorar un poco el lugar.

–¿Deberas no me vas a meter mano?– le pregunte en voz baja a Anthony mientras me colgaba de su cuello.

–Nop– puso sus manos en mi cintura y trató de alejarme.

–¿Vas a aguantar verme tocándome sola y no participar?– le dije al oído.

–Debora– se sonrojo y volteo hacia atrás para asegurarse que nadie me había escuchado. –¿Me vas a dar ese espectáculo?– se mordió los labios.

Era tan fácil prenderle los motores a este hombre.

–No– le sonreí y camine delante de él.

Caminamos por rato más, los chicos vieron una montaña que daba un excelente vista de todo el lugar y sentaron ahi. Yo seguí explorando el lugar se podía respirar el aire puro, se sentía la buena energía y la tranquilidad que emanaba el lugar.

Vi como estaban pasándose el celular entre ellos y haciendo murmullos y sonidos como "uhhhh". Me acerque lentamente, tratando que mis pasos no se escucharan por las hojas secas. Estaban viendo una vieja moviendo las nalgotas mientras bailaba la nueva canción de Anthony.

–Te voy a tirar ese celular a la montaña más lejana que veas– Me pare detrás de él y le quite el celular.

Los chicos empezaron a reírse.–Soldado caído, repito, soldado caído– decía alex como si estuviera hablando por un radio.

–Debora, estás avergonzándome– se rio pero se tapo la cara.

–Y estos niños van a dormir en la laguna por estar consecuentandote.

–No se por que pero a ella si la creo capas– dijo uno de ellos riéndose.

Anthony me tomo desprevenida y me tumbo encima
de él para quitarme el celular.

–Estar a dieta no impide ver el menú– dijo victorioso cuando me quitó el celular.

–Tío mejor cállate ya, por que te va a mandar a dormir con nosotros.

Me senté junto a ellos y Anthony me abrazo, moví el hombro fingiendo molestia para que se quitara pero no conseguí nada, solo que me abrazara más fuerte.

–Te amo debby. Vamos a salir de esta... juntos.

–Gracias por no dejarme sola y apoyarme en toda esta locura– le di un corto beso en los labios.

–Váyanse a un motel– gritó uno de los chicos y ambos nos reímos.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora