Capitulo 39

623 47 26
                                    

—Ok hagamos esto— dijo Anthony.—¿Deb sabes manejar?

—Si.

—Bueno. Cedin ¿te parece bien que Deb maneje mi camioneta y tú la tuya?

—Pues si, ¿vienes conmigo entonces?— le pregunto cedin a romeo.

—No, como se va a ir Deb sola, mejor yo mejor me voy ella y Fran contigo.

Mira, que listo— pensé sonriendo.

Cedin aceptó y se llevó a la novia de Anthony con él.

—¿Segura sabes manejar?—me pregunto Anthony riéndose.

—Dame las llaves— le dije con fingida molestia.

Ambos nos montamos a la camioneta de Anthony y nos colocamos los cinturones de seguridad.

—No se por que me haces manejar, si no vienes ebrio— le dije encendiendo la camioneta.

—pero mi amor, ¿Crees que voy a dejar que este loco te meta mano mientras conduce?

—¿Y tú crees que no me mete mano cuando tú no estás?

Bufo y puso cara de enojado. Se recargó en el cristal y  coloco una mano en su frente, lo cual me causó mucha risa.

Cedin iba delante mío y yo iba atrás siguiéndolo hasta que una luz roja nos separó, así que tuve que detenerme. Anthony sacó su celular e hizo una llamada.

—Hey bro, vamos a desviarnos un poco.... Estamos a punto de quedarnos sin gas... Si, estoy cuerdo cabron, no te preocupes.... Enseguida los alcanzamos.

Voltee a ver con cara de confusión.

—Da vuelta en la siguiente calle— me indicó.

—¿Para que?

—Haz lo que te digo... Por favor.

Así que le hice caso y di vuelta donde me indicó, maneje unas cuadras y me indicó que me estacionara en un callejón solitario y oscuro.

—Mira amor— dijo quitándose el cinturón y sentándose de lado.

—¿Que?— dije imitándolo.

—No te pongas competitiva conmigo nena, queriéndome dar celos por que , escúchame bien mi vida... Si me lo propongo voy a ganarte.

No dije nada solo me quede observándolo.

—Aunque nos amemos, no tenemos derecho de reclamarnos nada. Ni yo a ti, ni tú a mi.

—Lo tengo claro, no tienes por qué repetírmelo. Ni siquiera sé a qué viene esta conversación.

—¡A que intentas ponerme celoso!— dijo alterado.

—Por Dios Anthony, fue un simple comentario.

—Un simple comentario con toda la intensión de herirme.

—¿De herirte? Por favor Anthony, jamas haría algo para hacerte daño— dije acercándome a él.

—No parece— dijo con cara de gatito de shrek.

Claramente se estaba haciendo la víctima.

—Si sabes que te amo, no?— le dije sentándome en sus piernas.

—No parece— dijo en el mismo tono.

—Te amo tanto, que dejaría todo por ti, cosa que tú no harías por mi— dije pasando mis manos por su cabello.

—Deb...— dijo viéndome fijamente.

—No te estoy pidiendo que lo hagas, tengo claro mi lugar en tu vida— le dije antes de besarlo.

Sus manos comenzaron a acariciar mis muslos, las deslizó hasta llegar a mi trasero y me apretó a su cuerpo para que lo sintiera.

—¿Eres insaciable, verdad?— me pregunto antes de darme una mordida en el labio inferior.

—¿Y a ti te encanta morder, verdad?— le dije sonriendo.

—Me encanta morderte— dijo mordiéndome lo que estaba al descubierto de mis pechos por el escote.

—Nos están esperando— le dije riéndome tratando de quitar sus brazos que estaban rodeándome.

—No vuelvas a mencionarme que te mete mano, por favor. Si lo hace procura que no me entere.

Estalle en una carcajada.

—¿Te estas riendo de mi?— dijo mordiéndome el cuello.

—Oye vampiro, suéltame ya— dije sin dejar de reírme.—Nadie me mete mano, solo tú.

—Ahora él que se va a reír soy yo.

—Me ofendes Anthony. Si yo te digo que no he estado con nadie es por que es así. No sé por qué Cedin me aguanta tanto, la única vez que he tenido relaciones con él...

—Bla Bla Bla, no quiero oír nada— dijo tapándose los oídos.

Volví a estallar en risa. Anthony era una mezcla de adulto y de un niño, lo cual me volvía loca.

—Contigo no se puede— le dije intentando quitarme de encima de él pero me lo impidió.

—¿Vas a dejarme así?— dijo señalando su entrepierna.

—¿Y qué tú quiere que yo haga?— le dije imitando su acento.

—¿Estas imitándome?

No le dije nada, solo me limite a reírme.

—No se como haces para gustarme tanto— dijo antes de besarme con intensidad.

—Anthony, enserio debemos volver... tenemos más de 15 minutos aquí— le dije acomodando mi cabello.

—Soluciona eso y nos vamos— dijo señalando de nuevo su entrepierna, movió su asiento y lo hecho para atrás.—Ahora que si no quieres, en casa tengo quien lo haga.

—Eso es chantaje— le dije desabrochando el botón de su pantalón.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora