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Esta fiesta iba para largo así que me senté en un lugar alejado de todos y observé a Anthony se veía muy feliz, conversaba con todos, se la pasa brincando y bailando, estoy segura que ya está un poco ebrio.  En este momento me di cuenta de lo afortunada que era de tenerlo en mi vida, de despertar junto a él cada mañana. Si fuera con él podría vivir hasta en una casa de cartón.

–Hey ¿Que pasa?– ni siquiera me di cuenta cuando se acercó a mi.

–Nada, solo estoy cansada– le sonreí.

–¿Quieres que te traiga otros zapatos?– se puso en cuclillas frente a mi.

–Te amo... lo sabes verdad?– toque su rostro con ternura.

–¿Que bebiste? –Tomo un vaso que estaba a mi lado y reviso.–¿Ya llegaron los elefantes bachateros?– miro a todos lados.– Solté una carcajada.

–No seas payaso, no he tomado nada. Ni siquiera alcohol.

–Ah pues eso es lo que te falta.– se rio.– ¿Quieres que te traiga algo? ¿Un tequila?

–No mi amor, estoy bien. Gracias.

–¿Un Negroni? ¿Whisky? ¿Una cerveza?

–No quiero beber alcohol pero gracias.

–También te amo debby– me dio un beso en la frente y se fue a seguir rumbeando con sus amigos.

Entre a la casa, me quite los zapatos y me tire en el sillón, aveces podía llegar a ser demasiado antisocial pero es que convivir con tanta gente me agotaba, como si todas estas personas me robara la energía.

Tire la cabeza hacia atrás y cerré los ojos.

–¿Puedo?– abrí los ojos y era Cedin. Asentí con la cabeza y se sentó junto a mi.

–¿Por que veniste?– le pregunte.

–Extraño a anthony... y la amistad que teníamos.

–Una vez más te pido perdón por arruinar eso.

–Te entiendo, si me gustaran los hombres hasta yo me hubiera enamorado de él– ambos nos reímos.– Me ha costado mucho perdonarlos y asimilar todo esto, los engaños, las mentiras pero sabes... personas como Anthony son difíciles de encontrar. Anthony es como esos diamantes que te encuentras una sola vez en tu vida. Y ahora entiendo que... para haberme traicionado debe ser muy fuerte lo que siente por ti. Tu no eras feliz conmigo, él enamorado era yo– se rio y bajo la mirada.– Me aferré a ti sabiendo que no eras para mi.

–Perdón– me sentí apenada.

–Ya no me pidas perdón. Son cosas que pasan, situaciones en las que la vida te pone. En mi corazón ya no hay rencor. Estoy bien Deb.

–¿Puedo preguntarte algo?

–Claro.

–¿Que paso con Fran?

Soltó un suspiro y se dejó caer sobre el respaldo del sillón.

–Otra mujer que por querer retener a anthony, invento cosas involucrándome, se lleno de mentiras. Nunca se los aclare pero su hijo, no es hijo mío. Yo nunca tuve nada que ver con ella y si no se los dije cuando todo explotó fue por que estaba lleno de ira y me daba igual lo que pensaran.

–¿Entonces?

–Ella se involucró con mi hermano.

–¿Tienes un hermano?– pregunte sorprendida, no lo sabía ni por que fue mi novio.

–¿Ves lo poco que nos conocíamos? Y aún así me quería casar contigo– se rio con ironía.–Él y yo nos llevamos poco pero si llego a conocer a anthony y a Fran. No se como estuvieron en contacto ni tampoco me importa.

–Wow, Enserio estoy impresionada.

–Hay muchas cosas que no aclaramos, que mentimos por no lastimarnos pero ya nada de eso importa.

Moví la cabeza afirmando lo que dijo pero yo aún sentía cargo de consciencia por todo.

–¿Y ustedes que? ¿Ya volvieron?– era alex riéndose.

–Alex...– lo reprendí, aveces podía pasarse un poco de la raya.

–Digo para estar preparado y saber consolar a mi papá– bromeó sentándose junto a nosotros.

–Estábamos hablando de mi triste situación amorosa– dijo Cedin apretándole un hombro a alex.

–Ya supérala, es ajena– bromeó pero yo entendía que estaba dejando claro que yo estaba con su papá.

–¿Te han dicho que eres muy entrometido?– le dijo Cedin bromeando.

–Déjalo en paz– Jale del brazo a alex y lo abracé.

–¿Están conspirando en mi contra o que hacen acá reunidos?– se acercó anthony a nosotros. Estaba muy sonriente.

–Estamos pensando en como robarnos a Deb– mencionó Alex quien estaba abrazado a mi como un koala.

–Se podrán robar su cuerpo pero su alma y corazón me pertenecen– dijo anthony para después darle un trago a su vaso.

Todos nos reímos.

–Cálmate romeo– alex le lanzó un cojín a anthony el cual logró esquivar.

–Eres Mía, Mía, Mía– me canto mientras me señalaba con un dedo.

–Vamonos tío por que estas cursilerias me dan ganas de vomitar– le dijo alex a Cedin. Cedin se rio y se fue junto con Alex.

–¿Que hacían acá?– se sentó anthony junto a mi, paso un brazo por detrás de mi cabeza para abrazarme.

–Nada, solo charlábamos...

–¿Sobre que?

–Sobre deportes, autos y economía– Anthony soltó una escandalosa carcajada y me reí junto con él por que obviamente no tenía idea de ninguna de las tres cosas.

–¿Estas feliz? ¿Te gusto tu fiesta?

–Estoy feliz y me encanto mi fiesta pero más me gustas tú.

–Gracias– le sonreí.

–Es el momento en el que dices "Tu también me gustas mi amor" –bromeó.

–¿Para que quieres que te diga lo que ya sabes?

–Aveces necesitamos que nos repitan las cosas para sentirnos amados y especiales.

–Me gustas, me encantas, no hay hombre sobre la tierra que me fascine tanto como lo haces tu.– sonrió  y en ese momento lo tome por las mejillas y lo besé.

–Ya quiero que se vayan todos y me des mi tan esperado regalo– me sonrió y se mordió el labio.

–No es lo que te estás imaginando.

–Me siento decepcionado pero sabes que?– se levantó del sillón abatido.–Voy a correr a toda esta gente, ya regreso– sonrió y lo vi salir de la casa.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora