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Anthony regresaría hoy, alex aún seguía en la casa y Matías lo adoraba, jugaban todo el día, veían películas, lo enseño a usar los videojuegos, le tenía muchísima paciencia, incluso más que yo.

Para mi desgracia mientras Ant no estuviera, yo tenía que cuidar a su bola de pelos, así que ya me verán haciéndome cargo de él, estaba apunto de darle de comer cuando escuchamos la voz de anthony. El muy cabron de gordo se me metió entra las piernas y salió corriendo, casi me voy de nalgas.

–Hello... ¿Alguien en casa? Daddy is at home– Anthony entró con su chamarra en la mano y con la otra jalando su maleta.

El primero en recibirlo fue su perro, enseguida yo.

–Hola– lo salude desde lejos mientras sonreía.

–¿Que? ¿Así nada más?– se acercó a mi y me abrazo con fuerza, casi me saca el aire; después me dio un beso en los labios, era un beso dulce, lento... mientras sus manos se enredaban alrededor de mi cintura.

–Te extrañe mucho– acaricie su rostro con admiración, enserio me había hecho mucha falta.

–Yo más– me dio un beso corto.– ¿Y mis hijos?

–Los mande a un orfanato, juntos son insoportables– me reí y en ese momento venían bajando los dos juntos por las escaleras.

Alex y anthony se abrazaron mientras mi hijo los analizaba con recelo. Me agache por él y lo abracé para acercarme a ellos y no se sintiera excluido. Es un bebé aún no comprende ciertas cosas.

–¿Donde está el bebé más guapo de esta casa?– Anthony lo abrazo y lo lleno de besos mientras mi hijo se moría de la risa.

En este momento me sentía feliz y plena. Tenía una bonita familia.

Alex y Matías encendieron el televisor y se pusieron jugar un rato mientras su padre los observaba, se veía feliz teniendo a sus dos hijos juntos. No aguanto mucho tiempo y le quito el control a Matías para jugar "junto" con él, era claro que anthony era el que jugaba. Ordenamos algo para comer y después puso una película que debíamos ver juntos pero el señor tenía otros planes.

–Deb– se levanto del sillón y me tomo de la mano.–Ven quiero mostrarte algo.– tenia esa sonrisa traviesa.

Me llevo por todo el pasillo, me metió al cuarto de lavado, cerró la puerta y me arrinconó en una esquina.

–¿Que haces?– me puse nerviosa y me reí.

No me dijo nada, solo tomo mi rostro entre sus manos y me beso... ya no era un beso dulce era un beso apasionado, de esos que te roban más que un suspiro, el beso fue tomando más intensidad cuando sus manos bajaron a mi cintura y me apretaron hacia su cuerpo.

–Anthony, no podemos...–trate de pararlo entre risas, afuera estaban sus hijos.

–No se van a dar cuenta, están viendo la película– dijo mientras besaba mi cuello y obviamente me deje llevar.

Le devolví el beso que me había dado con más intensidad, sus labios devoraban los míos con tanta pasión... Sus manos volaron a mi trasero y aproveché para enredar mis piernas en su cintura, entre besos me giro y me empotro encima de la lavadora.

Con desesperación le saque la camisa, la tire aún lado, recorrí con mis manos su abdomen y su pecho hasta llegar a su cuello, lo jale para volver a besarlo mientras hundía mis dedos en su cabello. Sus manos acariciaron mis piernas y fueron subiendo hasta llegar a mis pantys, las tomo de los lados y con destreza las fue deslizando por mis piernas mientras que yo aproveché para desabrochar su pantalón.

–Me encantas mi amor– me susurro al oído.–Me vuelves loco mami.– toque su bonito trasero y le baje el pantalón con todo y bóxers.

Sin duda el peligro a ser descubiertos despertaba una excitación diferente.

Por instinto abrí mis piernas para que pudiera colocarse entre ellas y así lo hizo pero me jalo para tener mejor acceso. Sin dejar de besarme me penetro fuerte pero siempre teniendo el cuidado de no lastimarme. Lo abracé mientras él sostenía mi trasero para guiar nuestros movimientos, el escuchar sus gemidos y gruñidos en mi oído me hacía derretirme. Lento, rápido... fuerte, suave... Me estaba haciendo ver la estrellas encima de una fucking lavadora.

Sus besos no paraban, era simplemente delicioso estar con él. Encaje mis dientes en su hombro cuando sentí que estaba apunto de estallar, baje mis
manos hasta sus glúteos y se los apreté para indicarle que no parara, solté un escandalozo gemido que fue callado con sus labios, arquee mi espalda y deje que hiciera lo suyo, no podía más.

Ambos nos quedamos quietos cuando terminamos de liberar ese estrés que llevábamos guardado desde hace 2 semanas. Sus cara reposaba encima de mis senos.

–¿Estas bien?– me pregunto viéndome con esos ojos tan hermosos que aun tenían ese brillo especial que aparecía cuando estaba excitado.

–Muy bien– le sonreí y le di un beso corto. Se enderezó y buscó papel a su alrededor, solo encontró una toalla recién lavada, la tomo y me limpio entre las piernas para que pudiera ponerme mi ropa interior, después hizo lo mismo con él. Esa toalla fue a dar a la basura.

–Necesito tomar un baño después de esto– me reí. No quería aparecer en la sala con los niños con olor a sexo.

–Te amo, no sabes lo mucho que me hiciste falta– me sonrió y me abrazo.

–Si me lo imagino– parecía pendeja, no podía dejar de sonreír.

Ambos salimos de ahí, los chicos seguían viendo la película, espero alex no se haya percatado de nada me moriría de la vergüenza.

–Deb...– iba a subir a mi habitación pero anthony me interceptó.–Mañana por la noche te tengo una sorpresa... te compre un vestido que me gustaría que usaras, debe estar encima de tu cama, velo y dime si te gusta, según yo es de tu talla.

–Ok mi amor, Gracias... ¿A donde vas a llevarme? ¿A Una cena benéfica muy elegante?– me reí al pensar eso sucedía en todos los libros y películas cuando un hombre regalaba un vestido.

–¿Que? No – soltó una carcajada de esas que eran tan genuinas en él.

–¿Entonces?

–Es una sorpresa mujer pero estoy seguro que te va a encantar.


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Lo de la lavadora fue por un comentario que me etiquetaron 🥴 jajaja

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora