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Anthony volvió tardísimo, pasadas las tres de la mañana, obviamente mi hijo venía rendido.

–Perdón por traerlo tan tarde– entró a la habitación, se quitó su reloj dejándolo en el buró y se metió al vestidor. Salió con ropa de dormir y se metió a la cama.

Anthony tomo el libro que tenía entre mis manos y lo puso en el buró. Me jalo por la cintura, me
acosto a su lado y me beso, aveces era medio tosco al tratarme.

–Ya no quiero pelear mami, se que aveces la cago pero te amo, no te quiero perder por una tontería.

–Perdóname tú a mi, no se en que momento me volví tan insegura y posesiva.

–Estoy contigo, no quiero a nadie más– mientras me hablaba me acariciaba el rostro con los nudillos.

–Me angustia pensar que te pueda gustar alguien más, que quieras estar con alguien más.

–A ti gusta el pendejo ese y no vas a dejarme por él, cierto?– Sus palabras solo me confundían, tenía razón pero me llenaba de dudas. ¿Le gusta alguien más?

–No... tú eres mi felicidad y él un simple antojo– me reí.–pero mi amor en sólo que me aterra la idea de perderte, estoy mal, lo sé pero en todo este tiempo me hiciste dependiente a ti. No se que voy a hacer esas dos semanas sin estar contigo.

–Ve al spa, al gimnasio, no sé mi amor...

–¿Y si le pido a David que me recontrate?– se encendió una esperanza en mi, me gustaría mucho volver a trabajar.

–Tampoco te pases... esta bien que te acepte tus sueños eroticos pero tampoco te quiero en su oficina todo el día, ve tú a saber... ¿Por que no haces tu propia empresa?

–No es mala idea, lo voy a pensar– me recosté en su pecho y él me abrazo.

Al día siguiente le ayude a arreglar sus maletas, obviamente que lo estaba vigilando para saber que se llevaba, si llevaba ropa muy formal, hasta si llevaba calzones nuevos. Por que más vale prevenir. Anthony me pregunto si alex podía venir a pasar unos días con nosotros, quería conocer a su hermano y anthony estaría más tranquilo de que él estuviera con nosotros. Obviamente acepte.

–Te veo pronto mi amor– tomo mi rostro entre sus manos y me beso.

–Que tengas buen viaje, Dios te bendiga mi amor– se me apachurraba el corazón al verlo partir pero así era su trabajo y entendía lo importante que era su carrera para él, yo no iba a convertirme en un obstáculo.

Por la noche llegaría alex, arregle su habitación y espere a que él llegara, me caía muy bien y se que es mutuo pero quería que se sintiera como en su casa, no como intruso.

–Hola deb– me abrazo y yo le correspondí.

–Hola, deja las maletas ahí, enseguida las llevan para tu habitación. Voy por Matías, ya le expliqué un poco la situación.

Él asintió y se sentó en la sala, era un chico muy dulce. Subí por Matías que estaba jugando con sus carritos, previamente le había explicado que tenía un hermano y sorprendentemente está emocionado por conocerlo.

–Hola– lo saludo alex.

–Hola– lo saludo Matías.

–Matty él es tu hermano alex– mi pequeño lo analizo pero se acercó a él y se saludaron chocando las palmas.

Alex se rio.– Es igualito a mi papá.

Ambos se llevaron bien y jugaron un rato mientras yo les pedía la cena, no quería incendiar la cocina en presencia de alex.

–¿Quen es tu papá?– mi hijo entendía que eran hermanos pero no entendía que ahora tenía que compartir a su papá.

–Él mismo que el tuyo– alex se rio y mi hijo frunció la frente.

–¿Homiga?

–¿Cual hormiga?– alex se rio y volteó a verme. Le expliqué que "Ant" en español era hormiga y que así le decía aveces.

–Si, tú y alex tienen el mismo papá, pero alex nació mucho tiempo antes que tú, por eso son hermanos– trate de explicarle aunque es tan pequeño que tardará en digerir esto y se que pasará lo mismo cuando conozca a toda la familia de anthony.

–Mi tía y mi abuela se van a volver locas con él, es muy tierno– tenía pánico de que ese momento llegara. –Sabes deb, me alegro mucho que mi papá esté contigo, él se ve diferente, más feliz... tengo mejor relación con él ahora... Yo... no los juzgo ni quiero saber lo que paso con el tío Cedin pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea, igual mi hermano.

Sus palabras me hicieron que mi corazón revoloteara. Para mi era importante que alex se sintiera bien con nosotros, no que se sintiera desplazado.

–Gracias– le di un abrazo.–Sabes que en esta casa eres bien recibido.

Pasaron algunos días, decidí hacerle caso a Anthony y volví al gimnasio, salía a caminar, me tome muy enserio lo de montar mi propia empresa así que comencé a trabajar en ello. La presencia de alex me ayudaba mucho a no sentir tanto la ausencia de su papá, era muy divertido...

Hablaba poco con anthony, llamadas rápidas... enserio lo extrañaba.

Una noche me llamo por videollamada, ya yo estaba a punto de dormirme. Él estaba tan guapo. Su barba un poco tupida, su perfecto peinado y lo que más le lucia... su sonrisa. Llevaba un vaso en la mano, en su habitación del hotel.

–Hola preciosa– estaba un poquito ebrio.

–¿Andabas de fiesta?– no podía evitar querer saber que hacía.

–No– sonrió y se achicaron sus ojos.–Solo acabo de terminar una obra maestra.

–¿Me la vas a mostrar?– no podía evitar sonreír al verlo.

–¿Quieres que te la muestre?– elevó una ceja con picardía. Yo sabia que me está hablando con un mensaje subliminal de por medio.

–Si...

–¿Que llevas puesto nena?– realmente estaba ebrio y caliente, lo cual me causó risa.

–Mi pijama– me reí.–¿Estas borracho?

Se rio y con su mano me señaló que "poquito"

–Te extraño mami, quisiera que estuvieras aquí para quitarte esa pijama.

Me reí pero empecé a desabrocharme los botones de la pijama.

–Uffff, que calor– le dio un sorbo a su vaso y paso la lengua por sus labios.

Deje mi blusa abierta pero aún se cubrían mis senos.

–Que malita eres conmigo.

–¿Cuando vuelves?

–Pronto y te tengo una sorpresa... pero no me cambies el tema.

–Te extraño...–No lo pude evitar y entre en su juego. Me quite la blusa pero me tape los senos con el cabello, aún no lograba verme nada.

–Eres hermosa ¿Te lo había dicho ya?– se tomó de golpe lo que quedaba en su vaso.

–Y tú eres medio pervertido...– soltó una carcajada.

–Así me amas– encogió su hombros y sonrió.

Escuche que tocaron la puerta... –Deb... –era alex.

–Dime ¿Que pasó?— tome mi pijama y me la volví a poner.

–Voy a poner una película ¿Quieres venir?

–Si, enseguida voy...

–¿A donde es que tú vas?– Ant me fulmino con la mirada.

–A atender a tu hijo, tengo que quedar bien con la visita.

–Mucho cuidado, no quiero terminar siendo tu suegro– dijo bromeando y yo solté la carcajada.

–Anthony por Dios... Ven pronto mi amor... te amo– le lance un beso y termine la llamada.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora