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Alaric por fin estaba a mi lado, nos habíamos cambiado a una casa, no era tan Grande como la que tenía. En NY todo era más caro y era lo que él podía darnos por el momento... y por mi estaba bien aunque Anthony se burlara de él.

"Si estuvieras conmigo tendrías una mansión" Anthony podía llegar a ser un egocentrico y muy canson.

Alaric seguía siendo ese príncipe encantador, tan romántico y detallista pero mi mente y corazón estaba con él bandido del cuento, ese que seguía viendo a escondidas para tener encuentros casuales sin compromiso como lo habíamos acordado.

Alaric es el hombre que cualquier mujer desearía tener y yo que lo tengo deseo tener el hombre de otra mujer. Me sentía la peor al rechazarlo cuando quería intimar conmigo pero no podía... los pretextos se me estaban agotando.

–Tengo que irme– dije tratando de levantarme de la cama pero Anthony me lo impidió.

–Quédate un rato más– dijo dándome besos en la espalda.

–Anthony...

–¿Que?

–Tengo que recoger al niño...

–Te acompañó– dijo tratando de levantarse pero le puse una mano en el pecho para detenerlo.

–Quede de cenar con Alaric.

Puso los ojos en blanco y se volteó dándome la espalda. Suspire y tome mi ropa interior para vestirme. Mi celular timbro, en la pantalla resaltaba el nombre de Alaric.

–Hola– respondí.–¿Bien amor y tú?

Anthony se levantó con rapidez de la cama y tomó por las caderas apretándome a su cuerpo mientras me daba besos en el cuello. Intentaba quitármelo de encima pero era imposible.

–Ok si mi amor. – Cada que le decía mi amor a Alaric, Anthony me daba una mordida. –Si, te veo más tarde entonces, chao.

–¿Que te pasa salvaje?– le dije a Anthony pegándole.

–Yo soy tu amor, no él– dijo cruzando los brazos. Aveces podía ser tan lindo y tierno.

–Él es mi marido, tú no– le dije riéndome mientras pasaba mis manos alrededor de su cuello.

–Eres mi mujer, no la de él– dijo arqueando la ceja.–Hasta te hice un hijo– dijo riéndose.

–Hazme otro–me reí y le di un beso en los labios.

Me separé de Anthony y me seguí cambiando.

–¿Puedes mostrarme las fotos que le tomaste a Matías en el parque el otro día?– dije abrochándome los botones de la blusa.

–Si, ven– tomó su celular y me indicó que me sentara en sus piernas.

Empezamos a ver las fotos de mi hijo, no es por que sea mío, pero estaba hermoso. Derrepente salió otro niño... Anthony se puso nervioso y no supo que hacer.

–Tranquilo... ¿Es tú otro hijo?– le pregunte.

–Si... – No se parecía en anda a Anthony, quizá sólo en el color de piel.

–Muéstrame Las fotos, no hay problema...– mi lado morboso quería saber más de su otra bendición.

Anthony estaba indeciso, así que le arrebate el celular y seguí viendo las fotos.

La criatura estaba curiosita pero definitivamente no se parecía a su padre, si alguien era un miniant era mi bebé.

Seguí observando las fotos del niño y algo me llamo mucho la atención. Él niño estaba sin ropa acostado en una cama. No se que maña tenemos los padres de retratar a nuestros hijos encuerados. Tenía una marca muy peculiar en sus pompitas que yo había visto en otro lado... Le pregunte a Anthony sobre ella y no supo que decirme.

La duda se instaló en mi y yo no iba a estar tranquila hasta llegar al fondo de esto.
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Habían pasado algunas semanas y la inquietud no se desaparecía de mi mente. Tome mis cosas y salí de mi oficina. Subí a mi carro y manejé rumbo a mi destino. Cuando llegue no sabía realmente qué estaba haciendo aquí.

¿Que iba a decirle a cedin? Ni siquiera sabía si aún vivía aquí.

Me arme de valor. Toque, pasaron unos minutos y se abrió la puerta. Cedin me vio sorprendido, era lógico que a la persona que menos esperaba era a mi.

–¿Que haces aquí?– dijo molesto.

–¿Podemos hablar?– dije con un dulce tono de voz.

Cedin soltó un suspiro y negó con la cabeza.

–Entra– dijo haciéndose a un lado para dejarme pasar.

Yo conocía perfectamente esta casa, fui directo a la sala, mientras Cedin caminaba detrás de mi.

–¿Quieres algo de tomar?– me pregunto.

Me sorprendía que su educación estaba primero a pesar del odio que seguramente me tenía.

–Estoy bien, Gracias–dije sentándome en el sillón.

–¿Te mando Anthony?– pregunto sentándose en el sillón de a lado.

–No.

–¿De que quieres hablar?

Cedin aún me quería, podía sentirlo.

–Quiero que sepas toda la verdad, quiero explicarte como sucedieron las cosas...

–No quiero saberlo, no me interesa– dijo con seriedad.

–Anthony no sabía que teníamos un hijo...

–¿Como?–pregunto interesado en el tema.

¿No que no quería saber?

–Yo se lo oculte durante años... Hasta que nos topamos en españa.

–¿Por que vienes a contarme esto?

–Por que las cosas no son como tú piensas– dije poniendo una mano en su pierna.– Jamás te engañe Cedin... todo sucedió cuando tú y yo terminamos, fue algo casual y sin importancia... Yo me mude a españa y me di cuenta que estaba... bueno esperando un hijo.

–Ese niño también podría ser mi hijo...

–No. Anthony le hizo una prueba de Adn a escondidas de mi.

–¿Por que nunca se lo dijiste?

–Bueno... Yo no quería lastimarte Cedin... además Yo estoy casada– dije mostrándole mis anillos.

–¿Con quien?– pregunto con tristeza.

–Con un doctor.

–Pues Sigo sin entender qué haces aquí– dijo cruzándose de brazos.

–Quiero hacerte una pregunta y quiero que seas totalmente sincero conmigo.

–Hazla...

Estaba muy nerviosa, no sabía realmente en qué me estaba metiendo...

–¿Algún día tuviste algo que ver con la novia de Anthony?

–¿Algo que ver?

–Que si te acostaste con ella.– dije para ser más clara y directa.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora