–¿Anthony que estás haciendo?– pregunte al ver como tomaba una maleta y metía mi ropa en ella.
–Tu vienes conmigo– mencionó mientras seguía metiendo ropa a la maleta.– No te voy a dejar aquí sola con mi hijo mientras unos individuos quieren obligarte a casarte con alguien.
–Anthony – me reí.– No me voy a casar con nadie, no pueden obligarme.
–Mira Debora, contigo todo se pude esperar. Estos tipos son capaces de hacer algo con nuestro hijo, cualquier cosa para obligarte Debora y te conozco, eres capas de ceder.
–¿Que me estás tratando de decir?– me indigné, por que cada decisión que he tomado fue para proteger a mi familia.
–No te estoy tratando de decir nada. Solo quiero protegerte, tenerte a mi lado mientras yo estoy trabajando. ¿Tienes que molestarte por eso? ¿Por querer cuidarlos?
–No es eso.
–¿Entonces Debora? ¿Quieres quedarte acá para que tu papá venga todo los días a molestarte? ¿O que ese idiota venga a buscarte? ¿Eso quieres?
–Anthony...
–Y te aclaro que no son celos– doblo una camisa con rabia, la aventó a la maleta y se fue.
Entendía el punto de anthony, pero una cosa es que me pregunte si quiero ir con él a que me imponga las cosas pero tiene razón, así me tengan la casa custodiada, mi papá es tan necio que encontraría la forma de acercarse a mi, sería capas de meterse a las alcantarillas con tal de lograr lo que quiere. Así que por mi propia cuenta arreglé mi maleta y la Matías.
Anthony había salido sin decirme nada, odio que haga eso. Cuando se enoja conmigo agarra sus llaves y se va a quien sabe donde con tal de no verme. Lo llame y no me respondía, no quería ponerme histérica e imaginativa... pero mi mente me traicionaba imaginándome que estaba con la araña pelos de elote.
Tengo que confiar en él. Me senté en el sillón de la sala para esperarlo.
–¿Donde estabas?– le pregunte cuando lo vi entrar por la puerta.
El muy estupido se rio.
–¿Me estas fiscalizando?– sonrió coquetamente, se quito su chamarra y se acercó a mi.
–Te llame varias veces...– se inclinó para besarme–¿Bebiste anthony?– lo empuje hacia un lado.
–Un poquito si– se sentó a mi lado pero no dejaba de sonreír.
–¿Por que vienes tan Feliz?
–Se todo lo que tú mente está maquinando y no Deb, no es nada de lo que te imaginas... Fui al estudio y bebí un poco con los músicos es todo.
–¿Manejaste así?
–Obvio que no, me trajo nene.
–Mmmmmm– me sentía molesta.
–¿Por que estas enojada bebecita?
"Bebecita" me recordó cuando todo esto inició.
–Me frustra que cada que nos enojemos no me digas nada, te vayas y no sepa nada de ti en todo el día. Es eso.
–Lo siento, no sabia que hacía eso... – fingió inocencia.
–Claro que lo sabes– le pegue en el pecho pero él fue más rápido, me abrazo y me beso.
–Sabes a coñac– con un dedo toque su labio inferior y él sonrió.
–Hoy te ves más linda, con un brillo diferente– acomodo mi cabello detrás de mi oreja.
–¿Será por que me bañe?– me reí.
–Puede ser, con este frío vale más bañarse cada 3 días– soltó una carcajada.
–Sobre todo tu– le puse los ojos en blanco. Anthony era el hombre más pulcro que había conocido en mi vida.
–No quiero que te enojes, ni quiero pelear... pero pensaste en lo que dije en la mañana?
–Si anthony si, ya hice nuestras maletas...
–¿Le avisaste a la niñera?
–¿Tiene que ir? Puedo hacerme cargo de mi hijo.
–Yo sugiero que si, no quiero imponerte las cosas pero me gustaría que fueras conmigo a los shows, pasar tiempo a solas... tu me entiendes verdad?
–Ok, pero... me gustaría que Matías te viera en el escenario, estoy seguro que va a ser una experiencia inolvidable para él...
–Ok...– se rascó la cabeza...– pero hay algunas partes del show que no me gustaría que él viera, soy su papá y...
–Obviamente no voy a dejar que vea como besuqueas a otras viejas– soltó una carcajada.
Me levante para irme a mi habitación pero anthony me dio una palmada en el culo. –Oye– dije en forma de reclamo.
–¿Cuando me haces un bailecito de esos sexys que tú sabes?– tenía esa sonrisa coqueta.
–Cuando tengas lo suficiente para pagarme– bromeé con él.
El muy cabron saco su billetera, pensé que iba a lanzarme algún billete.–¿Aceptas tarjeta?– se rió mostrándome su tarjeta de crédito.
–¿Tienes el libido subido?– le pregunte sentándome en sus piernas.
–Contigo siempre– chupo sus labios y me sonrió.
–Lastima que esté en mis días– me reí con maldad.–pero dale campeón tú puedes solito– le pegue en mano y me levante de su regazo.
–Debora...– dijo con frustración. Echo su cabeza hacia atrás como signo de rendición pero recobró su energía y se levantó del sillón rumbo a la puerta de la entrada.– Siempre hay quien esté dispuesta...– me dijo sonriendo el muy desgraciado.
Camine hacia él y lo agarre de la oreja– Tu no vas a ningún lado.– en vez de enojarse se empezó a reír.
–Sé que no estas en tus días por que te llevo la cuenta– me tomo por la cintura y me recargo en la pared.
–No seas mentiroso.
–Baje una aplicación que me dice los días exactos– mencionó mientras besaba mi cuello.
–No puedes llegar a tanto– me reí.
–Ok, estoy mintiendo pero estoy seguro que aún no te toca– sus manos fueron a mi trasero y me apretó a su cuerpo para que sintiera su ereccion.
–¿Papi?– ay Matías, Matías siempre tan oportuno.
Anthony soltó un bufido de molestia y me soltó mientras yo me reía por su mala suerte.
–¿Que haces despierto?– anthony camino hacia él acomodándose los pantalones para tratar de esconder lo que había entre sus piernas.
Matías empezó a decirle un montón de cosas, mientras anthony fingía ponerle atención, cuando lo único que quería era tenerlo dormido.

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Clandestino / Romeo Santos
Lãng mạnDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.