En cuanto llegamos a la casa anthony me hizo prepararle una maleta a Matías con sus cosas y se fue enseguida a llevarla. Cuando me quede sola en la casa me puse a analizar todo lo que tenía y todo lo que podría perder si no ponía de mi parte. Anthony es complicado y aveces un poco pendejo pero yo también tengo mis defectos, a eso sumándole el montón de problemas que le he traído a este pobre hombre que solo dedicaba su tiempo a su música sin tener que preocuparse por otra cosa.
Su "Mujer" seguramente no le complicaba tanto la vida como yo. Y él me lo ha dicho.
Fui a mi habitación y me puse la pijama, escuche la puerta de la entrada abrirse, me asome desde las escaleras, era anthony que no había tardado nada en ir y venir.
–Traje esto– levantó un paquete de cervezas y sonrió.
Baje las escaleras y me senté en el sillón, él se acercó y me ofreció una cerveza, que gustosamente acepté.
–Ya se que eres más de cocteles de niñas pero...
–Estoy bien así... sabes que soy adaptable. Puedo ser una mujer sofisticada pero también tu amigo con él que te tomas unas cervezas– adopte un sentado más relajado como si fuera otro de sus amigotes y él soltó una carcajada.–Solo no me enseñes culos por que me pongo celosa.
–No tiene chiste entonces– se sentó en el sillón de un lado mientras destapaba una cerveza.
–¿Que pensaste de mi la primera vez que me viste?– le pregunte fijando mi mirada en él.
–Pensé que eras hermosa pero me causaste mucha risa por la situación con tu novio. No podía dejar de pensarte y en el pobre novio que tenías. Cuando te recordaba automáticamente se me dibujaba una sonrisa.
–¿Y que pensaste cuando me viste llegar con Cedin?
–No sabia que tenía agendada una entrevista– vio su reloj mientras se reía.– Pensé... fuck. Este es el pendejo que su novia no lo ama, ni conoce sus gustos y mucho menos le da placer. Pobre de mi amigo. La verdad si me sorprendí bastante.
Me reí.–¿Quieres saber que pensé yo de ti cuando te vi?
–¿Que pensaste? ¿Que querías a este monumento en tu cama?
–No... pensé que eras un chico divertido, espontáneo pero sobre todo muy lindo.
–¿No me querías en tu cama?– era tan coqueto aveces.
–En ese momento no pero cuando te quise, te tuve– le guiñe un ojo.
Soltó una carcajada y me apunto con un dedo como dándome la victoria.
–¿Puedo hacerte otra pregunta?– le di un trago a la cerveza y le sonreí.
–Pregúntame lo que quieras.
–Si en esta habitación, estuvieran todas las mujeres que han pasado por tu vida... las que has amado... ¿Me seguirías eligiendo?– me arriesgue a preguntarle aun sabiendo que la respuesta no podría gustarme.
Le dio un trago a su cerveza, sonrió y volteó hacia arriba.– wow que difícil pregunta... Quizá me quedaría con la niña que me gustaba cuando estaba pequeño.
–Se serio por favor.
Se rascó la cabeza, hizo una mueca y se jalo una oreja.
–Si me quedaría contigo, te seguiría eligiendo por que aunque me das dolores de cabeza, tienes una personalidad muy peculiar que me encanta, que me vuelve loco. ¿Se acabó el cuestionario?– me preguntó irritado.
–Yes bro– intente hacer voz de hombre. Soltó una carcajada de esas exageradas que tanto me gustaban.
–Estas loca– me gustaba hacerlo reír.
–Anthony... Ven aquí...– le pegue con la mano al sillón para que se sentara a mi lado.
–Ven tu– le gustaba picarme la cresta.
–Si me levanto del sillón va a ser para irme a dormir– lo amenacé. Me torció los ojos y se paró del sillón para sentarse a mi lado.
–¿Que pasa?– puso su brazo sobre el respaldo del sillón y se quedó observándome.
–Ven, quiero abrazarte– lo jale y lo recosté sobre mi, dejando caer su espalda sobre mi.
–Sería muy raro que un amigo me abrazara así– mencionó riéndose.
–Si si lo sería– me reí y comencé a acariciar su cabello, su cara, sus orejas...–Te quiero...
–Yo te amo– agarro mi mano y me dio un beso en la muñeca.
–Yo te quiero, te amo, te adoro...
–¿Estas bien?– se levanto con rapidez y me toco la frente como si estuviera enferma.
–No seas payaso– me reí pero lo jale para abrazarlo, sentía esa necesidad de tenerlo entre mis brazos, de sentir que era mío.
–Dios mío, ¿te irás a morir?– estaba en modo juguetón.
–De amor...– me reí.
Se separó de mi, me miró al mismo tiempo que con su mano quito el cabello de mi cara y me beso.
–Quiero que ambos pongamos de nuestra parte para que esto funcione...– acaricie su cabello mientras lo observaba.
–Voy a poner todo de mi parte, te lo prometo mami.
Nos quedamos en silencio solo observándonos, diciendo todo y nada, hasta la risa me gano.
–Ven– me puse de pie y le ofrecí mi mano.
–¿A donde me vas a llevar?– me pregunto aceptando mi mano.
–A tirarte a la basura– me reí y lo jale para que se pusiera de pie.
Lo lleve hasta nuestro cuarto y le quite la camisa, él solo se me quedaba viendo esperando mi movimiento siguiente.
–Ni te emociones– le dije cuando intento tocar mi cintura y él solo se rio. –Acuéstate, te voy a dar un masaje, quiero consentirte pero solo un poquito.
Muy obediente se acostó en la cama boca abajo, tome un poco de aceite y me senté sobre su bonito trasero. Coloque aceite en mis manos y las puse sobre su espalda que era tan tersa, amaba toda esa constelación de lunares que se dispersaba por toda su espalda.
–¿Y si me quitas el estrés de otra manera?
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Clandestino / Romeo Santos
RomanceDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.