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Narra Debora.

Abrí los ojos y por un momento no sabía dónde estaba hasta que poco a poco reconocí mi habitación. Tenía un dolor de cabeza horrible, mucha sed y hambre. ¿Pues que me dieron anoche?

Gire la cabeza y vi a anthony profundamente dormido incluso estaba roncando. Me sentía tan mal que no tenía ni ganas de contemplarlo.

Levante la cobija que nos cubría y me di cuenta que estaba desnuda, menos mal que estoy con anthony si no pensaría que abusaron de mi. Me levante de la cama y sentí un terrible dolor de cuerpo como si hubiera corrido un maratón. Tome unas bragas y una de las camisas de anthony que estaba botada en suelo y me las puse. 

Con todo el dolor de mi alma, baje a la cocina para servirme un enorme vaso con agua y una pastilla para la cabeza que estaba a punto de explotarme. Busque en el refrigerador y solo encontré una vieja pizza, era más mi hambre así que la metí al horno sin importarme su vigencia. Saque la pizza, me senté en la barra de la cocina y me la devore completa, hace mucho tiempo no sentía tanta hambre.

Gire la cabeza y me vi en uno de los espejos, me veía HORRIBLE, con el maquillaje corrido, el cabello revuelto... mi aspecto era totalmente desagradable.
Me levante para ir a bañarme, cuando pase por la sala vi toda nuestra ropa tirada por todos lados, la camisa de anthony arriba de una lámpara, los pantalones por otro lado... Que pena que no me acuerde de nada.

Recogí cada una de nuestras prendas y las lancé al bote de la ropa sucia. Me metí al baño, me desmaquille y me preparé un baño en la tina, seguro eso me relajaría y me haría sentir mejor... me relajo tanto que me quede dormida.

–Mi amor, debby... bebé despierta amor– sentí como me daban una palmadita en la cara.

Abrí los ojos lentamente y vi a anthony con cara de preocupado.

–¿Estas bien?– me tomo de la mano.

–Si, me quede dormida. Me sentía muy cansada y con mucha hambre.

Anthony se empezó a reír.

–¿De que te ríes?

–Anoche pediste una bebida "especial" no se si no lo sabías o lo hiciste a propósito pero tenía algo de droga la bebida y tengo entendido que uno de los efectos secundarios es que da mucha hambre.

–Por Dios– me tape la cara.– Dime que no hice alguna tontería o algo de lo que puedo avergonzarme...

–Pues... terminamos en un club de stripper y me apostaste 500 dólares a que bailabas mejor que ellas.

–Por Dios– me tape la cara.– ¿Por lo menos lo hice bien? – me reí.

–No te deje hacerlo, solo bailaste para mi y si lo haces muy bien. ¿Donde aprendiste o entre las cosas que no se de ti es que eras stripper?

–Si y de las caras...– su cara cambió completamente.–No es verdad anthony, solo tome clases de pole dance– me reí.

–Vamos, sal de aquí. Tu piel ya está como la de un viejito.

–¿Que mas hicimos anoche?–pregunte antes de salir de la bañera.

–Abusaste de mi...– sonrió mostrando toda su hermosa y blanca dentadura.–No es por hacerte sentir mal pero mira como me dejaste– se giró y me mostró su espalda, tenía varias marcas de uñas y una mordida. Me dio muchísima vergüenza.

–Por Dios mi amor, perdóname– toque su espalda, me sentía mal por haberlo marcado así.

–Deja que veas tú cuello y no vas a pensar lo mismo– se rio y mi angustia se dispersó, solo quería verme en el espejo.

Salí de la bañera y me envolví en una toalla, corrí a verme en el espejo y efectivamente en el cuello tenía un horrible chupeton morado, recordé cuando anthony hacía eso para marcar territorio y que Alaric se diera cuenta que me estaba acostando con él.

Anthony entró de nuevo al baño, cantando una canción en inglés y me abrazo por detrás.

–Te amo– me dio un beso en el cuello y volvió a salir.

¿Como podía enojarme con él cuando era tan tierno y amoroso?

La próxima semana es su cumpleaños debo pensar en una bonita sorpresa para él y eso es difícil para un hombre que tiene todo.

Me tiene a mi ¿Que mas quiere? 😅

Anthony volvió a entrar al baño pero esta vez traía su toalla en la mano, se iba a bañar.

–¿Me puedo quedar a admirarte?– lo abracé por la cintura y el sonrió.

–No– se sonrojó. Era muy gracioso por que aveces se ponía tímido de cosas insignificantes y otras era todo un depredador que nada lo intimidaba.

–¿Por que no? Me gustas, me encantas... todo tú.

–¿Volviste a tomar cosas extrañas?– sonrió y me abrazo.

–No– acaricie con la Palma de mi mano todo su abdomen, subi por su pecho hasta llegar a su mejilla.–¿Eres mío verdad?

–Si...– sus manos tomaron mi trasero y mis piernas se enredaron alrededor de su cintura, camino hacia afuera del baño.– Tuyo y de nadie más– me tiro encima de cama y me beso.

–Me duele todo el cuerpo– me reí al sentir su peso encima del mío.

–Es que anoche estabas desenfrenada– se rio y deposito un cálido beso en mi cuello.

–Es que estas muy bueno– realmente cuando estaba con él me sentía como drogada, como si viviera en las nubes.

–¿Y me quieres probar?– chupo su labio inferior y sonrió.

–Todo completo– puse mi mano en el elástico de su bóxer.

–Otro día será por que es tarde y tengo que ir por Matías– se quito de encima mío mientras se carcajeaba y caminaba rumbo al baño.

Voy a vengarme, esto no se queda aquí.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora