–¿Segura que quieres hacerlo aquí?– me pregunto sonriendo.
Moví la cabeza en negativa y me reí.–Es incomodo, esta muy dura y rasposa.
Anthony no aguanto la risa y sonrió con picardía elevando una ceja.
–Estoy hablando de la mesa – me sonroje y me reí.
Él metió sus manos por debajo de mi cintura y me levanto haciendo que enredara mis piernas alrededor de su cintura y mis brazos envolviendo su cuello, sin dejar de besarnos en un ágil movimiento desabrocho mi sostén y acaricio mi espalda desnuda.
Me puse de pie y Anthony bajó sus dos manos a mis glúteos para apretarme contra su cuerpo mientras devoraba mis labios sin compasión. Una de sus manos traviesas azotó una de mis nalgas haciendo que soltara un gemido contra su boca. Me giro y me acorralo contra la pared. –Te quiero hacer tantas cosas– me susurro al oído con su voz ronca que hacía que se me derritiera todo.
Mordió el lóbulo de mi oreja y siguió bajando por mi cuello dejando besos, mordidas y rastros de saliva hasta llegar a mis senos desnudos, los tomo por debajo con ambas manos y los elevo, pasó su lengua por sus labios y verlo así me encendía de una manera increíble. Paso su lengua por uno de mis erguidos botones haciendo un círculo y después succionándolo como si se tratara de un bebé siendo alimentado, yo no podía dejar de retorcerme entre sus brazos, en mi inquietud y desesperación no dejaba de tocar y jalar su cabello. Siguió con el otro pecho pero uno de sus manos se deslizó por mi vientre hasta colarse dentro de mis bragas pero solo masajeaba y apretaba por fuera, no me tocaba donde yo quería, solo estaba jugando conmigo. Baje una de mis manos y busqué el botón de su pantalón, lo desabroché, baje el cierre y metí mi mano dentro de sus bóxer encontrándome con una dura ereccion, fue entonces cuando uno de sus dedos encontró el camino a ese botón mágico que con sus expertas caricias podía hacerme ver las estrellas. Saco su mano de mis bragas, acerco sus dedos a mi boca y enseguida los chupe con si estuviera chupando otra cosa.
Se hincó frente a mi, deslizó mis bragas al piso y subió una de mis piernas a su hombro para adentrarse al néctar que emanaba entre mis piernas. La forma en que su lengua se movía, me succionaba de tal manera que me hacía delirar y morder mis labios del placer que sentía. Cuando sentí que estaba a apunto de explotar, dejo de tocarme, se puso de pie, se bajo el pantalón y los bóxer, me cargo y me penetro duro, hasta el fondo, primero fue lento y profundo, mis gemidos eran depositados directamente en su oído y eso parecía encenderlo más por que conforme me escuchaba aceleraba sus movimientos. Comencé a escuchar sus gruñidos en mi oído y eso me ponía como locomotora, sentía que mi vientre iba a colapsar en cualquier momento, me parecía bastante sexy escuchar a los hombres gruñir o bufar durante el sexo. Tres embestidas más y sentí como explotaron sus ganas de dejarme preñada.
Me puse de pie y él recargó su sudada frente encima de mis pechos sin dejar de abrazarme y yo no podía dejar de tocar su cabello. Ambos estábamos cansados, tratando de recuperar el aliento. Con Anthony el sexo siempre era alucinante.
Cuando se recuperó un poco me tomo de la mano y me guió hasta el sillón de la sala, se acostó e hizo que me tumbara encima de él.
–Te amo debby– me dio un beso en la frente mientras yo tocaba sus pectorales.
–¿Te puedo preguntar algo?– lo mire a los ojo.
–Dime mami ¿Que pasa?
–¿Haz hecho un trío?
–¿Quieres hacer un trío?– se rio. No se si de mi o conmigo.
–Simple curiosidad.
–Tendría que ser con otra mujer por que no voy a permitir que otro cabron se coja a mi mujer. No lo soportaría.
–Y yo no voy a dejar que otra vieja lagartona te toque– la simple idea me hacía ponerme celosa.
–Nos faltan muchas cosas por hacer mi vida, te puedo enseñar muchaaaas cosas todavía.
–¿Como cuales?– pregunte mordiéndome los labios.
–Uyyy muchas– elevó una ceja y sonrió.
Sonreí y me fui deslizando hasta quedar en medio de sus piernas para poder tomar entre mis manos su miembro, su mirada de expectativa me animaba a darle una buena mamada para demostrarle que yo también podía enseñarle muchas cosas. Lo dejé a media y me subí en el para montarlo, lo introduje en mi, hasta el fondo, sus manos tomaron las mias y comencé a moverme encima de él, adelante hacia atrás, contraía y soltaba los músculos de la vagina, su miembro rozaba puntos que me hacía retorcerme del placer. Ant me giro y quedó encima de mi, me abrió las piernas para penetrarme con mayor agilidad, puso una mano sobre mi vientre y podía sentir con más intensidad sus embestidas, sentía como con cada estocada mi miembro crecía más dentro de mi. Con la misma mano busco tocar mi punto más sencible y en conjunto a sus movimientos logró acelerar el orgasmo. Unas estocadas más y sentí como derramó cada gota de su semen dentro de mi.
–Te amo y no quiero que nadie más me coja, solo tú– le dije con la respiración cortada.
Anthony solo se rio y me abrazo. –Nadie más te va a coger mientras yo viva– me dio un beso en los labios y poco después ambos nos quedamos dormidos en el sillón.
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Clandestino / Romeo Santos
RomanceDespués de conocerse casualmente en una tienda, Debora y Anthony se reencuentran pero su relación se vuelve imposible por miedo a lastimar a los que los rodean.