Capitulo 43

674 47 25
                                    

Después de nuestro caluroso encuentro, Anthony tomó su avión para continuar con su gira y yo podría concentrarme en mi trabajo.

Acordamos que me daría mi espacio y nos escribiríamos o nos llamaríamos cuando tuviera tiempo pero para ser sincera estaba tranquila por que estaba lejos de su novia. Aunque si la engañaba conmigo nadie me podía asegurar que no nos pusiera los cuernos a las dos mientras estaba de gira.

Los días pasaban y mi desfile sería en dos días. Anthony volvería hoy y cenaríamos juntos... con nuestras respectivas parejas. Empezaba a odiar esto.

Termine un pesado día de trabajo, mi jefe estaba volviendo a confiar en mí y eso me tenía feliz pero me sentía más feliz de volver a ver Anthony.

Fui a mi departamento, tome una larga y cálida ducha. Salí envuelta en una toalla y me tome una foto frente al espejo para enviársela a Anthony.

"Ojalá estuvieras aquí..."

Me gustaba jugar con su mente. Me gustaba sentirme deseada, que él me deseara.

Fui a mi armario y busqué un vestido. Ella siempre vestía sexy pero con elegancia, tenía unas curvas de infarto y era muy bonita.

Maldita sea. ¿Por que estoy buscando verme mejor que ella?

Cerré mi armario con frustración y me tiré a la cama.

"Quisiera estar ahí para arrancarte la toalla con los dientes" recibí como respuesta. Sonreí Involuntariamente al leer su mensaje.

"Ven" le respondí. "No puedo, aún no aterrizo. Te veo en la cena muñeca..."

¿De cuando acá me dice muñeca? Solté un suspiro y me levante a buscar un atuendo adecuado. Seguro iríamos a un lugar demasiado caro y elegante, esos que ella tanto le gustan. Me puse un vestido corto de manga larga y unos zapatos dorados, las últimas semanas me había obsesionado con ese color.

Más tarde Cedin pasó por mi para llegar juntos al restaurante donde cenaríamos con Anthony y su novia. Nosotros llegamos primero. Nos hicieron pasar a la mesa que teníamos reservada, era en una terraza con una vista impresionante de Nueva York. Solo había una mesa, con antorchas a los alrededores lo que le daba un toque bastante romántico. Cedin y yo ocupamos la mesa mientras esperábamos a nuestros "amigos".

Solté un suspiro al ver que tenían casi una hora de retraso, si algo odiaba era la impuntualidad y más con Cedin a un lado que no dejaba de hablarme de sus carreras a lo cual yo fingía ponerle atención.

Mi vista se desvió a la entrada cuando vi entrar a Anthony... Tan guapo, tan alto, tan imponente, tan varonil. Cuando me vio me regalo una sonrisa esa con la podía lograr que yo hiciera cualquier cosa... pero enseguida venía ella, tomada de su mano. Vestía una Hermoso vestido rojo que se adhería a sus curvas de una manera que de seguro a Anthony volvía loco.

—Disculpen la demora— dijo Anthony al saludarnos.— En cuanto mi avión aterrizó venimos directo para acá.

—¿Oh... viajaste con el Fran?— dije con una sonrisa.

—No, está ocasión no. Solo fui a recibirlo al aeropuerto.

—Ah...— dije tomándole un trago a mi vaso con agua.

Anthony se rió por que sabía que mi pregunta fue por celos.

—Bueno... antes de que nos sirvan la cena— dijo Cedin poniéndose de pie.— quiero mostrarles algo, vengan.

Los tres nos pusimos de pie. Cedin nos pidió que viéramos hacia el edificio de enfrente... de pronto luces de bengala comenzaron a salir disparadas para todos lados, mientras un texto se iba formando.

"Deb ¿Te quieres casar conmigo?"

Me quede helada, solo podía escuchar el sonido de las luces explotando, giré a mi lado derecho y vi a cedin hincado mientras sostenía una caja roja con un precioso anillo. No entendía nada. Desvíe mi rostro hacia Anthony y su rostro era indescifrable, mientras que su novia lucia emocionada.

—¿Aceptas casarte conmigo? — me dijo Cedin al ver que yo no reaccionaba.

No me quería casar con él pero tampoco quería romperle el corazón.

Tome a cedin de las manos para que se levantara, su ojos tenían un brillo precioso, no me merecía un hombre así.

—Discúlpame— le dije cerrando la cajita.— Discúlpame por favor Cedin, pero no puedo casarme contigo— le dije mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla.

Tome mi bolsa y me fui corriendo. No podía ver a este hombre que había dado todo por mi, sufriendo de esta manera.

—Yo voy...— escuche a Anthony decir al ver que me iba.—Quédate con él— le dijo a su novia.

Camine lo más rápido que pude hasta salir del restaurante. Una cuadra abajo Anthony me alcanzó.

—Deb, detente por favor— dijo faltándole el aliento.

—¿Para que?— le grite.

No me dijo nada, no tenía que decirme.

—¿Ibas a dejar que le dijera que si? ¿Ibas a dejar que me casara con él?— le grite de nuevo.

—Yo no lo sabía.

—Por Dios Anthony, no te hagas tonto! Cedin te consulta todo!

Anthony soltó un suspiro con frustración.

—Él te lo dijo Anthony! Debías decirle que no lo hiciera.

—¿Y yo que iba a decirle? No le pidas matrimonio por qué es mi mujer.— dijo con ironía.

—Podías haberle dicho que no era el momento, que era muy pronto, podrías haberle evitado este bochornoso momento. Sabias que le diría que no.

—Yo no podía decirle que no lo hiciera, ¿quien soy yo para decirle?

—Carajo Anthony, eres su mejor amigo! Siempre te escucha! Y maldita sea lo que hiciste fue alentarlo? Sabias que esta cena era para esto y le seguiste el juego.

—Tranquilízate por favor— dijo tratando de tocarme.

—No me toques— dije histérica.

—Deb...

— ¿Que? Enserio... ¿ibas a dejar que me casara con él?

—No es el momento de hablar de esto...

—¿Y cuando es el maldito momento? Cuando estuviera en el altar vestida de blanco o cuando estuviera firmando un papel?

Anthony se tocó el puente de la nariz tratando de buscar lo que debía responderme.

—¿Sabes que? Ya Me canse de esto! Nunca las vas a dejar por mi ni vas a ponerme por encima de Cedin. Dices que me amas pero no es así, solo son tus ganas de meterte entre mis piernas. Se acabó Anthony.— dije antes de darme la vuelta para irme.

No lo escuche correr hacia mi, lo único que resonaba era el ruido de mis tacones. Cuando estuve lo suficientemente lejos me senté en una banca y no pude seguir aguantándome las ganas de llorar.

Clandestino / Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora