Narra Mateo
+ Vamos, cariño.
La achucho con fuerza.
+ No me llores más.
E: No me gusta cuando me cuida la tía Elena.
Eva protesta con los ojitos llenos de lagrimas.
+ Ya lo sé.
Suspiro.
+ Pero ya te he explicado que hoy empiezo en un nuevo trabajo, no me dará el tiempo para recogerte yo del cole.
Repito el argumento que le he dado ya tantas veces, pero no las suficientes para que una niña de siete años acepte como válido para pasar la tarde con una mujer seca que piensa que su padre es un desahuciado que no merece las oportunidades que la vida vuelve a ofrecerle.
+ Vamos, anímate que ya es súper tarde y no me gusta dejarte así.
Le pido.
+ Además como no entres ya, van a regañarte.
E: ¿A qué hora vas a volver?
Pregunta inocente.
E: Podría esperarte en la biblioteca o con alguna amiga.
Suplica.
+ No lo sé, pequeñaja, pero supongo que tú ya estarás dormida, tengo que irme a Madrid.
E: I can go with you (Puedo ir contigo).
Propone.
E: No me gusta Toledo. Y además sabes que me da miedo la oscuridad y la tía Elena dice que es muy caro dejar la luz encendida.
Protesta.
+ Yo hablaré con ella, no puedes venirte conmigo a Madrid.
E: Siempre dices que lo harás y...
+ Eva, es mi hermana.
La interrumpo recordándole nuestro parentesco aunque no seamos demasiado unidos.
+ Va a cuidarte y si yo le digo que te deje la luz lo hará.
Aseguro.
E: ¿Por qué tienes que salir a trabajar?
Su pregunta viene llena de inocencia.
E: A mi me gustaba cuando estábamos juntos en casa, bajábamos a la playa y...
Resoplo, Eva no para de hacer preguntas y recordar nuestra vida de antes. Yo voy súper tarde, seguro pillaré atasco y ya me han advertido que a mi nueva jefa no le van las impuntualidades.
+ Tengo que ganar dinero para poder pagar el alquiler, la comida y todas nuestras cosas.
Le explico apurado. Ella no entendería las verdaderas razones que nos trajeron de vuelta a España.
+ Además que en casa también tenía que trabajar.
E: Pero tenías tiempo de estar with me (conmigo).
+ Si todo va bien alquilaremos un piso en Madrid y nos mudaremos juntos allí.
Prometo.
+ Ya veras cómo encontrare la manera de que todo vuelva a ser como antes.
E: Fine.
Acepta abrazándome una vez más.
E: ¿Me das un kiss (beso) cuando vuelvas a casa?
+ Claro que lo haré, princesa.
E: Love you.
+ Yo te quiero a ti.
Beso su cabecita.
+ Ahora corre dentro.
La miro desaparecer en las puertas del colegio.
+ Estaremos bien, Eva. Te juro que saldremos de esta.
Prometo sin tener certeza que mi compromiso sea conmigo o con ella.