Narra Malú
Un par de días después nos cruzamos frente a frente por los pasillos del recinto. He ignorado sus llamados y sus mensajes me parecen tan conmovedores como falsos.
+ ¿Piensas evitarme por mucho más tiempo?
Se enfrenta a mi, parándome de frente y bloqueando mi camino.
- Martín, llevo prisa.
+ Y yo mucha paciencia.
Ruedo los ojos, que cansino es. Hago el amago de esquivarle, pero no tiene intenciones de dejarme pasar.
+ Por favor.
Me mira afligido.
+ Necesito que hablemos.
Insiste.
+ Una vez me dijiste que si te necesitaba como amigo ibas a estar...
Me quedo perpleja al oírle. ¿En serio me está chantajeando de esta manera?
+ Si quieres podemos fingir que lo de el otro día no pasó, pero mi vida es un caos, y he echado de menos a esa amiga que encontré en ti.
Resoplo. No puedo negarme tras oír eso.
- Eres un tramposo.
Advierto, pero mirándole a los ojos me doy cuenta de que no miente. Algo importante tiene que pasarle. Se ve triste.
- ¿Eva está bien?
Lo primero es confirmar que no esté teniendo problemas con la niña.
+ Sí. No se entera de nada.
- ¿Es por lo del capullo ese de Miami?
Suspira abatido. Lo siguiente era averiguar por Alex, pero su cuerpo tenso completamente y su manera de respirar me hacen saber que he acertado con mi segunda pregunta y no hace falta ir a más. Me pongo de puntillas para abrazarle por los hombros y siento como sus brazos rodean mi cintura, aferrándose con fuerza a mi y sin quererlo me estremezco.
- ¿Qué ha pasado?
+ Que es un hijo de puta.
Murmura afligido sin soltarse de mí.
- Martín.
Me sabe fatal romper este momento, pero llevamos un rato abrazados y en silencio.
- Lo de que llevaba prisas es cierto.
Me aparto para verle. El tiempo me juega en contra.
- Tengo que irme.
Me disculpo.
- Pero si quieres, después del concierto...
Me da corte proponerle salir, aunque tampoco es una cita. Me necesita como amiga y yo no puedo negarme a eso.
+ ¿No tienes planes con la banda?
- Que va.
Ellos suelen celebrar después de cada show. Yo soy más de irme a casa o encerrarme en la habitación del hotel.
+ Tu también te ves triste.
Valora.
- Ha sido una semana difícil.
Confirmo.
+ ¿Es por lo de aquella noche?
Me encojo de hombros sin saber que decir. En parte sí, pero tampoco es su culpa. No puedo forzarle a verme guapa ni a querer llevarme a la cama. Además yo no me encuentro a gusto conmigo desde antes de conocerle, simplemente que desearle con locura y no saberme correspondida hace que la herida escueza más.
+ ¿Podemos hablarlo?
- Tengo que irme.
Le recuerdo.
+ Después del concierto.
Insiste.
- No hace falta.
Me escaqueo. No estoy preparada para volver a enfrentarme a su rechazo.
- He tenido conflictos con mi padre.
Argumento sin mentir, pero tampoco siendo del todo sincera. Aún no soy capaz de reclamar una explicación de parte de mi progenitor, ni he podido hacerle saber cuánto le odio y que jamas voy a perdonarle.
+ ¿Qué ha pasado?
- En serio, tengo que irme.
+ Por favor, luego no te escapes otra vez.
Sonrío alejándome.