Capítulo 192

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Narra Malú

Me despierto encontrándome mejor. He pasado una noche horrible por culpa de la fiebre y las pesadillas. Para Martín ha sido incluso peor, porque ha estado en vela cuidándome todo el rato.

+ Buenos días.

Murmura con el sueño en vigilia, ha sido moverme para acomodarme mejor y volver a desvelarle.

- Shhh, lo siento.

Apoyo mi mano es sus labios dispuesta de dejarle descansar, pero es en vano.

+ ¿Cómo te encuentras?

- Mucho mejor.

Sin fiarse de mi, apoya su mano en mi frente.

+ Sí. Te ha bajado la fiebre.

Constata.

- Gracias por cuidarme toda la noche.

Le miro sincera.

- Cuando me pongo mala soy una pesada.

+ Y cuando no estás mala...

Se ríe picándome. Abro la boca para protestar, pero un beso inesperado me calla.

- Martín...

Le llamo para que me mire. Aún tiene los ojos cerrados tras el baile de nuestras lenguas.

+ ¿M?

Un pequeño ruido me confirma su atención. Mis ojos se clavan en los suyos y aunque quiero decírselo desde hace varios días, se me atragantan las palabras.

- Voy a ducharme para bajar a desayunar. Tengo hambre.

Termino por romper el silencio.

+ Me parece bien.

Me encierro en el baño frustrada y abro el grifo para que el agua se tempere. No tardo demasiado y mientras yo me arreglo, él aprovecha su turno para ducharse también.

- ¿Te espero?

Pregunto. No sé si lo mejor será aparecer juntos. No me apetece que el equipo saque conclusiones.

+ Como quieras.

Se encoge de hombros. A él no le importa, pero agradezco mucho que respete mi necesidad de mantener lo nuestro solo para nosotros y unas poquitas excepciones.

- Mejor voy bajando.

Decido.

+ Vale.

Me acerco a besarle antes de salir de la habitación y cuando me separo de él aprovecha para dejar una palmada traviesa en mi culo.

- Oye.

Finjo molestarme.

+ Solo quería comprobar que llevabas el móvil en los vaqueros.

Me echo a reír por la pésima excusa. Será tonto. Bajo al bufete y empiezo a salivar. Todo se ve riquísimo, pero después de la noche que pasé me decanto por algo liviano y café. Eso último no me puede faltar.

Y: Buenos días, jefa.

Yaiza pasea conmigo eligiendo su desayuno. Un par de minutos después nos sentamos juntas a disfrutar.

Y: Lo bueno que está ese tronco.

Interrumpe nuestra conversación banal obligándome a girarme. Me atraganto cuando veo que quién entra es Martín.

Y: Le he puesto el ojo encima desde el primer día, pero ni puto caso.

Se lamenta haciéndome sentir incómoda. ¿Cómo que Yaiza mira a mi chico?

- ¿Te gusta Martín?

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