Capítulo 191

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Narra Mateo

La miro debatiéndome en si quitarle la ropa para ponerle el pijama o dejarla que duerma así, pero me decanto por lo último. Se ha duchado en el recinto y trae unas mallas y una sudadera, no creo que vaya a estar incómoda y ahora necesita descansar, por lo que prefiero no arriesgarme a desvelarla. Lo que sí hago es abrigarla mejor. Solo se ha dejado caer sobre la cama hecha una bola y soy yo el que se ocupa de cubrirla con el edredón.

Poco después me cambio yo y me acomodo junto a ella. Dormida busca mi cuerpo obligándome a sonreír. La acuno ayudándola a apoyarse en mi torso y la rodeo con un brazo. El que me queda libre lo uso para cotillear el móvil. Reviso correos y mensajes. Por supuesto el de Elena no puede faltar.

El: "Gracias por lo de hoy, Mateo"

+ "Un placer"

Contesto enternecido. Es una mujer fuerte y teniendo a Malú enfrente parecía una adolescente nerviosa.

El: "Sigo sin creerme que Malú sea mi cuñada y que tú no me lo vayas a contar"

Ruedo los ojos. Qué pesada es cuando se trata de mi chica. Decido ignorarla. De niños éramos súper unidos, pero Alex y sus adicciones nos han alejado a todos. Hemos sido testigos de su decadencia e inevitablemente reaccionamos de maneras diferentes, lo que no ha hecho más que crear brechas en la familia.

Me encuentro en medio de mis reflexiones cuando Malú se incorpora a toda velocidad, corriendo otra vez al baño. Imito sus pasos, colándome allí con ella que no le ha dado tiempo de cerrar la puerta.

- Vete.

Me pide abocada al váter y entre arcadas.

+ Shhh

Me limito a afirmar su pelo otra vez y acompañarla.

- Me da vergüenza que me veas as...

No acaba la frase cuando otra vez se pone a devolver. Ya no le queda nada en el estómago pero parece que ni la bilis es capaz de retener.

+ ¿Ya?

Pregunto cuando creo que su cuerpo le ha dado una tregua. Asiente y la ayudo a volver a la cama.

- Me encuentro fatal.

Lloriquea.

+ Ya, reinona.

Beso su pelo desordenado.

+ Bebe un poquito.

Le cedo una botella. No puede deshidratarse, y como no sea capaz de retener el líquido, tendré que llevarla a urgencias para que le pinchen algo.

+ ¿Crees que puedes tragarte una pastilla?

Sigue teniendo fiebre.

- No sé.

Duda por unos segundos, pero luego se la mete en la boca y se ayuda del agua para pasarla.

+ ¿Bien?

Con un ruidito me hace saber que sí. Ha vuelto a tumbarse apoyada en mí y con las cosquillitas que le hago consigo relajarla.

- Martín.

Me llama cuando la creía dormida.

+ Dime.

- Me gusta tenerte conmigo...

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