Narra Mateo
La miro debatiéndome en si quitarle la ropa para ponerle el pijama o dejarla que duerma así, pero me decanto por lo último. Se ha duchado en el recinto y trae unas mallas y una sudadera, no creo que vaya a estar incómoda y ahora necesita descansar, por lo que prefiero no arriesgarme a desvelarla. Lo que sí hago es abrigarla mejor. Solo se ha dejado caer sobre la cama hecha una bola y soy yo el que se ocupa de cubrirla con el edredón.
Poco después me cambio yo y me acomodo junto a ella. Dormida busca mi cuerpo obligándome a sonreír. La acuno ayudándola a apoyarse en mi torso y la rodeo con un brazo. El que me queda libre lo uso para cotillear el móvil. Reviso correos y mensajes. Por supuesto el de Elena no puede faltar.
El: "Gracias por lo de hoy, Mateo"
+ "Un placer"
Contesto enternecido. Es una mujer fuerte y teniendo a Malú enfrente parecía una adolescente nerviosa.
El: "Sigo sin creerme que Malú sea mi cuñada y que tú no me lo vayas a contar"
Ruedo los ojos. Qué pesada es cuando se trata de mi chica. Decido ignorarla. De niños éramos súper unidos, pero Alex y sus adicciones nos han alejado a todos. Hemos sido testigos de su decadencia e inevitablemente reaccionamos de maneras diferentes, lo que no ha hecho más que crear brechas en la familia.
Me encuentro en medio de mis reflexiones cuando Malú se incorpora a toda velocidad, corriendo otra vez al baño. Imito sus pasos, colándome allí con ella que no le ha dado tiempo de cerrar la puerta.
- Vete.
Me pide abocada al váter y entre arcadas.
+ Shhh
Me limito a afirmar su pelo otra vez y acompañarla.
- Me da vergüenza que me veas as...
No acaba la frase cuando otra vez se pone a devolver. Ya no le queda nada en el estómago pero parece que ni la bilis es capaz de retener.
+ ¿Ya?
Pregunto cuando creo que su cuerpo le ha dado una tregua. Asiente y la ayudo a volver a la cama.
- Me encuentro fatal.
Lloriquea.
+ Ya, reinona.
Beso su pelo desordenado.
+ Bebe un poquito.
Le cedo una botella. No puede deshidratarse, y como no sea capaz de retener el líquido, tendré que llevarla a urgencias para que le pinchen algo.
+ ¿Crees que puedes tragarte una pastilla?
Sigue teniendo fiebre.
- No sé.
Duda por unos segundos, pero luego se la mete en la boca y se ayuda del agua para pasarla.
+ ¿Bien?
Con un ruidito me hace saber que sí. Ha vuelto a tumbarse apoyada en mí y con las cosquillitas que le hago consigo relajarla.
- Martín.
Me llama cuando la creía dormida.
+ Dime.
- Me gusta tenerte conmigo...