+ Porque no tiene idea de lo que se pierde, Eva.
Prometo. Esta niña es un ser de luz y no hay otra respuesta que valga. Jamás podré entender a una persona que abandona a su propia hija.
E: Can I sleep with you? (¿Puedo dormir contigo?)
Sorbe la nariz y me mira acobardada.
E: I'm sad, and scared. (Estoy triste y asustada).
Se excusa, rompiendo mi corazón en pedacitos.
+ Sí.
Accedo y su carita refleja alivio, aunque cambia a confusión cuando me ve salir de la cama.
+ Pero antes de volver a dormir, tengo algo para ti.
Rebusco en el bolsillo de mi chaqueta.
+ Creo que va a gustarte.
Dejo una servilleta doblada en sus manitas, que curiosas la abren con prisas.
E: Un... beso... Malú.
Lee con dificultad.
E: ¿Malú? ¿Mi Malú?
Me echo a reír por su forma de llamarla.
E: ¿Cuándo la has comprado sin que yo me entere?
Pregunto gracioso consiguiendo que ella también sonría. Por fin.
E: You know what I mean. My favorite singer. (Ya sabes lo que quiero decir. Mi cantante favorita).
+ Pues si. Es ella.
E: ¿Has vuelto a verla?
+ Puede.
Le hago cosquillas. Sus carcajadas se escuchan por toda la habitación. Creo que también en todo el piso y si me apuro puede que los vecinos también la estén oyendo reír.
E: Para...
Suplica.
E: Mateo, I can't breathe. (Mateo, no puedo respirar).
Se queja riendo. Intenta escaquearse, pero yo solo quiero hacerla olvidar su dolor.
+ Vale, paro.
La chantajeo.
+ Pero te dejas el interrogatorio para mañana, que es tarde y tienes que dormir.
Intento ganar tiempo para poder responder a sus curiosas preguntas sin contarle toda la verdad.
E: Acepto... acepto.
Se rueda escapando de mis manos.
+ Venga, a que en nada tenemos que despertarnos otra vez.
Me tumbo a su lado sabiendo que la alarma no tardará en sonar.
E: Buenas noches, tío Mateo.
+ Buenas noches, princesa.
Apago la luz que había mantenido encendida y la escucho susurrar de manera casi imperceptible:
E: Buenas noches, Malú.
Acaricia con su pulgar la firma de su ídolo.
E: Te quiero mucho.