Capitulo 174

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• ¿Cómo sabes tú lo de Pepe?

Me pregunta alterado.

+ Estoy haciendo mi trabajo, Sebastián.

Miento. No voy a decirle que Malú acaba de enterarse y lo está pasando fatal.

+ Me pediste que investigara a Malú, y lo estoy haciendo.

• ¿Ella lo sabe?

+ No lo sé.

No pienso exponerla. La que merece enterarse de todos los detalles es ella, aunque haga creer a Sebastián que le estoy ayudando a él.

+ Pero necesito que me lo cuentes, Sebas.

Le inspiro confianza.

• Mis padres se empeñaron desde un principio en que la dejara.

Relata.

• Pero supongo que en algún lugar de sus inexistentes corazones albergaban la esperanza de que lo haría con el paso del tiempo.

+ ¿Cómo lograron convencerte?

• Negociaron con Pepe.

Intuyo que la verdad está al alcance de mis dedos y no sé cómo voy a contársela a Malú.

• Él les cedió los datos de todos los productores y personas de peso en la industria musical a cambio de dinero. Ellos tampoco me querían a mi, y la oferta de mis padres fue demasiado tentadora para un artista que no tenía con que alimentar a su familia.

+ Y entonces...

Adivino el desarrollo de la historia, pero me limito a que su boca lo confirme.

• Mis padres no tenían escrúpulos. Tú les conociste.

Suelto una bocanada de aire y me paso las manos por el pelo dándole la razón. Siempre conseguían lo que se proponían y Sebastián padeció de ellos y sus formas continuamente, hasta heredarlas.

+ ¿Qué hicieron, Sebas?

• Fue simple. O la dejaba, o hundirían su carrera, la de Pepe y sabe Dios si planeaban llevarse el esfuerzo de alguien más por delante.

+ Pero nunca volviste a buscarla.

• La quería, Mateo.

Suspira nostálgico.

• No podía permitir que mis padres destruyan su carrera.

Se justifica.

• Malú adoraba cantar y luchaba cada día por ganarse lo que estaba consiguiendo.

Me cuenta. Lo sigue haciendo.

• ¿Sabes lo fácil que hubiese sido para ellos dejar una limosna a cada productor para que sus canciones jamás pudieran ver la luz?

Parece reprochármelo a mi.

• ¿O a cada radio, para que sus canciones nunca volvieran a sonar?... si volvía a por ella iba a destruirla, y la quise demasiado para hacerle algo así.

Confiesa.

+ Pero te escribió contándote lo del embarazo.

• Sabes que mi madre se hizo con aquella carta.

Me recuerda lleno de rencor.

• Me llevo horas reconstruirla, recogiendo pedacitos de la basura.

+ Pero lo hiciste, y no volviste a por ella.

• Mamá me descubrió, y me convenció de que me estaba manipulando para recuperarme. Que se lo había inventado para pedirme dinero.

+ ¿Le creíste?

• No.

+ Pero hace solo unos meses me mandaste a investigarla...

La historia no termina de cerrar.

• Mi madre sabia que no iba a creerle, y llamó a Pepe.

+ Joder.

Me quejo. Es difícil de aceptar el daño que los padres pueden hacerle a sus propios hijos.

• Yo mismo hablé con él, y me negó la existencia de aquel embarazo.

+ ¿Qué cambió ahora?

• Mi padre me pidió perdón antes de morir.

Resopla.

• Al parecer en su lecho de muerte le ganó la culpa, y me confesó que volvieron a pagarle a aquel desgraciado para que me convenciera de que ella nunca estuvo embarazada.

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