+ No.
Me aparta de él, para mirarme y con sus pulgares arrastra aquellas lágrimas atrevidas que estaban deseando escaparse de mis ojos.
+ Lo que me merezco es que la chica que quiero me dé la oportunidad de enseñarle a quererme, ¿no crees?
Inevitablemente hago un puchero. ¿Por que tiene que ser tan mono?
Al no poder hablar, decido refugiarme en sus labios, acercándome a ellos lentamente, pero con seguridad. Una seguridad que él se encarga de romper, al apartarse, haciéndome sentir pequeñita, avergonzada y confundida.
+ Malú...
Vuelve a atrapar mis manos entre las suyas.
+ No quiero volver a sufrir como cuando te vi con Melendi.
Se excusa abatido.
+ Necesito que todo entre nosotros quede claro.
Más que una sentencia, parece una súplica. Asiento con un movimiento de cabeza y sorbo la nariz para hablar sin romperme.
- Yo puedo prometerte fidelidad.
Aseguro.
- También puedo prometerte cariño, complicidad, química, que el sexo sea increíble...
Menciono todas aquellas cosas que ya hay entre nosotros.
- Pero hay una cosa que exijo.
No quiero nuevos malos entendidos.
- Y otra que no te puedo prometer.
+ ¿El qué?
- Llegar a amarte.
Soy clara y tajante. Puede que igual valga la pena hacer el intento de tener algo serio con Martín. En este momento su ternura me hace desearlo, pero por más que todos insistan en que llegará alguien que me rompa todos los esquemas, yo sigo pensando que mi corazón ha perdido la capacidad de querer bien.
+ Está bien, lo acepto.
Una sonrisa dulce tira de sus comisuras y la caricia cargada de cariño que deja en mi mejilla me hace desear quedarme a vivir en ese tacto para siempre.
+ Juntos intentaremos enseñarle cosas bonitas a este lastimado corazón.
Apoya su mano en mi pecho, y coloco la mía sobre la suya para que no la quite. No quiero dejar de tocarle ni por un segundo. Joder, si que le he echado de menos.
+ Ahora la exigencia.
Ríe levemente pensando que será un detalle. Llevamos todo este rato hablando de que yo no puedo asegurarle quererle como él necesita y ha demostrado estar dispuesto a intentarlo, aunque he querido volver a aclarar que amor es algo que yo no puedo ofrecer con certeza.
- Confianza.
Digo sin pelos en la lengua.
- Te prometo que si aceptas intentar algo conmigo sabiendo que no sé si llegaré a amarte y todo lo que ya hemos hablado, no habrá nadie más que tú.
Garantizo.
- Pero nunca vayas a pedirme que me aleje de algún amigo, que no haga lo que me apetezca con la persona que yo desee o que no tenga la libertad de pasar tiempo a solas con quien sea que yo elija.
Advierto.
- No tolero los celos, y eso incluye a Melendi.