Narra Mateo
Verla ha dolido, como un cuchillo en el pecho. Especialmente al darme cuenta que se ha preocupado por mi, sabiendo que en realidad eso no significa nada.
+ ¿Quién te entiende, Malú?
Bufo malhumorado en el coche.
+ Male, ¿Cómo sigue Eva?
Marco el número de mi nueva vecina de puerta. Malena llegó hace poco más de un mes a Madrid desde Buenos Aires buscándose la vida y Eva ha hecho buenas migas con ella desde el primer día que vino a pedir azúcar. Ella necesita el dinero y yo una niñera en la que pueda confiar.
Ma: No le baja la fiebre.
+ Vale, estoy de camino.
Ma: No corras, se ha dormido en tu cama.
+ Ya, pero tú querrás irte a casa.
Nos pasamos la noche juntos en mi piso. Eva no se encontraba bien desde la tarde y yo tuve algunos recados. Cuando volví a casa la invité a que se quedara a cenar con nosotros y la charla se nos alargó hasta las tantas.
Ma: Estoy bien, Mateo.
Me despido de ella y pongo algo de música que intenta distraerme hasta que aparco junto al portal.
+ Mi niña.
Me encuentro a la pequeña acurrucada sobre las piernas de Malena en mi cama, recibiendo caricias en su pelo dorado.
E: Me encuentro mal.
Se queja sin apenas voz.
+ Ya, princesa.
Instintivamente toco su frente comprobando si tiene fiebre, Male iba a darle dalsy dentro de poco, pero tendremos que apurarlo.
+ Estás ardiendo.
Ma: ¿Te preparo la bañera?
+ Sí.
Agradezco la ayuda y me quedo con la enana hasta que Malena me avisa que ya puedo meterla en el agua.
+ ¿Estas mejor?
E: Un poco.
Mojó su carita con mi mano. La dejo descansar y veo a mi nueva amiga apoyada en la puerta mirándonos.
Ma: Eva tiene suerte de tenerte.
Murmura moviendo los labios ante mi mirada inquisitiva. En pocos días nos hemos confesado toda nuestra vida.
+ Voy a ponerle el pijama.
Me excuso sacando a la pequeña que apenas habla de la bañera.
E: Mateo, quiero que te quedes esta tarde conmigo.
Me pide.
+ Claro que si, pequeñaja.
Prometo no separarme de ella.
E: Y Male también.
+ Vamos a preguntarle qué planes tiene para esta tarde.
E: ¡Male!
La llama a gritos desde su habitación. Vaya que si le ha servido pasar un rato por el agua tibia.
E: ¿Te quedas con nosotros?
Tira de su carita de ángel. Sabe que nadie puede negarse a ella.
Ma: Si me lo pedís así...
Se echa a reír.
E: ¿Podemos hacer un maratón de pelis de Disney?
+ Tu si tienes morro.
Ruedo los ojos.
+ Id eligiendo, voy a preparar la comida.
Ma: ¿Le hacemos bancarse todas las de princesas?
Las escucho reír cómplices.
E: Sí.
Festeja traviesa.
Ma: Elegí vos primero, después me toca a mí.
Propone.
E: ¡Enredados!
Me es inevitable reír. Se la sabe de memoria, pero le hace ilusión ver una peli en que la protagonista es su inseparable muñeca.
Ma: Voy a echarle una mano a Mateo.
+ No te necesito.
La pico sin girarme. Estoy cortando las verduras.
Ma: Solo ha sido una excusa para venir a chusmear.
Me sigue el rollo cogiendo otro cuchillo para imitarme.
Ma: Todavía no me contas ¿Cómo te fue con Malú?